El pasado día 23 de abril, el día del libro, tuve la suerte de conocer personalmente a Vanessa Calonge, más conocida en círculos literarios y de bloguers como Hedwig Kudo. Hedwig estaba en un stand, ofreciendo su libro, y pude departir unas palabras con ella, y otras dos escritoras que la acompañaban.
Ella es una escritora que acumula grandes éxitos en sus facetas como amante de las letras y como bloguera, y tiene un importante y nutrido grupo de seguidores, que ha conseguido a base de mucho trabajo, esfuerzo, y talento. Que, al final, son los parámetros que pueden hacer destacar a alguien de forma continua. Otros alcanzan el éxito por influencias, pero estos ven caer su éxito tan rápido como lo adquirieron. Hedwig es de esas hormiguitas que va trabajando y logrando dar pasos seguros y con firmeza, y eso se nota en su web y en sus proyectos. Sin duda aconsejo visitar su web, donde últimamente ha incorporado un podcast. Tambien su twitter, que últimamente ha superado una importante cifra.
¿Qué interés me movió ir a verla, a conocerla? Dos cosas, principalmente. Primero, su frescura. Me gusta la gente que se ve sincera, que se ve llana, abierta, sin tapujos, con la verdad por delante. Creí que Hedwig parecía disfrutar de todas esas cualidades. No me equivoqué. Es encantadora y una persona honesta, afable y muy atenta.
La segunda razón es que me gusta conocer, de vez en cuando, a personas que, como yo, tienen importantes inquietudes literarias y culturales. Creo que es muy importante que nos veamos personalmente, porque eso abre nuevos puentes en el conocimiento mutuo, que nunca podrá ofrecer Internet, ni las redes sociales, ni esa realidad virtual que quiere invadirlo todo.

Me gusta ver a la gente de frente, sentirla, y que me sientan. Poder intercambiar gestos, expresiones, y emociones, además de palabras. Porque la palabra es una parte de la comunicación, pero solo eso: una parte. El resto va con los gestos, con las expresiones, con la mirada. Yo soy bastante tímido, aunque pueda parecer lo contrario, pero aún así trabajo esa timidez para poder llevar a cabo estas aproximaciones. A veces he conseguido conocer gente con la que he trabado una buena amistad literaria, y a veces no. Pero siempre ha merecido la pena el esfuerzo.
Para finalizar, agradecer a Hedwig, y a otras dos escritoras que por allí andaban y cuyo nombre no recuerdo, y ruego me perdonen, el tiempo que compartí con ellas, hablando de letras, de blogs, de sentimientos, del arte, y de seres humanos.
Porque de eso se trata: de humanidad, de sonrisas, de buenos momentos, y de arte. Muchas gracias.
gracias, què interesante, voy a ver su página ahora mismo. que tenga una gran semana. abrazos.
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¡Igualmente saludos!
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Jo, muchísimas gracias Iñaki por tus palabras. De verdad que se valoran muchísimo. Lo mismo que te acercaras que como comentamos: sin estos encuentros las ferias se hacen frías y nada apetecibles.
Sobre la timidez, creo que muchos compañeros de letras tenemos esta cualidad. El refugiarnos detrás de las palabras o de proyectos de blogs es nuestra manera de combatirla y conectar. De ahí que como dices, hacer esos acercamientos son importantes. Y aunque cueste, muchas veces merecen la pena 😉
Un abrazo y espero que podamos repetir experiencia y charla de más rato en otra ocasión 😀
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Muchas gracias Vanessa, un abrazo 🙂
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Muchas gracias Hedwig (ahora sí lo escribí bien) por tus palabras. En cuanto a tu experiencia difícil tú sabes bien que muchos admíranos tu trabajo y tu calidad humana. La vida son obstáculos que se van superando, y el retrovisor solo se ha de usar para recordar que aquel camino quedó atrás, para bien o para mal. Lo que queda es el futuro y ese es todo tuyo. Un abrazo.
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