Cine clásico: El secreto de Santa Vittoria

¿Fin de semana aburrido? ¿Mucho calor? ¿Los niños no paran de gritar y de dar saltos? Mándelos a la piscina, o al cine, y húndase en el sofá con el ventilador o el aire acondicionado, dispuesto a ver una de esas películas de las que nadie habla, pero que es una joya del séptimo arte:

El secreto de Santa Vittoria.

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Italo Bombolini (Anthony Quinn) a la derecha, en una escena de la película. Uno de los más grandes actores de todos los tiempos, polifacético y magistral.

Año 1944. Mussolini ha caído. En un pueblo vinícola italiano, el fascismo también ha caído, y los fascistas son encerrados. Pero se necesita un alcalde. Y esos mismos fascistas consiguen que Italo Bombolini, el marido de la vinatera del pueblo, sea nombrado alcalde. Borracho, vago, antiguo seguidor de las promesas de Mussolini, y cegado por el dolor de la pérdida de esas promesas, Bombolini (Anthony Quinn) protagonizará una maravillosa historia, cuando se enteran de que los alemanes van al pueblo a robarles todo el vino de sus cosechas.

Con la actriz italiana Anna Magnani haciendo el papel de la vinatera y esposa de Bombolini, juntos forman una pareja maravillosa y con una actuación espectacular, que desarrollará una historia divertida y llena de mensajes que nos vienen a decir una idea: juntos, se puede engañar hasta al mismo diablo.

Si puede, no deje de verla. A ser posible con un vaso de vino italiano. Le aseguro que disfrutará. Al menos, eso es lo que yo creo: que no le defraudará.