Nanobots, la nueva esperanza de la medicina

Llevamos milenios luchando contra las enfermedades. A veces con mayor fortuna, otras veces con menos. Actualmente, disponemos de ingentes cantidades de información sobre la vida, lo que nos ha permitido desarrollar tecnologías y metodologías muy eficaces. La tasa de mortalidad hace cien años era enorme, y la vida media de un ser humano durante la mayor parte de la historia de la humanidad era de 30 años. Ahora está entre los setenta y cinco y ochenta y cinco, dependiendo del lugar y condiciones. Hay excepciones bastante crueles es cierto, pero ese es un asunto que no es responsabilidad de la ciencia médica, sino de los políticos, y no lo trataremos aquí ahora.

Cuanto más avanzamos, más desesperados estamos por encontrar nuevas curas a enfermedades que se resisten. El cáncer es un ejemplo clásico, aunque hay muchas otras. El cáncer en realidad es un conjunto de unas ciento cincuenta enfermedades que tienen una base común, pero que requieren sus propios tratamientos y estrategias en cada caso.

nanobots
Imagen renderizada de nanobots actuando sobre hematíes

Nadie quiere morir. Todos queremos vivir,  y sin enfermedades. La gente hará lo que sea para salvar su vida, incluso vender su salud a vendedores de ilusiones. Pero solo la ciencia puede dar respuesta a enfermedades crueles como el cáncer o las enfermedades neurodegenerativas, por poner dos casos muy evidentes. Por otro lado, enfermedades basadas en bacterias vuelven a resurgir porque se hacen resistentes a los antibióticos, evolucionan y se perfeccionan para sobrevivir a los medicamentos. ¿Cómo luchar contra esto? La ciencia tiene dos respuestas, pero es la segunda la más prometedora.

La primera es la modificación de virus sencillos, para que ataquen a las células que queramos destruir. Normalmente son retrovirus, es decir, virus sencillos que no contienen ADN, sino solo ARN. El ARN, el ancestro del ADN, es tremendamente cambiante, y permite mutaciones muy superiores. Esto tiene ventajas e inconvenientes por supuesto. El virus de la gripe es un retrovirus, por eso cada año hay que vacunarse, y por eso a veces la vacuna no funciona; cuando nos llega el virus, ha mutado, y la vacuna que nos dieron ya no es efectiva.

El problema con la modificación de retrovirus para atacar enfermedades es que ese virus puede mutar dentro del paciente, haciendo inefectiva nuestra estrategia, y dejando inutilizado ese virus pseudoartificial. Además, por muy sencillos que sean los retrovirus, siguen siendo estructuras muy complejas y difíciles de manipular. La solución, como tantas veces, la trae la ingeniería y la informática. El nombre: nanobots.

¿Qué son los nanobots? Son estructuras artificiales, completamente automatizadas y programadas mediante software, que tienen desde el tamaño aproximado de un virus de la gripe, hasta el tamaño de una célula estándar, aunque los tamaños pueden incluso ser menores.

Los nanobots son, en esencia, robots en miniatura, capacitados y programados específicamente para ser introducidos en el torrente sanguíneo, de tal forma que busquen las células o virus que deben ser destruidos. El nanobot comprueba que el virus, o la célula maligna, dispone de la firma que tiene en su base de datos, una base de datos de tamaño molecular. Una vez han verificado que ese elemento es nocivo, los nanobots activan su capa exterior, compuesta de proteínas, y crean una llave que permite romper la membrana plasmática, acceder al ADN de la célula, y hacer dos cosas: o bien producir la apoptosis de la célula (muerte inducida que toda célula puede provocarse cuando no es necesaria), o bien, si el mecanismo de apoptosis ha dejado de funcionar, como ocurre con las células cancerígenas, reprogramar ciertas áreas de los nucleótidos del ADN de la célula, precisamente para obtener el mismo resultado. Cuando la célula se reproduzca, el nanobot habrá colocado una bomba en forma de programa genético en el ADN de la célula. La célula, al reproducirse, será destruida completamente.

Las ventajas de los nanobots frente a los virus son por ello evidentes: mayor control, mayor seguridad, programación específica, mayor sencillez para su operación, no tener que gestionar una entidad viva compleja, y programación a medida específica para cada paciente. Los nanobots serán los mismos, pero no su programación, específica de cada individuo.

¿Cuánto queda para ver algo así? Es difícil de decir, pero actualmente se están construyendo microprocesadores con pistas de 5 nanómetros de anchura. Un átomo suelen tener un nanómetro de anchura. Estamos llegando a controlar la materia a una escala sin precedentes. Luego es factible ver este tipo de soluciones en los próximos veinte años, al menos en primeras versiones.

El nivel de control sobre muchas enfermedades con nanobots es evidente. Incluso si no conocemos la causa de una enfermedad concreta, se podrá paliar esa enfermedad. Por ejemplo, el Alzheimer se produce, según se cree,  como resultado de las fibras amiloides sobre zonas del cerebro, que podrían ser periódicamente limpiadas por nanobots antes de que produzcan daños en el tejido neuronal. Esto no curaría la enfermedad, porque no detiene el mecanismo que genera las fibras amiloides, pero al menos la detendría.

Estas y otras aplicaciones permiten sin duda prever un gran futuro para los nanobots y la nanomedicina. Y habremos dado, una vez más, un gran salto en la siempre constante y dura lucha contra enfermedades que son terribles y que acaban con millones de vidas todos los años. Todo esfuerzo que se haga merecerá la pena, sin ninguna duda.


Para más información sobre nanotecnología y sus usos, pulse en este enlace.

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

Un comentario en “Nanobots, la nueva esperanza de la medicina”

Comentarios cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: