2019 y un camino de paz a las estrellas

Se acaba el año, y puedo hacer balance con la satisfacción de comprobar que el blog ha ido creciendo poco a poco, a pesar de no preocuparme del SEO, algo que mandé a paSEO hace tiempo, y que no le meto a los lectores ventanitas insistiendo en que se den de alta en el blog, ni cosas parecidas. No voy a poner cifras, ni estadísticas, porque la pretensión de este blog no es la cantidad, sino la calidad, y serán ustedes quienes juzguen si esa calidad es meritoria como para visitar los artículos y los contenidos que aquí se ofrecen. La única publicidad que aparece es la de WordPress, porque no me puedo permitir pagar para eliminarla. Sin duda ustedes comprenderán.

Pero algo que tengo muy claro es que a este blog viene quien decide venir, se queda quien se quiere quedar, y se va quien se quiere ir, sin presiones de ningún tipo, ni persecuciones, ni ofertas de última hora. Usted decide. Pero no espere ventanas transgresoras. No las encontrará aquí.

constelacion de orion hemis norte
Orión

¿Mi deseo para 2019? Que sean felices por supuesto, y que lean todo lo posible, es mi invitación. Lo que sea, lean ustedes ciencia ficción, fantasía, romántica, o la guía telefónica, pero lean. Porque leer es la savia que construye las ramas de la ciencia, el conocimiento y el arte en cada ser humano.

Mi pensamiento para esta entrada, y para este año, está relacionado con la noche de nochebuena. Tras la cena estuve paseando por la playa. Era una noche bastante clara, con una Luna brillante. Y se veía muy bien la constelación de Orión. Entré en la oscuridad de la arena, y me acerqué hasta el mar. La noche era fresca, pero no fría, y el mar estaba calmado.

Allí estuve un buen rato contemplando la constelación de Orión, y la sombra que deja entrever la nebulosa del mismo nombre, un gigantesco criadero de estrellas. A la vista solo se ve una pequeña mancha por supuesto. Con un telescopio medio ya se distinguen sus aspectos principales. La nebulosa es una increíble masa de hidrógeno que genera nuevas estrellas, que luego se dispersan por toda la galaxia.

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Nebulosa de Orión

Imaginé qué mundos existirán allá, y qué mundos de esos que ahora nacen tendrán vida algún día. ¿Qué civilizaciones nacerán en esos mundos? ¿Qué soñarán esos seres? ¿Qué miedos y temores tendrán que vencer para sobrevivir? ¿Conseguirán conjurar el fantasma de la guerra, del hambre, de la desdicha? ¿Vivirán momentos de amor eterno, y traiciones aún más eternas? ¿Encontrarán su camino a las estrellas? ¿Dominarán a sus dioses, o dejarán que estos les dominen para siempre?

Siempre me he conmovido ante la visión de las estrellas. Y siempre lo haré. Porque en ellas está escrito el pasado, el presente, y el futuro de la humanidad. De ellas venimos, y a ellas volveremos algún día, si somos lo suficientemente valientes y decididos como para entender que, siendo únicos, somos una especie más. Y que, solo respetando la vida, y a otras especies, y a este mundo, y a esta galaxia, conseguiremos encontrar la verdadera paz que tanto buscamos y anhelamos.

Ese es mi deseo para 2019, y para los años venideros. Paz y amor en la Tierra. Y en el universo. Feliz año, y muchas gracias por todo.

Como colofón, les traigo una entrada de «Promakhos», segunda parte de «Las entrañas de Nidavellir». La reina Artemisia tiene como prisionero a Robert. Mientras, fuera, Jerjes I, emperador del Imperio Aqueménida, se presta a aplastar definitivamente a las fuerzas griegas, en una isla conocida como Salamina…


 

 

 

 

 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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