Para estos días de agosto, os voy a recomendar “Los propios dioses” de Isaac Asimov. Aunque el propio Asimov dijo que no estaba satisfecho con el resultado, lo cierto es que ganó los más importantes premios de novela de ciencia ficción.
“Los propios dioses” es una novela que juega con conceptos de mundos paralelos y aproxima conceptos de la teoría de cuerdas, en un momento en el que la teoría de cuerdas sencillamente no existía, excepto por unos estudios preliminares sobre cromodinámica cuántica que permitían gestionar el concepto de campos gravitatorios (que es como comenzó a desarrollarse la teoría de cuerdas).
Una obra sin igual, que es una demostración más de que superar a Asimov se hace imposible para cualquier escritor de ciencia ficción. No veremos a un sustituto de Asimov en muchas décadas. Sus obras son demasiado ambiciosas, demasiado precisas, demasiado detallistas, y la suma de todas sus obras conforman una historia de la humanidad urdida con el detalle de quien teje una delicada tela. Para mí, sin ninguna duda, es el mejor escritor de ciencia ficción de todos los tiempos.