Vamos con otro tema de actualidad, de esos que hacen que mi decreciente fe en la humanidad siga cayendo a mínimos históricos. Y les aseguro que lo intento; intento seguir teniendo fe en esta especie «dominante», que usa su «superioridad» para destruir el planeta. Curiosa forma de demostrar esa superioridad.
El tema tiene que ver con la empresa Google, y su anuncio reciente de que han logrado la «supremacía cuántica». Suena a nombre poderoso, ¿verdad? Y eso ocurre porque esa es su intención. Casi parece el título de una película: «Supremacía cuántica II: el retorno de Magneto» o algo así.
Pero vamos a definir qué es la supremacía cuántica, la comparación que se ha hecho con la llegada a la Luna, y los efectos y consecuencias de este anuncio.

¿Qué es la supremacía cuántica?
La supremacía cuántica es el evento, fenómeno, hecho, situación, llámelo como quiera, por el cual una computadora cuántica ha podido realizar, por primera vez, un cálculo, y resuelto un problema, que hubiese sido básicamente imposible con computadoras convencionales.
Es decir, dado un problema x determinado, que requiere de cientos, o de miles, de años de cálculo de incluso las computadoras convencionales más avanzadas, la computadora cuántica resuelve ese problema en horas, máximo días.
¿Y eso es bueno, o es malo? Es bueno claro. Poder dividir entre cien mil o un millón el tiempo necesario para calcular algo es un hecho muy importante. El problema viene cuando se empiezan a examinar los detalles.
En primer lugar, este anuncio tiene mucho de espectáculo de circo y de querer llenar Internet con la «supremacía de Google», y muy poco de científico. De entrada, el problema no se resolvía «en miles de años» por una computadora no cuántica, sino en dos días y medio.
En segundo lugar, el tipo de problemas que resuelven las computadoras cuánticas de forma estándar no difiere en tiempo demasiado del que se usa en computadoras convencionales. Dicho de otro modo: el 95% de los problemas que actualmente se resuelven con computadoras convencionales no requieren, ni requerirán, de computadoras cuánticas. Y, teniendo en cuenta que una computadora convencional es miles de veces más barata que una computadora cuántica, y que eso seguirá siendo así durante al menos dos o tres décadas, parece que lo de «supremacía cuántica» es un intento de querer llenar páginas de revistas y de redes sociales, sin que haya una respuesta científica real detrás.
Lo cierto es que las computadoras cuánticas actuales son monstruos complejísimos, delicadísimos, y que requieren de circuitos que tienen que estar enfriados constantemente casi al cero absoluto, para que el ruido provocado por el calor no rompa el entrelazamiento cuántico de los qubits, responsables de que la computadora cuántica sea operativa.
Y esto es física: hoy por hoy es imposible tener una computadora cuántica en casa, y lo será durante décadas. Se requieren circuitos superconductores que solo funcionan a temperaturas muy cercanas al cero absoluto. Una computadora cuántica es, por definición, un estado cuántico indeterminado de x qubits entrelazados que deben mantenerse en estado, algo tremendamente complejo y delicado.

Todo esto nos lleva a una conclusión: hoy por hoy, estos experimentos buscan llamar la atención del personal sobre todo, y demostrar que tal o cual empresa es moderna, sofisticada, y avanzada. Ya lo hizo IBM con su computadora cuántica «IBM Q» y ahora lo hace Google. Ambas empresas mantienen una rivalidad enorme en este campo, pero lo cierto es que ambas buscan, ante todo, vestirse con un aire casi de ciencia ficción.
Porque las computadoras cuánticas son, básicamente, todavía, ciencia ficción. Las que operan las hacen con un pequeño conjunto de qubits, pero cada qubit añadido requiere de controles adicionales para que se mantengan en estado operativo. Los costes de energía que consume una computadora cuántica son gigantescos. Mantener cerca del cero absoluto los circuitos requiere de consumir ingentes cantidades de electricidad. Así que no son máquinas nada ecológicas, y sí enormemente sedientas de recursos. El futuro verá computadoras más eficientes, pero atención: se requiere resolver problemas de física muy importantes que necesitan muchos años de estudio.
Y la Luna.
¿Y la llegada a la Luna? Google ha dicho que su investigación es similar a la llegada a la Luna, uno de los hitos más importantes de la humanidad. ¿Es cierto, o es falso?
Si fuese cierto, que IBM ya ha demostrado que es una certeza muy discutible, tampoco pasa nada. Este mundo es tan superficial, y aparecen noticias tan rápidamente, y desaparecen incluso más rápidamente, que cualquier descubrimiento, por importante que sea, dura horas, máximo dos o tres días, antes de que quedar hundida para siempre ante la ingente cantidad de información, la mayor parte basura sin ningún tipo de valor real.
Las noticias importantes, los artículos importantes, los hechos importantes, son relegados al olvido por una sociedad que es incapaz de superar los titulares y el primer párrafo. Cualquier artículo con más de cinco párrafos es descartado. Cualquier libro de más de 150 páginas es eliminado. Cualquier vídeo de más de 10 minutos es ignorado. Rápido, rápido, rápido. No seas profundo, o te ignorarán por completo.

Esa es la premisa de la sociedad actual: la superficialidad. Por lo tanto, noticias de alcance y profundidad, y complejidad, como un hecho realmente importante, como superar a una computadora convencional, quedan relegadas al olvido por una sociedad que, ni comprende, ni quiere comprender. Solo se dedica a consumir información, en su mayor parte intoxicada, distorsionada, o directamente falsa.
Por ello, incluso si esta noticia de Google fuese digna de ser comparada con la llegada a la Luna, algo que no discuto, siempre con matices, tampoco importa. Yo estuve presente en directo, viendo por televisión, la llegada del ser humano a la Luna. Lo recuerdo perfectamente, como si fuese ayer. El mundo contuvo el aliento, todo se paró, y se habló de ello durante semanas, meses. Ahora, unos cuantos titulares, y pasamos a la siguiente noticia.
Hemos perdido la capacidad de sorpresa. Y, mucho peor: hemos perdido la capacidad de ilusionarnos ante las noticias. La saturación informativa nos satura, y nos deja en un permanente estado de coma informativo. Google puede haber llevado a cabo una proeza. Pero incluso si ha sido así, nadie se ha dado cuenta.
Y mucho peor: a casi nadie le importa algo que puede cambiar la historia de la humanidad para siempre. Y eso es un símbolo claro de esa decadencia de la que parece se ha contaminado esta sociedad. Una decadencia por exceso. Y los excesos, tarde o temprano, tienen consecuencias.
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Un comentario en “Supremacía cuántica y la llegada a la Luna”
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