Esta semana habré terminado la segunda parte de “Las entrañas de Nidavellir”. Junto con la primera parte, el libro tendrá una extensión de unas 1100 páginas en total, en formato estándar de papel. Luego llega la eterna e inacabable fase de revisión y locura. Pero eso forma parte de la diversión.
El trabajo de desarrollo del personaje de Sandra ha sido duro, y también el de un personaje secundario, Yvette. Pero lo más apasionante es ver crecer a tus personajes en tus manos y en tu pluma. Esa es la magia de la literatura, y nada en el universo puede sustituir esa magia. Escribir es una experiencia mística que nos conecta con el pasado, con el presente, y con el futuro de nosotros mismos y del universo. Una experiencia agotadora, pero sin ninguna duda, maravillosa.