75 aniversario de la batalla de Midway

Cuando escribo estas líneas, se cumple el 75 aniversario de la batalla de Midway. Sucedida entre los días 4 y 7 de junio de 1942, fue el momento crucial en el que Estados Unidos pudo por fin recuperar el aliento, ante el inagotable avance japonés y de la Flota Combinada, al mando del almirante Isoroku Yamamoto.

Como aficionado a la historia, me he sentido siempre atraído por los momentos cruciales de la historia de  la humanidad. Y, sin duda, la batalla de Midway fue uno de esos momentos. Estados Unidos tendría que haber perdido esa batalla, si usamos la lógica convencional. La superioridad japonesa era aplastante. La capacidad de combate americana estaba bajo mínimos, así como la moral. Y Japón dominaba gran parte del cielo y el mar desde las Aleutianas hasta el Pacífico sur. ¿Qué podía salir mal?

Esa es la gracia de estas cosas,  de estas situaciones. Cuando estamos tan convencidos de que nada puede salir mal, es cuando la confianza se apodera de nosotros, y cometemos errores. Los americanos habían descifrado la clave japonesa, es cierto, y eso se dice. Lo que no se suele decir es que descifraban una palabra de cada diez, y eso con suerte. Sin embargo, supieron que era Midway el objetivo japonés. ¿Cómo pudieron saberlo?

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Mapa general del escenario de la batalla de Midway

Por triangulación y comparación de datos. Enfrentar datos inconexos, absurdos incluso, totalmente desconectados entre sí, aparentemente, pero con un hilo conductor muy fino. Y el resultado apareció: los japoneses hablaban constantemente de «AF» como el objetivo a invadir. ¿Qué era «AF»? Nadie lo sabía. Pero era evidentemente importante.

Luego, desde otro canal, alguien, que seguía la señal de radio de un avión japonés de reconocimiento, informó de que el avión japonés había comunicado que pasaba sobre «AF». En aquella época los aviones no podían ser seguidos con el radar, ya que era un aparato de muy corta distancia. Pero a alguien se le ocurrió calcular la trayectoria posible, lo que se conoce como el plan de vuelo, de aquel avión. Y la única masa de tierra que ese avión podía haber visto en aquel plan de vuelo era Midway. ¿Qué conclusión se puede sacar de eso?

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Isoroku Yamamoto, comandante de la Flota Combinada japonesa

Efectivamente: «AF» era Midway. Y así lo consideró el comandante en jefe americano del Pacífico, almirante Chester Nimitz. El objetivo japonés era claro: dominar Midway, para desde allí situar una base desde la que atacar la isla de Oahu y la base naval de Pearl Harbor, para así controlar totalmente las islas Hawai y, dejar fuera de juego la flota del Pacífico estadounidense.

Nimitz aprovechó sus dos únicos portaaviones operativos, el Enterprise y el Hornet, y un tercero, el Yorktown, que fue reparado a una velocidad muy superior a la habitual, para colocarlos en una posición que sorprendiera a las tropas de invasión del almirante Nagumo, que se movía con una flota de desembarco delante de la flota de cuatro portaaviones japoneses del almirante Yamamoto. De este modo, podía atrapar en una trampa a los japoneses, pero, si los japoneses se dirigían hacia la costa oeste de Estados Unidos directamente, podría cortarles el paso.

Sin entrar en detalles, extremadamente interesantes desde el punto de vista estratégico y táctico, lo cierto es que Nimitz consiguió hundir los cuatro portaaviones japoneses a costa de un solo portaaviones, el Yorktown. Aquella fue una victoria tremendamente importante, y el comienzo del fin de la guerra en el Pacífico. Quedaban enormes batallas por delante, pero los japoneses fueron retrocediendo durante los tres años siguientes, hasta terminar la guerra en agosto de 1945 con el lanzamiento de las tristemente recordadas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

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Chester Nimitz, comandante en jefe de la flota del Pacífico de los Estados Unidos

¿Por qué ganó Nimitz? ¿Qué podemos aprender de aquella victoria? Varias cosas:

  1. Que la suerte puede ser un factor, pero hay que buscarla.
  2. Que tenemos que tener la mejor información previa a cualquier acción que vayamos a realizar.
  3. Que debemos esperar lo mejor, pero también lo peor, de los acontecimientos.
  4. Que las cosas pueden ponerse muy difíciles, y parecer imposibles, pero con el trabajo adecuado, se pueden encontrar salidas que a veces parecen no existir.
  5. Que una batalla ganada no decide una guerra. El entusiasmo por la victoria dio ánimos, pero quedaba un infierno por delante. La primera piedra, el primer paso, es fundamental. Pero es solo el primer paso.

¿Para qué me sirve a mí personamente conocer esto? Es muy sencillo: aprendo estrategia militar para aplicarla a cualquier necesidad que pueda tener, y de hecho, este tipo de estudio me ha sido de mucha utilidad para muchas cosas. Todo conocimiento, y por supuesto el militar, es importante. Todo ayuda a entender mejor al ser humano. Y pocas cosas explican mejor al ser humano que la guerra. Es triste, lo sé. Pero es la realidad.

Midway ha quedado en la historia como el ejemplo perfecto de que el orgullo, la autoconfianza, y la falta de información, son la fórmula para el desastre. En este caso los japoneses no sabían nada de lo que estaban preparando los americanos, y situaciones así son potenciales escenarios para el completo desastre.

A cada paso que demos en la vida, sea saliendo de casa, o luchando en la batalla final, debemos tener y contar con la información más veraz y precisa, y actuar del modo más discreto posible, para no mostrar nuestras intenciones, hasta que sea el momento adecuado. Entonces ganaremos esas batallas que antes perdíamos. Y habremos dado un paso para llegar al éxito, sea cual sea ese éxito que buscamos.

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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