Quo Vadis, Elon Musk

Ah, qué bueno es poder empezar el año criticando a Elon Musk. Yo, un gusano infecto fracasado en la vida, atreviéndome a criticar al dios de la tecnología, la ciencia, y el progreso del siglo XXI.

¿Se me nota ácido y sarcástico? Por supuesto. Son dos de mis defectos, entre otros muchos. Pero hablemos claro: yo también he hecho muchas promesas que luego no he cumplido, como varios miles de mujeres pueden atestiguar. Más allá de eso, no soy mejor ni peor que nadie, pero sí sufro del pecado capital de muchos seres humanos: los sueños y las promesas se me escapan de entre los dedos, como lágrimas en la lluvia. Veamoslo.

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El cohete Falcon Heavy listo para despegar este mes

Elon Musk, del que ya he hablado en otras ocasiones, ha hecho y hace grandes cosas, de eso no cabe ninguna duda. No seré yo quien niegue que este hombre representa al soñador que viene de otro país, y de la nada construye un imperio de progreso y futuro para la humanidad. Hay muchas cosas que admirar de Elon Musk, por supuesto que sí.

El problema se da cuando alguien así se cree su propia divinidad, y empieza a desvariar. Como el gran héroe de guerra que luego se convierte en político, toma las riendas de un país, y arruina a ese país. ¿Dónde he visto yo eso? Ah sí, varias veces en los últimos veinticinco siglos. Y Elon Musk, y su legión de adoradores incondicionales, sigue haciendo esas promesas que cada vez menos gente cree. Ya dije una vez que el tiempo pondría a este hombre en su sitio, para bien o para mal.

Voy a poner un ejemplo, porque son las pruebas y los hechos los que certifican, o no, una afirmación. En este caso, su declaración, hace ahora casi un año (febrero 2017), de que iba a enviar a dos seres humanos a la Luna en un vuelo de circunvalación de la misma. Más o menos, reproducir lo que fue el viaje del Apollo VIII. Elon Musk afirmó hace un año ni más ni menos que enviaría a dos turistas, atención, sin tripulación en la cápsula, en un vuelo alrededor de la Luna, y los traería de vuelta. Y, mientras tanto:

  • Nunca había lanzado una cápsula con tripulantes.
  • Nunca había lanzado una cápsula de tripulantes sin tripulantes.
  • Nunca había hecho una prueba del cohete que debe realizar esa tarea, el Falcon Heavy.
  • Nunca había desarrollado y probado un sistema de guía de la cápsula para controlar de forma remota la cápsula. Un sistema que no funciona cuando la misma está detrás de la Luna.
  • Nunca había probado los cohetes desarrollando la potencia necesaria para ese lanzamiento. El cohete existe, pero no bajo esos parámetros de energía y presión combinados.
  • Nunca había explicado cómo dos turistas iba a viajar sin tener que tocar ni un solo instrumento de la nave, ni cómo iba a automatizar todas las tareas de la nave.
  • Nunca explicó qué software de control de telemetría va a usar para un viaje de esas características.
  • Nunca verificó que la cápsula disponga de las defensas, calidad, y resistencia ante el hecho de ser lanzada durante una semana al vacío del espacio.
  • Nunca explicó qué sistemas de seguridad se han desarrollado para el caso de que la cápsula sufra un percance grave en cualquier fase del despegue, vuelo atmosférico, vuelo en vacío, circunvalación, regreso, reentrada en la atmósfera, y amerizaje.
  • Nunca explicó a la NASA cómo esos recursos no se estaban destinando al verdadero y primer motivo de crear la cápsula, que es servir de transporte para la Estación Espacial Internacional.
  • Nunca contestó a la NASA sus preguntas por este motivo.
  • Nunca explicó cómo iba a hacer todo esto a lo largo del 2018.

Para más señas, el cohete Delta Heavy, que debía volar a mediados de 2017, hará su primer vuelo este mes de enero (ya se encuentra en la plataforma), y el propio Elon Musk ha declarado que no tiene muchas garantías de que no vaya a explotar:

Sin embargo, Musk también ha dicho públicamente que hay una «buena posibilidad» de que algo salga mal durante el lanzamiento inaugural y que la carga del cohete no llegue a su destino. (Fuente: BBC).

En momentos así, me alegro de ser un gusano infecto, y no alguien que intenta salvar la Tierra de todos sus males como un superhéroe mediático y atractivo.

No, señor Musk. Las cosas no se hacen así. Le diré que espero, con toda sinceridad se lo digo, que el vuelo de este mes sea un éxito. Comparto plenamente su sueño de conquistar el espacio. Pero, por favor, señor Musk: tómese usted el espacio en serio. Porque ese mar inmenso no admite errores, ni admite bravatas, ni admite discursos. Ni admite escenarios con rock and roll y un público enfervorecido, que escucha promesas inútiles y estériles. Hay vidas en juego. No mande usted a dos pobres desgraciados millonarios a setecientos mil kilómetros sin unas mínimas garantías. No lo haga. Pueden perderse vidas. Y ni siquiera son profesionales. No lo haga. No, al menos, hasta tener unas mínimas garantías.

Mientras tanto, la NASA ocupa el 95% de su tiempo en el proyecto Orión para crear todo tipo de sistemas de seguridad, que prueban hasta la demencia, para verificar que las vidas de los hombres y mujeres que vuelen en esas naves, tienen razonables argumentos y elementos para sobrevivir.

Nadie va a ir a la Luna en 2018, señor Musk. Usted lo sabe. Y usted debería saberlo el año pasado, cuando hizo las declaraciones. Si lo sabía, usted vendió humo, como ha hecho ya demasiadas veces. Si no lo sabía, entonces usted sufre de una megalomanía que le lleva a creerse sus propios sueños.

Se lo dice un gusano infecto, pero este gusano vio al ser humano llegar a la Luna, y ha estudiado y seguido la carrera espacial desde hace sesenta años. Este gusano le recomienda hacer declaraciones cuándo y cómo sean adecuadas a las circunstancias. Haga ciencia, no monte circos.

Y entonces podremos aplaudirle, y considerarle un mesías de la ciencia, la tecnología, y el progreso. Claro que sí. Yo mismo me arrastraré a sus pies si quiere. Lo haré encantado.

Insisto: espero que el primer vuelo del Falcon Heavy sea todo un éxito. Pero las cosas, paso a paso. No hay nada peor en el progreso que oportunistas. Necesitamos luz, no iluminados. Tenga usted muchos éxitos, señor Musk.


Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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