Hoy me gustaría dedicar un tributo a Josep María Farrás (1943- ). Músico, trompetista de jazz, empresario musical, y uno de los mecenas más grandes de la música del siglo XX en el apoyo a miles de músicos.
Su tienda «Musical Farrás», nació al calor del siglo XX gestionada por su padre, y él tomó las riendas en los años setenta. Yo tuve la fortuna de conocer a su padre, y a un joven Farrás, que ya era sin duda el hombre amable y cercano que muchos admiramos.
La tienda de Farrás, situada en la ciudad de Terrassa, una urbe cercana a Barcelona que tuvo al sector textil como motor principal durante muchos años de los siglos XIX y XX, se convirtió en un hervidero de artistas, que podían llevar a cabo su sueño de ser músicos, gracias a que la tienda daba grandes facilidades para la compra de instrumentos y equipo, y para pagarlos en plazos. Sin contratos, sin firmas, sin bancos. Simplemente, «dame una entrada, y ya me pagarás el resto».
Ah, qué bueno es poder empezar el año criticando a Elon Musk. Yo, un gusano infecto fracasado en la vida, atreviéndome a criticar al dios de la tecnología, la ciencia, y el progreso del siglo XXI.
¿Se me nota ácido y sarcástico? Por supuesto. Son dos de mis defectos, entre otros muchos. Pero hablemos claro: yo también he hecho muchas promesas que luego no he cumplido, como varios miles de mujeres pueden atestiguar. Más allá de eso, no soy mejor ni peor que nadie, pero sí sufro del pecado capital de muchos seres humanos: los sueños y las promesas se me escapan de entre los dedos, como lágrimas en la lluvia. Veamoslo.
El cohete Falcon Heavy listo para despegar este mes
Es cierto, el título es un poco futbolero, y debo pedir perdón por ello, pero estoy contento, y le ruego me permita usted, como lector, esta pequeña deferencia. Estoy contento porque, como escritor español de ciencia ficción, y como tantos otros miles de escritores, no veo un euro en el bolsillo después de tanto escribir, pero sigo produciendo material con el que disfruto sobremanera. Y eso es ciertamente un motivo para seguir adelante en esto de las letras.
Ya me lo dijo mi padre, que era un ingeniero naval frío y metódico. Un día me agarró de la oreja, y me exigió: «deja esas cosas de artistas, que son todos unos holgazanes y unos vividores, y dedícate a trabajar en cosas serias y con futuro». Le hice caso. A medias.
Este año verán la luz tres libros:
Portada del libro XII, saga Aesir-Vanir (con pseudónimo)
1- Este mes de enero, si todo va bien, y creo que sí, saldrá a la venta la primera parte de «Las entrañas de Nidavellir» en inglés. La traducción está terminada, y se están revisando los textos. Una cosa que intento cuidar es que la traducción no se lleve por delante ciertos sentidos y contextos, algo que a veces requiere de cuidado y precisión. Afortunadamente quedan retoques finales. El libro se publicará muy pronto, en unos días, o sea, para mediados de enero o tercera semana máximo.
2- En marzo, o abril, saldrá el famoso y «misterioso» libro XII de la saga Aesir-Vanir. Ese número estaba reservado, como expliqué en su día, para los relatos que amplían la historia de los ocho libros de la saga Aesir-Vanir dedicados a Sandra. Precisamente estos textos que estoy publicando ahora, los relatos ambientados en el siglo XXIV, son el colofón final, y dejarán la historia justo cuando Sandra comienza a escribir «Las crónicas de los Einherjar», que son los mitos que luego desembocan en los dos libros de «La insurrección de los Einherjar».
3- Finalmente, en agosto, o septiembre, si todo va bien, publicaré el libro XIII de la saga: «Yggdrasil». Este libro no tiene nada que ver con Sandra, o bueno, casi nada, y volverá a traer a escena a Helen, la otra protagonista de la saga Aesir-Vanir. Este es el libro en el que tengo más dudas en relación a si podré tenerlo acabado en fechas. Pero me he jurado a mí mismo no escribir más de 150 ó 200 páginas. Quiero que sea una novela pequeña, no un ladrillo como lo han sido «Las entrañas de Nidavellir» o «La insurrección de los Einherjar».
¿De dónde viene el pseudónimo? Bueno, en realidad, todos los libros deberían llevar ese pseudónimo, por razones personales. El apellido es de origen checo, y es un homenaje a alguien importante. El nombre de «Peter» no tiene nada que ver con el Peter de las novelas.
Estos son mis proyectos, si no le gustan, tengo otros, que diría Groucho. Pero es cierto: aunque la literatura no da de comer al cuerpo, da de comer al espíritu. Y hay que llenar la mente tanto como el estómago. Un ser humano no puede estar completo sin saciar ambas necesidades. La literatura me ha dado muchas satisfacciones, y algunos disgustos, pero puedo decir que ha merecido la pena.
Y si estos libros además llegan a ser leídos y disfrutados por lectores, entonces ya no puedo pedirle nada más a la vida. Un abrazo.
Nuevo relato de Sandra ambientado en el siglo XXIV, y que formará parte del grupo de relatos para el libro XII de la saga Aesir-Vanir. Cada relato es independiente, pero conforman una historia mayor, que explica los hechos anteriores a las Crónicas de los Einherjar, en los libros de «La insurrección de los Einherjar».
Sandra consiguió salir de Texas, y llegar sin más incidentes a la costa este del antiguo Estados Unidos, a la altura del norte de Florida. Se embarcó en un viejo pesquero que buscaba tripulación. La guerra había sacado de los museos y de muchos agujeros viejas naves de todo tipo, y la supervivencia no entendía de nada excepto de sobrevivir. Sandra era la única mujer en el barco, destinada a la cocina.
Empezamos la primera entrada del año 2018 con un poco de música, y también con nostalgia, en este frío día de enero en mi pueblo (marcan 22 grados en este momento).
Esta canción de mi juventud está interpretada por Jim Croce, se titula «Time in a bottle» (el tiempo en una botella) y nos trae una maravillosa idea que supongo todos hemos tenido, de poder guardar esos maravillosos momentos de la vida, los pocos que muchas veces suceden, en una botella, para luego disfrutarlos en cualquier momento.
La vida son momentos, y los buenos merece la pena recordarlos con ilusión y cariño. Tampoco debemos aferrarnos a los recuerdos, porque los recuerdos que nos llevan al pasado, olvidando el presente, e ignorando el futuro, son cadenas que nos atan a la melancolía, y al sufrimiento.
La canción está en inglés, pero con subtítulos en español para que quien no conozca la lengua de Shakespeare pueda disfrutar plenamente de su mensaje, que merece la pena, sin ninguna duda. Un abrazo, y gracias por estar ahí.
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