El sexo, ese monstruo terrible que es el origen de todos los pecados. Al parecer aquellos que abogamos por la educación infantil completa, incluida la educación sexual, somos pederastas y pervertidos sexuales. Teniendo en cuenta que a mí me raptaron para violarme a los doce años, fue en última instancia mi educación sexual lo que me salvó de algo peor. Porque vi al instante de qué iba aquello, cuando me metieron en un coche con rumbo desconocido. Y, por ello, hoy tengo que hablar de este tema. Y hablar muy claro.
Últimamente se están diciendo y viendo muchas barbaridades sobre educación infantil en relación a la sexualidad, acusando a quienes promueven esa educación de ser pervertidos y pederastas, y aplicando a esa educación la idea de que educar en sexualidad es algo de tintes marxistas y comunistas. Dejémoslo claro: politizar la educación, y la sexualidad, es uno de los mayores errores que puede cometer la sociedad.

En el colegio al que iba, tenía yo diez-once años cuando vinieron un equipo de médicos y enfermeras a darnos clases de sexo en el aula. La directora era una mujer moderna, y quiso que aprendiéramos los aspectos básicos de ese mundo siempre oculto y secreto. Sí, hubo risitas, hubo comentarios, miradas, etc. Pero salimos de esas clases sabiendo muchísimas cosas de las que no teníamos ni idea. Y ninguno de nosotros se convirtió en un monstruo, ni sentimos que estuvieran conculcando nuestros derechos; al revés, nos sentimos satisfechos de que, por fin, alguien nos explicase las cosas sin tener que averiguarlas por nuestra cuenta.
De eso hace ya bastantes décadas. Ahora el mundo parece querer ir hacia atrás de nuevo. Vamos pues a establecer una serie de principios básicos sobre educación infantil, que afectan a todo individuo desde su nacimiento, y que, por supuesto, se encuentran totalmente carente de ideologías. Porque la educación no tiene ideologías, tiene en su esencia la formación de individuos completos, sanos física y mentalmente, y preparados para ser miembros de la sociedad.
Principios básicos de sexualidad infantil.
Primero.
La educación general de un niño comienza a los cero años. Comienza el día que nace, y desde ese día hasta su mayoría de edad los padres o tutores deberán dar a ese niño las capacidades y herramientas adecuadas para su total desarrollo como persona íntegra y completa.
Segundo.
La educación sexual infantil comienza a los cero años, porque toda educación comienza, como se ha comentado en el punto anterior, a los cero años. Es preceptivo y necesario entender que a un niño de cero años no se le va a enseñar a resolver ecuaciones matemáticas, ni siquiera a un niño de diez años. Sería absurdo. Pues con la sexualidad pasa lo mismo. Del mismo modo, un niño de cero años, y uno de diez años, deberán adquirir el conocimiento sobre sexualidad adecuado y apto para su edad.
Y ese conocimiento tendrá que ser el indicado por los expertos psicólogos, formadores infantiles, pedagogos y sexólogos que, de forma conjunta, establezcan, para cada edad de un niño, qué elementos ha de conocer, y cómo se han de adquirir dichos conocimientos.
Es el equipo asesor y formador, y no los padres, los que conocen cuál es el mejor modelo de formación sexual para el niño, y es responsabilidad del padre que ese niño adquiera esos conocimientos siguiendo los métodos científicos, aplicados desde un concepto básico, que es el mejor desarrollo del niño.
Cada edad tiene su nivel de conocimientos. Sea con las matemáticas, o con la sexualidad. No hay diferencias. Ambas materias son necesarias y requieren ser entendidas por el niño. A un niño de una edad se le enseñarán las matemáticas para esa edad. Y a un niño de una edad se le enseñarán los conocimientos sobre sexualidad de esa edad. E insisto: siempre siguiendo las instrucciones y directrices de personas expertas, especialmente psicopedagogos y educadores infantiles especializados.
Tercero.
La carencia de formación sexual, o la mala formación sexual aplicada a los niños, conlleva a problemas de desarrollo psicoafectivo importantes en los niños. Los niños deben descubrir su sexualidad en cada etapa de su vida, de forma progresiva, y tal como se establezca por los equipos expertos mencionados en el punto anterior. La negación de esta formación conllevará en muchos casos, y de forma inevitable, que el niño aprenda sobre su sexualidad de forma externa, sin poder tamizar lo correcto de lo incorrecto. También provocará, dada una edad determinada, situaciones donde el sexo se descubra y practique, llegado el momento, de forma insegura, provocando embarazos que podrían haberse evitado.
Cuarto.
Ocultar la sexualidad a los niños no sirve de nada. Los niños comienzan a experimentar con el sexo muy pronto, y van queriendo aprender a conocer su cuerpo, sea con la ayuda de los padres o tutores, o con la ayuda de otros niños. Muchos padres se escandalizan cuando ven comportamientos sexuales en niños de cinco años. Tienen que entender que no se trata de sexo como lo entendemos los adultos: se trata de autoexploración, y es un proceso normal, que comprende aspectos físicos y psicológicos, y que son determinantes en el desarrollo posterior del niño.
Pongo un ejemplo: hace poco una madre me comentaba que había «pillado» a su hijo de siete años realizando tocamientos conjuntos con una prima, estando escondidos en una habitación. Siete años tienen los dos. La naturaleza no va a parar porque los padres miren hacia otro lado o quieran ignorar los hechos. Es importante, en casos así, tomar las acciones adecuadas y pertinentes para que esos niños aprendan a gestionar esos impulsos de la forma adecuada. Porque los impulsos no van a desaparecer por mucho que algunos lo quieran o pretendan.

Quinto.
Cualquier padre responsable se preocupa de la educación de sus hijos, pero ignorar una parte de ese desarrollo solo va a provocar en el niño conflictos y problemas psicológicos que podrían derivar en trastornos de conducta sexual posteriores. La educación seria, reglada, clara, concisa, y adecuada a la edad del niño en cada caso, junto con el hecho de mostrar que el sexo es algo natural y una parte más de la vida, y que tiene un tratamiento específico y concreto, ayudará al niño a sentirse mejor consigo mismo, y a entender que todas esas sensaciones que va descubriendo forman parte de un ciclo de desarrollo normal y creciente.
Conclusión.
Ver el sexo como algo sucio, como algo perverso, como algo oscuro, debería quedar ya relegado a ciertas ideas medievales, y a ciertos comportamientos antiguos que todavía perviven en la sociedad. Los padres modernos, sean cuales sean sus ideologías, se preocuparán de que sus hijos aprendan matemáticas, lengua, historia, pero también a conocer sus cuerpos. Desde un punto de vista psicoafectivo y emocional es fundamental que los niños conozcan y entiendan la sexualidad como un proceso natural, complejo, lleno de matices, y personal de cada individuo. Así se harán respetuosos de su cuerpo y del cuerpo de los demás, y de sus mentes y las mentes de los demás.
Acabo con una anécdota que me contó mi madre: iba yo, con unos cinco años, caminando por la parte superior de un espigón, y mi padre por abajo del mismo, en un puerto. Yo le iba haciendo preguntas a mi padre. En un momento dado le pregunté a plena voz: «¡Papá, ¿de dónde vienen los niños?» Todo el mundo rió. Mi padre no sabía donde meterse.
Ese es un pequeño ejemplo. El niño hará preguntas. Y quiere respuestas. Adecuadas a su edad. Démosles esas respuestas. Y tendremos mejores personas. Y un mundo mejor para todos.
Más información en este enlace.
¡¡Un articulazo!! Por la claridad con que cuentas las cosas, se nota que es un tema que te afecta. Personalmente estoy totalmente de acuerdo contigo, se está politizando la educación y se está politizando la educación sexual. Toda educación debería ser siempre abierta, clara y total, sin ocultar absolutamente nada (ojo, como bien dices, todo tiene su edad).
Espero que la educación continue siendo libre y si puede ser, cada vez más completa y apolítica, porque todo lo que sea avance en este campo es felicidad y sabiduría para nuestros pequeños.
HemosVisto!
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Muchas gracias por tus palabras. Sin duda la educación nos dará el camino para desarrollar a las nuevas generaciones de la mejor forma, sin intrusismos ni ideas preconcebidas. Saludos.
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Madre mía que pedazo de post ¡Enorabuena!
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¡Muchas gracias! 👍
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Muchas gracias por el artículo. Me ha gustado muchísimo. Sólo diría que todo está politizado. Hay ideologías que le tienen miedo al sexo… Qué le vamos a hacer….
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Hay gente que le tiene miedo al sexo en cualquier forma y lugar. El sexo es como todo en la vida, una parte más del todo, y como todo ha de ser tratado, con educación, con respeto, con inteligencia, y como forma de comunicación entre seres humanos. Muchas gracias por comentar.
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A ti por escribir;-)
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