Uno de los objetivos básicos de la ciencia es el conocimiento. La ciencia básica es aquella parte de la misma que busca conocer el universo y su naturaleza, sin otra finalidad que obtener ese conocimiento. Luego otros, si cabe, ya aplicarán ese conocimiento en soluciones de todo tipo. Mucha gente dice “¿para qué sirve conocer esto, qué utilidad tiene?” La respuesta es simple: es mejor conocer algo aparentemente inútil que seguir en una ignorancia que nunca tendrá aplicación alguna.
La ciencia es mucho más que conocimiento por supuesto. Es una herramienta para mejorar la vida de todos los seres humanos de la Tierra y para comprendernos mejor a nosotros mismos. También se puede aplicar en todos los órdenes de magnitud de la vida, desde problemas cotidianos como si es mejor desayunar esto o aquello, hasta el diseño de naves interestelares. Como herramienta, se puede usar bien o mal. Pero bien usada su poder es enorme. Ahora bien, en esa búsqueda de conocimiento, ¿existen límites? Y si es así, ¿cuáles son esos límites?

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