Buscando la civilización perfecta

El racismo y la xenofobia han sido una constante en la historia de la humanidad. Han existido en la creencia de que, en un momento dado de la historia, un pueblo, con una cultura, una lengua, una religión, y unas costumbres, han considerado que eran una forma “pura” de civilización, y que cualquier “contaminación” de esa cultura destruiría tan preciado tesoro.

Lo cierto es que la historia está llena de estos pueblos perfectos y estas culturas puras, pero, mucho me temo, las cosas no funcionan así. Todos los pueblos de la historia de la Tierra han sido producto de mezclas constantes de distintas civilizaciones, que han dado lugar a otras civilizaciones, desde el devenir de los tiempos. Los griegos, por ejemplo, eran un conglomerado muy diverso de pueblos. Por no hablar de Estados Unidos en la actualidad, verdadera mezcla de pueblos de todo el mundo, lo cual ha sido fundamental en su desarrollo y prosperidad como nación.

Recientemente una cofradía española del centro de España se quejaba del uso de expresiones andaluzas que “contaminan” su forma de hablar. Es otro ejemplo más de la constante lucha que se mantiene por mantener las tradiciones “puras”. No se dan cuenta de que ellos mismos son producto de miles de mezclas de cientos de pueblos. España por ejemplo tiene enormes influencias del mundo árabe, y el español tiene un gran substrato del árabe en palabras, por mucho que duela a algunos. Un ejemplo: «ojalá» viene del árabe لو شاء الله , pronunciado law sha’a Allah; que significa «si ALÁ quisiera».

Dicho de otro modo: cada vez que digas “ojalá”, estás pidiéndole indirectamente a Alá un favor. Es otra “contaminación”, pero lleva tanto tiempo que ya forma parte de la cultura y de la lengua. Ojalá algún día podamos comprender esto en su justa medida, seremos mejores, como individuos, y como pueblos.

unicef

La verdadera igualdad del ser humano

Es curioso cómo el ser humano, cuando define a unos individuos por encima de otros por razón de sexo, color, credo, o raza, siempre cumple una constante: él, o ella, están, por supuesto en el bando correcto. Nunca se suele oír algo como: «los de color A son inferiores al color B… Y yo soy del color B». No, siempre se es del color A. O comentarios como «la raza A es superior a la raza B, y yo he tenido la mala suerte de pertenecer a la raza B». O incluso «La religión A es verdadera, y la B es falsa. Y yo profeso la religión B».

No. Quienes buscan diferentes raciales, culturales, o de cualquier otro tipo, siempre son, casualmente, los que están en el mejor bando. Con la mejor religión, con el color de piel adecuado, o con la ideología correcta, siendo todas las demás inferiores o falsas.

Quizás va siendo hora de que nos demos cuenta de que hombres y mujeres, de todas las razas, credos, y condiciones, somos iguales. Por supuesto, un extremista siempre será un extremista. Sea blanco, negro, hombre, mujer, cristiano, judío, o musulmán. El ser humano ha de definirse por la igualdad, la solidaridad, y por disfrutar de las mismas condiciones para desarrollarse como ser humano. Mientras las sociedades en su conjunto no alcancen esa condición, esa meta, seremos lo que queramos ser, pero, de ningún modo, una civilización avanzada. Seguiremos atrapados en nuestras ideas tribales, en nuestros miedos, en nuestras fobias, y en nuestro odio a todo cuanto no sea lo que somos nosotros.

Todo ser humano, sin excepción, tiene los mismos derechos, y los mismos deberes. Todo ser humano tiene una vida preciosa, que no tiene precio, que no puede ser comprada, o vendida, ni mucho menos despreciada. Esa es la única realidad que ha de prevalecer.
Cualquier idea que ponga a un ser humano por encima de otro solo pretende una cosa: conseguir que unos prevalezcan sobre otros, mantenerse en el poder, y querer demostrar que el mundo es como es porque es el estado natural de las cosas. Solo terminando con esas ideas podremos, algún día, obtener la libertad como civilización, y avanzar a un nivel nuevo de igualdad entre los hombres y mujeres de la Tierra. Ojalá podamos verlo algún día.

avatar4_400x400