La alegría de un pueblo que siempre sonríe

Nota especial: esta entrada está llena de sentimientos y reflexiones personales.

Hoy no es miércoles musical, pero no importa, cualquier día es bueno para la música. Hoy me va a permitir usted, si es tan amable, que me ponga un poco nostálgico, bueno, un poco más de lo normal, y traiga aquí una canción griega interpretada por Nana Mouskouri: «Yalo yalo». una canción que es cantada en cualquier fiesta de las muchas que siempre organizan los griegos en cualquier momento y lugar.

Se trata de una canción griega muy popular, que se canta en fiestas, en bailes, en bodas, en… se canta en cualquier momento, mientras la gente disfruta de la amistad, la alegría, y la luz que son propias del pueblo griego. Y sí, es cierto: amo Grecia y a sus gentes.

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La isla de Hydra

Tengo planificado este año volver a Grecia, si es posible antes del verano, y espero, esta vez sí, poder llevar a cabo este viaje a la isla de Hydra, después de un par de cancelaciones. Porque la vida no es eterna, y en la isla de Hydra tengo un asunto pendiente que resolver, un asunto del que ya hablé en su momento, y que siempre ha sido un punto de inflexión en mi vida. Yo, el hombre frío, el metódico, el calculador, el que todo lo basa en la ciencia, en los números, en las pruebas tangibles… y me encuentro a mí mismo sorprendido, y completamente consternado por un suceso que viví en la isla de Hydra, que nunca he podido explicar, y que probablemente nunca pueda explicar.

Pero así es la vida: un misterio eterno. Creo que todos, en mayor o menor medida, tenemos pequeños misterios, o, a veces, grandes misterios, que resolver. Yo estuve a punto de dejar este mundo aquel día en Hydra, y nunca podré explicar cómo o por qué no acabó todo entonces. Algo increíble sucedió, y, como suele decirse, «no era mi día».

No se trata de mística, ni de magia, lo sé. No soy tan inocente. Sé que hay una explicación. Pero he tratado, durante años, de explicarme qué ocurrió. Por eso quiero volver a Hydra. A aquel lugar. No obtendré respuestas, por supuesto. Allí solo hay una isla, un puerto, barcos, y gentes. Como en el resto del mundo. Pero allí quedó una pregunta sin resolver. Y volver no me dará respuestas. Pero me dará paz.

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No se permiten automóviles en la isla; el transporte es a pie, en bicicleta, o con burros

Pero bueno, no nos pongamos demasiado melodramáticos. Escuchando esta pieza mi mente vuela a aquellos días, y a aquellos momentos maravillosos, con gentes maravillosas en un país delicioso y maravilloso. Y eso es lo que cuenta. Había pensado alguna vez el estudiar griego moderno, algo que sería posible desde el griego clásico que estudié, y, cuando me retire, si es que consigo retirarme, intentar ir a vivir allá. Pero creo que mis días de aventuras se están terminando, y es mejor que deje esos sueños para las nuevas generaciones.

Me conformaré con una visita, que ya es mucho, y con la alegría de saber que puedo disfrutar, una vez más, de la amistad, la camaradería, y el calor de un pueblo mediterráneo que es luz y alegría: el pueblo griego. Qué gran país. Y qué gran historia llena de héroes, mitos, y leyendas.

Viajar a Grecia es volver con Aquiles, Odiseo, y la de ojos claros, Atenea. Solo espero que ella sepa perdonar mi tardanza. Eso espero.

 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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