Sentido y necesidad de la ciencia ficción

Hoy quiero traer a este pequeño blog una pequeña reflexión sobre el sentido y la necesidad de la ciencia ficción. En un mundo moderno y lleno de noticias sobre tecnología, ¿sigue siendo necesaria la ciencia ficción? La respuesta es un rotundo sí. ¿Por qué? Porque no debemos confundirnos: la naturaleza final de la ciencia ficción no es hablar de tecnologías, ni de progreso científico. La naturaleza final de la ciencia ficción es hablar del ser humano, de su naturaleza, de su condición, y de su proyección al futuro.

Ese es el motivo que me ha llevado a escribir este texto. Y aquí explicaré por qué la ciencia ficción sigue siendo una materia de primer orden para el ser humano.

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«2001» no habla de un viaje a Júpiter (Saturno en el libro), sino de un viaje de la humanidad hacia un nuevo estadio de realidad cósmica.

Hay mucha gente que se pregunta qué sentido tiene la ciencia ficción, aparte del sentido de entretenimiento básico que aporta. La respuesta es simple: la ciencia ficción es la herramienta fundamental para proyectar alternativas de futuro para la humanidad. Sin ciencia ficción la humanidad no podría haber proyectado sus sueños, sus miedos, sus anhelos, sus esperanzas, al futuro. Solo podría haber proyectado el mundo real. Pero el mundo real es limitado en un momento determinado. La ciencia ficción ensancha y amplía esas limitaciones. No siempre acierta, pero, cuando lo hace, muestra el camino.

20.000 Leguas de viaje submarino
El reciente fallecido Kirk Douglas explora los fondos marinos en el Nautilus con el misterioso capitán Nemo, cuyo papel llevó a cabo de forma magnífica James Mason. ¿Puede haber mayor reflexión sobre el ser humano que este libro?

Si quiere un ejemplo, «De la Tierra a la Luna» de Julio Verne, o «Yo robot» de Isaac Asimov, o «2001: una odisea del espacio» de Arthur C. Clarke, son ejemplos de gigantescos escritores que proyectaron a la humanidad a los sueños del futuro. Clarke, por ejemplo, fue el primero en hablar de satélites geosincrónicos, fundamentales para las comunicaciones actuales, y Asimov fue el padre de la palabra «robótica» y estableció los principios que han de guiar a los robots reales. No eran ingenieros. No eran físicos; pero abrieron puertas al futuro. Asimov se acercaba; era bioquímico, pero habló muy poco de esa materia, pero sí de mil temas en los que se suponía no debía saber nada. Sus estudios sobre la Biblia o sobre Roma siguen siendo hoy materia de estudio de primer nivel.

Entonces, ¿qué hacemos con la ciencia ficción? Tenemos una ciencia ficción ligera, como la de Star Wars. Atención: ligera no significa peor; significa que es apta para todo el mundo y condición. Otra ciencia ficción, como Star Trek, aborda temas muy complejos y llenos de filosofía. Un ejemplo es la nueva serie «Star Trek: Picard» de la que hablaré en breve. Pocas veces he visto a una serie comenzar con tan buen pie.

En el mundo de la literatura, gente como Clarke, Bradbury, Asimov, el propio Verne, fueron arquetipos de la visión de la humanidad hacia el futuro. También Carl Sagan, que con su libro «Contact», que luego se llevó al cine con una increíble Jodie Foster como protagonista, han demostrado que la ciencia ficción no es, en modo alguno, un género menor.

He tenido la oportunidad de ver a lectores venir y decirme: «oye, que esa recomendación que me hiciste de leer la trilogía de «La Fundación» de Isaac Asimov casi la ignoro. Afortunadamente no lo hice, porque los libros son una profunda reflexión sobre el ser humano y su condición».

Básicamente esto es lo que se desprende de la lectura de «La Fundación», o de «2001», o de tantas y tantas novelas que han llevado a la mente y al ser humano a futuros increíbles, algunos de ellos ya con nosotros. Por ejemplo, la novela «1984» de George Orwell, es ya una realidad completa y plena. China hoy día controla a sus habitantes uno por uno, los numera, los vigila, y los clasifica. Otro ejemplo es «La fuga de Logan», con mundos perfectos de gente perfecta.

Eso lo vemos en los «influencers» de Youtube, gente joven que mueve a millones de seres humanos en busca de esa perfección. También en Instagram, donde los suicidios se multiplican porque esa joven ve que sus fotos no pueden competir con la de aquella famosa, o la foto de otra amiga. Por no hablar de «Un mundo feliz» de Aldous Huxley, un mundo donde los seres son programados y clasificados por niveles. De nuevo China está a la cabeza, pero otros países no le van a la zaga en querer controlar y clasificar a los seres humanos. Estados Unidos es experta en clasificar a la gente por el color de su piel o su origen, y eso tiene un nombre. Y otros países no se libran, tampoco el mío por supuesto.

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Blade Runner, una brutal e impresionante representación del ser humano en sus aspectos más oscuros y mórbidos.

La suplantación de seres humanos por robots es ya una realidad, incluso en hoteles y otros lugares que podrían parecer no serían afectados. Pero lo son. Los robots lo invaden todo, y su presencia será habitual en las casas en unos años. Ya lo son en cierto modo; los robots de limpieza ya comienzan a ocupar ese puesto que podría ocupar una persona.

También vemos amantes robot, sobre todo femeninas, que ya no son simples muñecas, sino que interactúan y hablan. Tener a una mujer dispuesta a todo, y a la que puedes apagar cuando quieras. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? Eso es lo que piensan muchos hombres con ciertas ideas sobre la cultura del machismo.

Yo personalmente veo una aberración cambiar a un ser humano real por una máquina, pero muchos hombres, también mujeres por supuesto, estarán encantados de poder apagar y encender a su pareja a su discreción. Llámenme clásico, pero hablar de cuestiones personales y tener relaciones sexuales con una máquina no ha sido ni es precisamente el sueño de mi vida. Pero la soledad se impone en esta sociedad, y ya se auguran miles de amantes femeninas y masculinos para dar soporte a esa soledad. Como decía Groucho Marx: «paren el mundo que me bajo».

Todo eso ya lo soñó la ciencia ficción. Asimov tiene un increíble relato sobre temas de este estilo en su increíble libro «Yo robot». Una de esas historias ve a un ingeniero que trae a casa a un androide para tareas domésticas. La mujer comienza esa relación aterrorizada ante aquella «cosa». Luego va viendo que, al fin y al cabo, ese dulce y trabajador androide está lleno de interesantes posibilidades. Y hasta aquí puedo leer.

¿Ha alcanzado la ciencia a la ciencia ficción en la actualidad? Sí ha alcanzado, como hemos visto, muchos aspectos de la vida imaginada por los autores de novelas de ciencia ficción. Pero quedan muchas etapas por llegar, y otras se abren hoy mismo. La ciencia ficción, que siempre ha tenido pocos adeptos pero muy fieles, sigue esperando su próximo libro, su nueva novela, su nuevo autor, su próxima película que explore el futuro de la humanidad. Películas como la reciente «Ad Astra» nos enseñan que queda todavía un camino increíble por recorrer, incluso en largometrajes que nos muestran un mundo bastante cercano.

En España no ha habido ni hay una cultura de la ciencia ficción como en Estados Unidos, y la que hay da soporte a autores extranjeros. Pero en España también hay autores de calidad, y yo les recomiendo que lean «El Club de la Fábula«, una revista online española que promociona la ciencia ficción de mi país, además de otros autores.

Pero, si han tenido la oportunidad de ir a Estados Unidos o Reino Unido, verán cómo allá los autores de ciencia ficción tienen un enorme soporte, y existe todo un mercado bastante importante de productos relacionados con la ciencia ficción. También en Japón, de donde he obtenido los últimos fetiches de Star Trek. Un llavero con la firma de la Academia de la Flota Estelar. Y eso que no soy el señor Spock. Bueno, un poco sí lo soy en ciertos aspectos, pero no nos desviemos del tema.

En definitiva, la ciencia ficción se merece una oportunidad. Dejemos de pensar en ella como los buenos y los malos, las naves y los rayos láser, y empecemos a verla como lo que es: una ventana al futuro. Una ventana al ser humano. Y un camino de introspección a lo más profundo de la mente. Entonces comprenderemos su valor, y cómo perder la ciencia ficción es perder el futuro de nuestra especie. Muchas gracias.


Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

2 opiniones en “Sentido y necesidad de la ciencia ficción”

  1. Como están avanzando las cosas hasta creo que algunas llegarán pronto muy pronto, tipo Her (película 2013) y no solo por el tipo de relación que dibuja, sino la estética, el mundo… en fin no creo que todo eso esté muy lejos…

    Estoy de acuerdo con lo que planteas. La ciencia ficción es y será un género muy libre. Al proyectar lo que aún no podemos constatar traza líneas en varias direcciones que suele ser rigurosas por lo tanto lógicas y posibles. Nada más libre que explorar con la imaginación, llevar al extremo la realidad y caminar por sus posibilidades de futuro, sin perder la rigurosidad de la lógica y las leyes naturales (que bien combinadas hacen magia) 🐾

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    1. No podrías expresarlo mejor, efectivamente esa es mi idea también de la ciencia ficción: trazar líneas de futuro que sean coherentes y consistentes. Solo caminaremos por una de ellas, o puede que por ninguna. Pero la simple exploración de esas posibilidades ya nos dicen qué caminos tomar y cuáles deberíamos, si somos sabios, evitar. Pero, ¿somos sabios? Un abrazo.

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