Nota: «blogging» es un anglicismo, pero está tan extendido que lo usaré, con su permiso, para expresar a las personas y medios que se emplean para transmitir ideas y sensaciones.
Una de las cosas que aprecio del mundo del blogging, entendiendo como tal estas páginas donde expresamos nuestros sentimientos, nuestras emociones o miedos, o donde subimos recetas de cocina, o explicamos nuestra experiencia en un viaje, o cualquier otra cosa que se nos ocurra, es que sus contenidos, casi siempre, tienden a tener una profundidad muy superior a la que podríamos encontrar en otros medios. Especialmente, en redes sociales.
Sea la comentada receta de gazpacho, sea un pensamiento filosófico, sea una explicación sobre la nueva moto que se ha comprado alguien y que es fabulosa, todo el contenido, en general, suele buscar la profundidad. Si es una receta, estará escrita con pasión, con cariño, con detalles para crear el mejor plato. Si es una explicación sobre una nueva motocicleta, detallará hasta la extenuación sus características. Si es una reflexión, ahondará en las causas, en los motivos, en las repercusiones que tenga a nivel de cuerpo y alma.
Pero, no importa lo que se escriba, todo es importante, y todo tiene cabida en el universo del blogging. Los que tenemos una página de este tipo no escribimos periodismo, no buscamos la noticia espectacular, rápida, y ligera. Buscamos hablar del universo y de sus contenidos de una forma directa, personal, subjetiva, y analítica. Por ello, siendo una idea ya antigua para lo que es Internet, para mí, el blogging sigue siendo el mejor modo de expresión. El camino para encontrar el pensamiento más puro y directo de sus autores.
Ya he comentado cómo Facebook me parece superficial hasta el hartazgo, y las relaciones que se establecen son, en general, estériles y vacías. No todo es malo en Facebook, por supuesto, pero, al final, tuve que salir de esa red porque no encontraba nada excepto relaciones superficiales, y noticias todavía más superficiales. Necesito personas que me miren a los ojos, y me amen, o me odien, pero de verdad. Con pasión, y con el corazón. El odio puede ser el primer paso para pulir diferencias, y llegar a acuerdos. La indiferencia es el camino al olvido. Y de la indiferencia no nace nada, excepto más indiferencia.
Suelo visitar distintos blogs, de gente muy diversa, y cuando tengo tiempo, porque la verdad es que me gustaría dedicar más tiempo a seguir a mucha gente, pero hay unos límites. Dentro de esos límites, me encuentro con textos sinceros y amenos, llenos de pasión y de fuerza. Sea un poema, un texto sobre la ya comentada receta de cocina, o un texto sobre viajes, o sobre moda, o sobre literatura, cine, y cualquier otro aspecto de la vida, todos esos textos están vivos. Están escritos con amor, con ilusión, con fuerza. Tendrán una calidad literaria mejor o peor, pero, sinceramente, eso es secundario. No estamos aquí para ganar el premio Nobel de literatura, o un concurso de recetas. Estamos aquí, en los blogs, para transmitir a los demás todo aquello que nos aflige, que nos conmueve, que nos hace reír o llorar.
Y esa es una diferencia fundamental con las redes sociales. En estas, todo ha de ser alegría, todo ha de ser risas y diversión. Hay excepciones, pero la inmensa mayoría de la gente, y lo he visto, dejará de seguirte si empiezas con «rollos filosóficos» que requieren usar más de tres neuronas a la vez. Las redes sociales, y especialmente Facebook, están diseñadas para crear un mundo fácil, superficial, simple, y, muy importante, fácilmente manipulable. Tanto es así que sus propios creadores están dejando claro que han creado algo que no permiten usar ni a sus propios hijos. Eso, sinceramente, no inspira mucha confianza.
Tenía, ya lo comenté, una página en Facebook con un número de seguidores que no estaba mal, y le quise cambiar el nombre a «La leyenda de Darwan» porque, al fin y al cabo, era un nombre mucho más correcto, ya que era un complemento a este blog. Se lo expliqué por activa y por pasiva a los responsables de Facebook. Me lo negaron por activa y por pasiva.
La solución: borrar la página. No permitiré, ni hoy, ni nunca, que una empresa me diga que no puedo emplear el nombre de mi página en cualquier lugar. La leyenda de Darwan puede gustar más o menos, ser mejor o peor. Pero es mi creación, me siento orgulloso de mi trabajo, y me siento feliz de tener esta página. También, me siento feliz de tener los lectores que tengo, porque, al fin y al cabo, son la razón de que exista esta página. Quien quiere entrar tiene la puerta abierta, quien quiera marcharse, espero que encuentre lo mejor de la vida en otros blogs. Pero siempre, siempre, con honestidad, con respeto, y con entusiasmo por un trabajo hecho con el corazón y con el alma.
Hoy quiero rendir homenaje a los muchos miles, porque somos legión, de personas que tienen y mantienen sus blogs, usando herramientas como WordPress u otras, eso es lo de menos. Me gusta WordPress, pero hay otras excelentes. Al final, lo que va a importar son los contenidos, y las personas. Las herramientas son solo el camino, el mensaje es el objetivo. Y estos miles de blogueros, con sus sentimientos diarios, sus mundos, sus emociones, sus sentimientos, somos los que damos o intentamos dar, yo me incluyo por supuesto, un poco de sentido a esta vida dura y azarosa que vivimos.
Alejémonos de la superficialidad. De leer 300 titulares de noticias que no dicen nada, y que están manipuladas en muchos casos. Busquemos la verdad en los lugares más insospechados de la red, en los más recónditos, donde personas con ganas de contar su verdad a los cuatro vientos explican lo que sienten y lo que viven. Y disintamos de sus ideas si ha lugar, porque disentir es el camino para el debate, y el debate es el camino para encontrar la verdad, o, al menos, para empezar a explorarla. Dejemos de lado el camino sencillo y fácil de las redes sociales, y busquemos una profundidad de pensamientos y reflexiones que nos ayuden a mejorar como personas, y como seres humanos ricos en conocimiento y espiritualidad. No permitamos que nos manipulen constantemente; seamos nosotros los valedores del conocimiento y el aprendizaje.
Esa es mi receta, que no es de cocina, aunque también se ha preparar con cariño y esmero, algo que no es fácil. Pero es la forma de progresar como civilización. El pensamiento único es lo que nos quieren imponer. Debatamos pues, luchemos contra esa legión de noticias estériles y publicidades vacías que solo buscan moldear nuestro criterio. Tengamos nuestro propio criterio, buscando en el pensamiento de otros, y en el nuestro, un camino hacia un mejor desarrollo intelectual, afectivo, y personal.
No es fácil, eso debe quedar muy claro. Pero la alternativa es hundirnos en la masa que no piensa, sino que hace lo que le dicen debe hacer en cada momento.
un abrazo para todos los blogueros del mundo. Separados, somos islas de reflexión y dudas, perdidos en la inmensidad de Internet. Juntos, somos una legión de mentes que buscan un mundo mejor, un mundo más justo, un mundo más auténtico y puro. Merece la pena, y mucho, rellenar el blog con nuestros pensamientos. No cejemos nunca; o habrán ganado ellos.
Muy acertado tus comentarios.Los comparto.Excelente artículo.Feliz día.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, ¡un abrazo y feliz día!
Me gustaLe gusta a 1 persona