Capitanas Marvel y feminismos oportunistas

Hoy voy a aprovechar que he ido con mi sobrino a ver «Capitana Marvel» para hablar de feminismo. De la película ya está hablando todo el mundo, no lo haré yo aquí. Solo diré que la película está bien, aunque a mí es un tipo de cine que no me llama la atención especialmente. No digo que no pueda ver estas películas, de hecho las de los X-Men, las tres primeras, me gustan mucho, yo era un fan de los X-Men, y soy un fan de las tres primeras películas, por razones que explico al final.

Dos cosas aquí: no hay spoilers, y lo que doy es mi opinión personal, con detalles a veces muy personales. Y dos, esto no es un artículo sobre la película, sino sobre mis sentimientos sobre lo que fue, y es, el personaje de la Marvel en mi vida.

Yo era fan de Capitán Marvel (que entonces era un personaje masculino) en los años setenta, y de ahí que haya ido al cine. Me ha acompañado mi sobrino, que se me va a trabajar a Japón con una beca a un centro de investigación de microprocesadores en Tokio, que ha conseguido gracias a su matrícula de honor, un grandísimo logro que teníamos que celebrar. Por cierto, está escribiendo un «spin off» de «La leyenda de Darwan» que promete. Durante seis meses no voy a poder verle. Este paseo al cine ha sido una despedida hasta su vuelta. Lo hemos pasado bien, que es de lo que se trata cuando un tío y un sobrino se van al cine. La cantidad de tonterías que podemos decir por minuto es casi infinita.

Pero vamos al tema. Estamos en la era de la inteligencia artificial. Y hay que aprovecharse de ello. ¿Sacamos un coche? Tiene inteligencia artificial. ¿Sacamos un teléfono? Incorpora inteligencia artificial. ¿Una lavadora? Vamos, no te cortes, y dilo ya: incorpora inteligencia artificial.

Efectivamente. Así va el mundo. Hay que aprovechar el empujón de la «IA», porque vende. Y lo mismo ocurre con el feminismo. Hay que añadir «feminismo» o «feminista» a cualquier cosa, lo que sea. ¿Sacamos un patinete? Digamos que es feminista, y venderemos el doble. Hay que aprovechar el tirón y meter el nombre en todas partes y como sea. Es lo que se llama oportunismo comercial.

Ahora, empresas, entidades, y partidos políticos que toda la vida han tenido una clarísima actitud machista, resulta que de repente, por arte de magia, son feministas hasta en sus esencias más profundas. Y paradójicamente lo dicen mientras muestran actitudes totalmente machistas.

Con el cine y la literatura pasa lo mismo. Hay que poner la etiqueta «feminista» a todo. Queda bien. Y eso ha ocurrido con «Capitana Marvel», dicen algunos que es el primer largometraje de la Marvel donde la protagonista es una mujer, lo cual no es cierto, ahí esta «Wonder Woman». ¿Y es que nadie recuerda que hubo películas de Supergirl en los años 80? También ella es una superheroína.

Y menudo lío se ha montado con esto de asociar Capitana Marvel con feminismo. Primero, porque es una mujer. Y luego, por querer machacar a los espectadores insistentemente con que la película es feminista.

Vamos a ver. Ya lo he explicado mil veces, pero lo volveré a hacer. El arte no se debe a nadie. No le debe nada a nadie. El arte, el cine, el teatro, la literatura, la pintura, solo deben responder ante su propia obra. Y nada más. Luego, será el consumidor de ese arte el que opine si la obra es más o menos feminista, o machista, o misógina, o lo que sea. O, dicho de otro modo: no me diga usted que una película es feminista porque la protagonista es una mujer. O porque da patadas y puñetazos como quien se toma un café. Eso no hace feminista a una película. Lo que hace feminista a una película, o a un libro, es una defensa de la mujer frente a la opresión del hombre. Y ahí sí, ahí puede haber denuncia.

Pero que una chica se dedique a dar golpes a diestro y siniestro y sea muy poderosa no hace que la película sea feminista. Lo que hace la película feminista es una reivindicación de la figura de la mujer, con un mensaje de denuncia social por el machismo que impera en la sociedad y que podemos ver diariamente en mil ejemplos. Ahí sí que podemos decir que la película es feminista.

¿Es, por lo tanto, «Capitana Marvel», feminista? Lo tendrá que decidir usted, por supuesto. A mí no me lo ha parecido de una forma especial. Creo que el problema del feminismo es mucho más complejo y delicado que el que muestra la película. Si la imagen de una mujer feminista es la de aquella que lo soluciona todo a base de superpoderes mal vamos. Pero eso entra dentro del cine actual, que es generalmente bastante plano tratando los problemas sociales, incluido el feminismo. Lo importante es que resuene la palabra, no tanto el contenido.

El tratamiento del feminismo requiere tratar los problemas inherentes al feminismo, con mujeres que sufren el machismo. Ahí sí podríamos decir que la película tiene un mensaje feminista. Y la ciencia ficción es un medio tan bueno como cualquier otro para hacer denuncia social. De hecho existe un tipo de ciencia ficción social y política que precisamente trata de, entre otros, el tema del feminismo. Esa es la ciencia ficción que me interesa, con autores como Asimov o Clarke, entre otros.

¿Hace eso que la película sea mala? En absoluto. Solo digo que se usa el término «feminista» constantemente, y el significado del feminismo se diluye, porque se emplea para todo, y se emplea para todo porque vende.

Alguien dirá que por qué he ido a ver la película. ¿Porque la chica es muy atractiva? La chica protagonista, Brie Larson, es muy simpática y divertida, me gusta. Es atractiva por supuesto. Pero no he ido al cine para ver a una jovencita dando patadas y puñetazos y lanzando rayos. De hecho, este tipo de películas de superhéroes no son actualmente mi elección primaria.

La razón por la que he ido a ver esta película estriba en los años setenta. En aquellos años, mi hermano compraba los comics de la Marvel, entre ellos, Capitán Marvel, que era un hombre, no una mujer. Aquella historia de un hombre perteneciente a una raza muy poderosa, los Kree, expulsado y enviado a la Tierra me impresionó. Tanto me impresionó que creó en mí, junto a la película 2001, el mortero de lo que luego sería la base para crear «La leyenda de Darwan» y la saga Aesir-Vanir. Por ejemplo, el Alto Consejo es el resultado de la inspiración de los líderes de la civilización Kree de Capitán Marvel. Y el personaje del capitán tiene su reflejo, en ciertos aspectos, en el personaje de Scott de la saga Aesir-Vanir.

Sin embargo, en La leyenda de Darwan y en la saga Aesir-Vanir las protagonistas son dos mujeres, Helen y Sandra. ¿Significa eso que la saga es feminista? No lo sé. Eso lo tendrán que decidir los lectores. Que yo ponga a dos mujeres de protagonistas no hace la saga feminista. Lo hará el hecho de que se reivindiquen los derechos de la mujeres para conseguir esa igualdad siempre soñada y nunca obtenida. Y eso lo decidirán, insisto, los lectores, nada más. Y nada menos.

¿Merece la pena la película? Bueno, sí, si lo que quiere es pasar un rato entretenido. Brie Larson como digo está bien, la película peca de poca profundidad, y se excede en acción, como ocurre con la inmensa mayoría de películas actuales, y sobre todo por el personaje, que daría para mucho más de lo que da. Si alguien se anima a leer Capitán Marvel, los primeros comics, los que leía yo cuando mi hermano los dejaba tirados por el sofá, verá que la historia es mucho más compleja, mucho más profunda, y mucho más humana. Sinceramente, me quedo con aquellos comics, que modelaron mi mente para crear las civilizaciones que luego nacieron en mi mente gracias a aquellas lecturas.

Le debo mucho a Capitán Marvel. Pero al comic de los setenta. No digo que no haya merecido la pena ver esta película. He ido a verla porque el personaje del Capitán Marvel es muy importante para mí. Y me he encontrado lo que me esperaba: una oportunidad perdida de analizar una historia de una vida de lucha por la supervivencia y la justicia para salvar un mundo que se ahoga en su propio llanto.

La historia original y la de la película son tremendamente distintas. Digamos que han tomado el nombre del personaje y poco más. Una pena. Yo quería a mi capitán Marvel de entonces. Fuera hombre o mujer, eso me era completamente indiferente. Pero quería la historia que vio nacer en mí la imaginación que me permitió crear mi propia saga. Quizás era demasiado optimista. O quizás soy demasiado viejo para entender que aquel mundo no es el actual.

Por eso las películas de X-Men, las tres primeras me refiero, me parecen geniales. Porque investigan en las almas de los personajes, como en los comics. En el dolor de ser diferente. En la lucha por sobrevivir en un mundo que te acusa de ser distinto por el mero hecho de serlo. De eso sé bastante. Y yo no soy un superhéroe. Pero te obligan a convertirte en superhéroe muchas veces.

Quizás de eso vaya todo esto: de aprender a sobrevivir. En eso a la Capitana Marvel, aún le queda un camino por recorrer. La actriz tiene muchísimo potencial para ello. Solo espero que sepan darse cuenta si ruedan nuevas películas del personaje. Merecería la pena. Y mucho.

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