Aviso: este es un texto duro y directo con intención de concienciar sobre el Covid-19 a quienes tienen dudas sobre sus limitaciones de la libertad, y su derecho a ejercer esa libertad poniendo en peligro la vida de los demás.
Hoy quisiera escribir una entrada rápida, porque estoy leyendo muchas barbaridades y cuestiones absurdas sobre el Covid. Y quiero ponerme muy serio con esto, porque yo he vivido la experiencia de no poder respirar, y les aseguro que es uno de los peores tormentos que puede pasar un ser humano en su vida. No fue por el Covid, fue años atrás, pero el resultado es el mismo.
Por lo tanto, y con la crudeza que me caracteriza, que me ha granjeado muchos enemigos en la vida, pero ha dejado claro que soy sincero y directo, quisiera promover estos consejos que comento a continuación:

Olvídese de la navidad: mande la navidad al infierno este año. Quédese en casa con su núcleo familiar. No acuda a fiestas y reuniones con personas que no sean de su grupo social familiar directo.
Olvídese de la semana santa de 2021: si no han mejorado claramente los valores de expansión del virus, olvídese también de la semana santa. Falta mucho, pero, ante la duda, no se arriesgue.
Convenza a sus hijos, hermanos, amigos, de que esto no es una broma ni estamos para fiestas. Todos queremos salir, y pasarlo bien. Pues no va a poder ser, qué pena. En casa, y saliendo lo mínimo, tendremos una oportunidad de no contaminarnos hasta que el virus baje su expansión, tengamos vacuna, o ambas cosas.
Si es de los que piensa salir de fiesta en cualquier caso, tenga la edad que tenga, recuerde: puede matar, repito, puede matar a sus padres o abuelos, hermanos, hijos. Usted decide cargar con esa responsabilidad por una noche de fiesta. Piénselo bien cuando lleve las flores al cementerio porque usted quería defender su libertad frente al virus. El virus no entiende nada de su libertad. Sí entiende de atraparle y matarle a usted y a sus seres queridos. No le importa nada; le usará, le matará, y pasará al siguiente. Y lo hará sin miramientos.
Si usted tiene cualquier edad, pero piensa que se están conculcando sus derechos, visite esta página. Ya está bien de hablar de que el virus no existe, o que los hospitales están vacíos. Por favor, tenemos lóbulo frontal; vamos a usarlo por una vez en la vida.
Si usted es una persona que se cree inmune por haber pasado el virus, recuerde: usted puede estar repartiendo el virus por todas partes. Precisamente el poder de este virus es transmitirse a través de personas que son asintomáticas. Si ha estado en una zona y/o actividad de riesgo, usted puede estar matando a la gente allá por donde pasa. Conozco un caso concreto que ha contaminado al menos a doce familiares. Uno de ellos un joven de veinticuatro años que tuvo que ser hospitalizado muy grave. Le han quedado secuelas importantes.
Olvide lo que dicen los políticos y sus peleas. Olvide los datos que van y vienen. Hay mucha manipulación, pero un dato sí es real: el virus está ahí fuera, preparado para matarle a usted y a su familia, o dejarles con terribles secuelas. No sea ignorante y no haga locuras; por favor, ese fin de semana con los amigos puede ser el camino a la tumba. Esa fiesta de navidad con la reunión familiar le podría matar. No lo haga. No pasa nada porque un año esté en casa. Yo voy todas las nocheviejas con mi hermana a su casa. Ya le he dicho que este año se olvide de mí. Me quedo en casa con la consola jugando al Cyberpunk 2077, y tan feliz.
Finalmente, recuerde: pasar tres meses, o seis meses más, con la vida al mínimo es muy duro, por razones que todos sabemos. Mucha gente sufre por su economía, y por las condiciones que esta pandemia conlleva.
Pero, por eso mismo, no estemos pensando en quejarnos porque no podemos irnos de fiesta. No podemos. Y punto. No podemos celebrar la navidad, quizás la semana santa tampoco, y no podemos jugarnos la vida, y mucho menos, jugar con la vida de los demás.
¿Es duro? ¿Es terrible? Claro. Señoras y señores. Bienvenidos a una PANDEMIA. Esto no son las fiestas del pueblo. El virus está ahí fuera, y nuestros padres y abuelos pasaron una guerra, incluso dos, como mi padre, que vivió la guerra civil y la segunda guerra mundial. Esto no es tan grave, pero hay que tomárselo muy en serio.
Perder a un ser querido siempre es duro. Perderlo por una imprudencia es algo que muy pocos se pueden perdonar. No sea uno de ellos.
Resistamos. Aguantemos. Luchemos. Tenemos muchas cosas maravillosas. No las perdamos por una imprudencia, por favor. Seamos sensatos. Seamos consecuentes con nuestros actos. Seamos fuertes.
Esto pasará. Será una pesadilla. Y podremos tener una macrofiesta increíble luego, y brindar con nuestros seres queridos. Ahora toca aguantar.
Les dejo con un vídeo de Eric Clapton y una canción que compuso cuando perdió a su hijo. Roguemos por que no tengamos que cantar nosotros esa canción jamás con nuestros seres queridos. Mucho menos por ser nosotros los responsables. Muchas gracias.
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