¿Puede un fin justificar un medio? ¿Es el camino al bien una trampa, incluso una excusa, para hacer todo el mal posible a un ser humano, o a la humanidad? ¿Son muchas veces las razones de tipo humanitario motivos para llevar a cabo objetivos mucho más personales, mundanos, y egoístas?
Esos son algunos de los aspectos que encierra Scott, probablemente el personaje más desorientador de la saga Aesir-Vanir. Sin forma, aún más sin fondo, es el tipo de personaje que busca que el lector se pregunte: «¿pero qué diablos?…».
A lo largo de su existencia y de los doce libros, Scott parece disfrutar pasando del bien al mal, y de nuevo al bien, sin que nunca quede claro qué quiere, o qué pretende. Algunos lectores me han preguntado quién es Scott. Yo siempre les digo lo mismo: es, en todo caso, esa sombra que se oculta tras nuestros sueños, y nuestras vanidades…
Fragmento de «Las entrañas de Nidavellir II». Scott e Yvette se encuentran en una habitación, solos y atrapados en la luna Titán de Saturno…
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