He comenzado, tímidamente, con la segunda parte de «Las entrañas de Nidavellir» con el subtítulo «Promakhos», y espero tener el libro listo para diciembre. Pero la vida le lleva a uno por unos derroteros, y la voluntad te lleva por otros, y raramente coinciden. En todo caso, allá vamos. Otra vez levando anclas y alzando las velas. Lo que encuentre, solo los dioses lo saben.

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