Reflexiones sobre la próxima epidemia

En medio del caos por terminar el último libro sigo buscando huecos para comentar temas que puedan aportar algo al blog además de mis ladrillos literarios. Porque el blog es literatura, pero es también humanidades en general, y ciencia.

Y hablando de ciencia, me gustaría lanzar una pregunta al aire: ¿cómo se gestionará la siguiente crisis sanitaria por epidemia? Ahora todo el mundo se me echará al cuello diciendo: «¿Estás loco? ¡estamos en medio de una crisis planetaria, qué haces hablando de la siguiente!»

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Necesitamos darles a los profesionales un entorno seguro, equipamiento adecuado, y los recursos necesarios para que su investigación avance hasta encontrar soluciones que puedan generar medicamentos en un corto periodo de tiempo tras cada nuevo virus.

Alguien tiene que hablar de la siguiente epidemia. Y eso lo saben los epidemiólogos y virólogos. Porque esta epidemia está creando una crisis enorme, sin duda. Pero la próxima puede tener una tasa de mortalidad que no se mida por el 1%, o el 2%, sino por el 20%, o el 30%. ¿Qué tal el 50%? No es tan difícil: el virus de la gripe española fue demoledor, murieron cien millones de personas en tres años. ¿Alguien duda de que vaya a ocurrir? La pregunta no es si va a ocurrir, sino cuándo. Y, cuando ocurra, estaremos deseando que fuese el COVID-19.

Lo cierto, lo real, lo que está claro, es que la humanidad sí puede hacer frente a este tipo de situaciones. Se sabía que esto iba a ocurrir. Se sabía que en China la situación sanitaria es pésima, y ya han surgido otros virus. Se sabía que la sanidad en España se ha ido recortando de forma alarmante. Se sabía que el sistema sanitario público ha adolecido de fondos de forma paulatina desde la crisis de 2008. Se sabía que la humanidad no estaba preparada para una crisis así, y que la investigación de medicamentos para los virus solo dispone de una pequeña fracción de la inversión total para hacerle frente. ¿Alguien se sorprende de esta situación? Eran dos y dos, y era solo cuestión de tiempo. Pregunte a cualquier epidemiólogo, le aseguro que se lo confirmará.

Porque la humanidad sí puede ser capaz de crear vacunas y antivirales para el COVID-19 y otros virus, y se dispone de conocimientos muy altos. Pero las inversiones escasean, y los intereses de las naciones y los gobiernos de esas naciones pretenden ocultar la realidad, e ignorar los hechos y los datos, así como las advertencias que los epidemiólogos y los virólogos han venido haciendo desde hace décadas: que esto no era un asunto de si podía pasar, sino de cuándo.

Y ahora llega el COVID-19 y todo son lamentos, cierre de empresas e instituciones, cierre de fronteras, mucha histeria, y mucha desinformación y manipulación. E inversores haciendo negocio con la caída de la bolsa. Hay gente que está ganando mucho dinero con la crisis del COVID-19. ¿Quiénes? Los de siempre, por supuesto.

Este virus no se creó en un laboratorio, como dicen algunos conspiranoicos. Ojalá fuese así; eso querría decir que tenemos unos conocimientos sobre virología impresionantes. Y no los tenemos. Tenemos, pues, que enfrentarnos a la realidad: o bien se invierte en crear defensas contra los virus eficaces, o quizás la próxima epidemia se lleve a la sociedad moderna por delante, dejándola destrozada y descompuesta. No destruida, pero sí tocada de un modo brutal, con un retroceso de 100, 200 años. Incluso más. Es un escenario factible. Totalmente posible.

Menos portaaviones, y más virología. Porque los portaaviones no van a acabar con los virus. La virología sí lo hará. Y soy consciente de que el ser humano tiene una insaciable necesidad de organizar guerras a la menor oportunidad. Pero eso no es excusa. Porque la guerra del virus no se ataja con portaaviones o cazas de combate. Solo se ataja con ciencia, y con virólogos bien equipados y con recursos suficientes. Y el virus no entiende de bandos ni de clases, como se está viendo en la actualidad.

Los que ya llevamos muchos años en este mundo quizás no veamos otra epidemia. Pero los jóvenes que ahora van a recordar esta, quizás entiendan, por fin, que hay que prepararse. Y los políticos del futuro recuerden estos eventos, y se preparen para evitar una catástrofe.

¿Lo harán? De ellos depende. Pero será mejor que empiecen a entender cuáles son las prioridades. Porque el virus solo tiene una: reproducirse, y terminar con sus víctimas. Y eso no lo va a cambiar nada, excepto la ciencia. La ciencia, y un puñado de hombres y mujeres con los recursos apropiados. Esos son los héroes. Y a ellos debemos darles todo cuanto necesiten para evitar que esto se repita. Y, esta vez, con consecuencias mucho peores.

Así que sí; sí creo que debemos hablar de la próxima epidemia. Empecemos a hablar ya. Estamos a tiempo. Aún no es tarde. Este virus nos ha avisado. El próximo puede que no tenga tanta amabilidad.


Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

5 opiniones en “Reflexiones sobre la próxima epidemia”

  1. Muy cierto este análisis, sobre todo el asunto del pánico y cómo los de siempre se aprovechan de la crisis. Yo en lo personal veo estas epidemias como algo necesario. Coincidimos en una sobrecarga de gente en este planeta?
    Saludos e invitaciones para mí blog.
    @Tofusensei (también en Wattpad)

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    1. No sobra nadie, porque si entendemos que sobre alguien tenemos que determinar quién sobra. Y nunca somos nosotros los elegidos.

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Comentarios cerrados.

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