Esta semana la red se ha inundado de una de esas informaciones que encantan a los periodistas que quieren llenar sus páginas de visitas basadas en hechos y datos completamente especulativos. Me refiero a la noticia de que en Marte se han encontrado restos de material orgánico, y de que se ha hallado un ciclo de metano en la atmósfera que sube y baja durante el año marciano. Todo ello indicativo de una más que posible probabilidad de formas de vida. Algunos titulares incluso lo dan por hecho. Si hay que contar mentiras, hágalo bien. ¿Periodismo? Quedó enterrado hace años, en algún agujero negro.
Es decir, se habla de dos datos que podrían indicar vida en Marte. El primero relacionado con esa materia orgánica compleja que podría ser un indicativo de vida, y el metano porque es el resultado de los procesos metabólicos de organismos bacterianos simples. De hecho las bacterias de nuestros intestinos, que desprenden metano, son un vestigio de la eras iniciales de vida en la Tierra, hace tres mil quinientos millones de años.
Todo ello son datos especulativos y circunstanciales que tienen muchas otras explicaciones, las cuales no interesa comentar, porque no venden tanto como hablar de vida en Marte.
Vamos a ir poco a poco tumbando, una a una, todas estas ideas tan maravillosas de vida en Marte, y a contar los hechos como son. No porque yo tenga una especial necesidad de ser un portador de malas noticias; simplemente, porque la ciencia es incompatible con la especulación, y con las noticias cuya finalidad es atraer público y «clicks».

Moléculas orgánicas complejas.
Marte tuvo en el pasado una atmósfera mucho más compleja. Debido a su menor gravedad, a la falta de un campo magnético, y su mayor distancia al Sol, esa atmósfera se fue diluyendo. Una parte viajó al espacio, otra parte se absorbió en la superficie y primeros estratos de su superficie. Pero había agua en abundancia, y eso provocó que el desarrollo de moléculas complejas orgánicas fuese perfectamente posible. Un simple experimento en los años cincuenta del siglo XX, el experimento Miller-Urey, creó moléculas orgánicas compatibles con la vida. Un experimento de horas en una pequeña cuba. Si dos científicos en unas horas pueden crear moléculas orgánicas con un poco de electricidad, agua y compuestos simples, ¿qué podemos esperar de un planeta entero durante millones de años? Que se creen moléculas orgánicas complejas, por supuesto, sin ninguna necesidad de vida. Pero nadie habla de este experimento, porque demuestra que las moléculas orgánicas son perfectamente posibles en ausencia de vida, y eso estropea la noticia.
Ciclo del metano.
La segunda argumentación que se ha usado es que se «ha descubierto» un ciclo del metano en la atmósfera. Es cierto, pero hace años que se descubrió, no es algo reciente. Pero es mejor presentar estas cosas como si fuesen actuales para darle mayor énfasis a la noticia.
El ciclo del metano puede ser, ciertamente, debido a organismos vivos simples, no cabe ninguna duda. Pero es que de nuevo se está cometiendo un error. Las diferencias de temperatura en la superficie de Marte debido a sus estaciones conlleva reacciones químicas en los sustratos de la superficie de Marte en un ciclo de absorción en invierno, y liberación en verano, del metano, mediante congelación y sublimación de este compuesto. Eso conlleva que el metano suba y baje en su proporción sin ninguna necesidad de actividad de vida en el planeta. Es una explicación fácil, sencilla, y totalmente posible, pero, de nuevo, esta noticia no vende.
Vida en Marte, ya especulada en 1976.
Esta idea de vida en Marte ya se produjo, ni más ni menos, que en 1976, cuando se enviaron las sondas Viking, y los primeros análisis creyeron detectar actividad de organismos vivos mediante el análisis de las pruebas y los gases emitidos por el terreno de Marte. Luego se verificó que esas reacciones eran simples procesos químicos simples, sin ninguna relación con la vida. Pero, como siempre, es mejor obviar estas noticias, para de este modo poder vender la noticia a los medios, y estos al público.
Hace dos años se insistió en que las sondas Viking ya habían descubierto vida. Pero en este caso puedo contar cómo uno de sus investigadores, precisamente un español que trabajaba en el proyecto Viking, el profesor Juan Oró, demostró que todo aquello eran simples procesos químicos, y lo hizo al equipo completo del proyecto Viking del que formaba parte.
Precisamente estuve presente en una de las conferencias que el profesor impartió tras terminar el proyecto Viking, y pude escuchar de primera mano sus explicaciones sobre cómo aquellos datos no demostraban, de ninguna manera, que hubiese vida en Marte. Me acompañaba aquel día una bióloga con la que luego pude compartir una charla sobre la conferencia, y que de hecho fue la que me informó e invitó a ir a la conferencia, y me detalló con más precisión la perfecta argumentación del profesor Oró. Fue una experiencia magnífica poder escuchar al profesor Oró en persona, y atender a sus explicaciones sobre el proyecto Viking.

Posibilidades reales de vida pasada y actual.
Nadie va a negar que los datos de moléculas orgánicas complejas y el ciclo de metano son aspectos muy interesantes de la actividad de Marte, que podrían indicar vida pasada, e incluso presente, en capas profundas del planeta. Y está claro que se han de investigar de forma continuada estos datos, y otros que se puedan tomar en el futuro, para verificar si ha habido vida, o si la hay actualmente. De momento, solo se ha rascado en la superficie del problema, nunca mejor dicho, y las enormes radiaciones ultravioletas impiden la existencia de vida en la superficie, ya que no existe un escudo protector como en la Tierra.
Para ello, se están enviando nuevas sondas, y las que allí se encuentran siguen recogiendo datos. Puede que, algún día, podría verificarse vida pasada y/o presente en Marte, y eso sería realmente impresionante. Pero no podemos, ni debemos, olvidar los errores del pasado, ni continuar con este tipo de periodismo sensacionalista y barato que solo pretende llenar páginas y atraer a los lectores mediante titulares que invitan a especular ideas que todavía no están probadas. La ciencia se desarrolla con calma, con paciencia, y con datos. Y todo este ruido mediático y especulativo lo único que hace es convertir a la ciencia en un circo y en una sucesión de mensajes llamativos y coloridos, muy alejados del método científico y de la realidad.
Las implicaciones de encontrar vida en Marte, o en otro lugar, serían realmente impresionantes a nivel cultural, social, ético y moral para toda la humanidad. Y ese día sin duda el mundo comenzará una nueva era. No estamos solos en el universo. Pero, hasta que ese día llegue, si llega, hemos de seguir trabajando, en silencio y con criterios rigurosos. Todo lo demás es charlatanería y periodismo amarillo que no contribuye a nada excepto a desprestigiar la ciencia.
Marte puede guardar muchas sorpresas, sin duda. Pero llegarán, tarde o temprano, de forma clara y concisa, con trabajo y con método. Ese es el único camino de la ciencia.
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