Allá donde reina Hipnos (y V)

La primera parte puede leerse en este enlace.
El libro se encuentra disponible en Amazon en este enlace gratis desde el 18 al 21 de noviembre.

«Algunos demonios viven con nosotros desde los primeros días, hasta nuestro último aliento. Y puede que incluso algo más» (Helen Parker. La leyenda de Darwan).

Nota: para los seguidores de la saga, hay un pequeño guiño en el relato.

Esta es la quinta y última parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.

He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.

Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.

Sandra. Allá donde reina Hipnos.
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Allá donde reina Hipnos (IV)

La primera parte puede leerse en este enlace.

Esta es la cuarta y penúltima parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.

He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.

Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.

Sandra. Allá donde reina Hipnos.
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Allá donde reina Hipnos (III)

La primera parte puede leerse en este enlace.

Esta es la tercera parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.

He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.

Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.

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Allá donde reina Hipnos (II)

La primera parte puede leerse en este enlace.

Esta es la segunda parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.

He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.

Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.

Allá donde reina Hipnos
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Allá donde reina Hipnos (I)

Nota: libro disponible en este enlace.

Esta es una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.

He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.

Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.

¿Y qué mejor forma para Sandra de esconderse que presentándose en sociedad, de la forma más clara y directa? Mediante matrimonios, Sandra consigue convertirse en la amable, sencilla, y gris esposa de algún hombre, en general de cierta importancia, pero no demasiado público...

sandra_bw
Sandra. Saga Aesir-Vanir.
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Cómo medimos los éxitos y los fracasos

Hoy hace una semana que presenté la versión completa de los tres libros de «La leyenda de Darwan» en un solo volumen, tanto en Lektu como en Amazon. Quiero agradecer a las seis personas que lo han comprado, cuatro en Lektu, dos en Amazon. Seis personas que se han interesado en la obra, tanto como para pagar los dos euros y medio que cuestan las 656 páginas que conforman el volumen con los tres libros.

También ha habido algunas lecturas de las páginas en ese sistema que tiene Amazon que permite leer libros de forma ilimitada pagando un precio fijo, algo así como un Netflix de libros, por decirlo de alguna manera. Y el blog continúa adelante, a pesar de la huida generalizada de lectores, no de este blog, sino del mundo bloguero en general. Testimonios y pruebas de primera mano tengo varias recientes, incluidas la de personas mucho más metidas en este mundo que yo.

El número de visitas y de nuevos lectores de los blogs está bajando de forma generalizada. Eso no es culpa nuestra, sino del sistema. Sigamos escribiendo, sigamos sintiendo, sigamos vivos en el mundo de las letras.
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Adiós a Lektu, el penúltimo baluarte de las letras

Nota octubre 2021: al final Lektu se mantiene al pasar su control a una nueva dirección. Más información en este enlace.

¿En qué se parecen mi vida a los portales de literatura donde publico mis libros? Se parecen en que, en ambos casos, cuando parece que van mejor las cosas, explotan como un volcán. ¿Alguien tiene por ahí un sencillo misil nuclear con el que desintegrarme en átomos? Porque la verdad es que, red literaria que toco, red literaria que cierra. He mudado tanto mis libros de portal que solo les falta pasar por la Estación Espacial Internacional.

La red literaria Lektu tampoco ha resistido la violencia de las redes sociales, y no es de extrañar
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La ELO y el mundo que íbamos a heredar en 1986

Un antiguo texto sumerio dice:

«Si tu teléfono, tu cuenta de correo electrónico, y tus redes sociales controlan tu vida, lo sabrás porque ahora mismo, al leer esto, te estás planteando que es cierto, y deberías dedicarle menos horas a la tecnología y las redes».

Muy sabios aquellos sumerios, sin ninguna duda. Yo, como informático que soy, he vivido rodeado de ordenadores, a veces literalmente, y de pruebas y más pruebas de programas y más programas. En este momento son las 23:16 y acabo de desconectarme del ordenador del trabajo para la enésima prueba del enésimo problema que había que atender.

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Redes sociales, las destructoras de sueños

En anteriores entradas ya he dejado clara mi postura sobre las redes sociales, y su altísima capacidad para pervertir todo tipo de relaciones humanas, convirtiéndolas en simples modelos básicos «me gusta/no me gusta», con el agravante de modelos como Facebook o Twitter, donde solo se emplea el «me gusta».

Ese modelo, lejos de evitar la frustración por los «no me gusta», incide aún más en la necesidad constante de reafirmación del usuario cuando ve que va perdiendo «me gustas», y su actividad ya no tiene el eco que tenía antes, y sus estadísticas van cayendo.

Hoy vengo con una nueva entrada, motivada por un caso reciente que he visto y vivido recientemente. Y me preocupa que gente maravillosa e increíble tenga que sufrir por una causa que no es real, y que solo nos condiciona porque la sociedad nos dice qué es bueno y qué es malo.

No. Vamos a aclarar ideas. Y vamos a dejar frustraciones y depresiones de lado, o, al menos, vamos a intentarlo y poner todo nuestro esfuerzo en ello. No quiero ver ni a una sola persona más frustrada por culpa de las redes sociales.

Todos nos podemos frustrar con las redes, pero atención a los adolescentes, pueden sufrir verdaderas situaciones delicadas y complejas que se han de controlar y vigilar.
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Nota de servicio: nueva cuenta Twitter

Una entrada de servicio para informar del alta de la nueva cuenta de Twitter, que tiene como única finalidad dar un poco más de salida a este blog, ya que sin duda las redes sociales son importantes para estos menesteres, y además he tenido alguna petición por parte de algunos lectores para poder compartir entradas.

Pero lo importante es el blog, y ya comenté que el resto de cuentas han sido eliminadas. Lo importante es el blog y sus contenidos. Llenamos mil tweets con variopintas imágenes y datos, pero si sus contenidos no son interesantes de poco vale. Soy consciente de la dificultad de discutir contra los que organizan blogs llenos de luces de colores y maravillas diversas, pero este blog es de ciencias, humanidades y letras, y esas disciplinas pueden colorearse, pero hacerlo de forma excesiva distorsiona el objetivo principal, que es el de informar y de intentar enriquecer el conocimiento.

Si quieren seguir el Twitter les estaré agradecidos, pero no lo hagan por una cuestión de amabilidad; háganlo porque consideran que les interesa y les gusta estar informados de novedades que se anunciarán allí antes que aquí, por aquello de la inmediatez de las redes sociales. Y siempre con mi mayor agradecimiento, sea lo que sea que decidan.

Y eso es lo máximo que voy a ceder ante las redes sociales. El resto, cultura, conocimiento, y reflexión. No encontrarán nada más en este blog. Mejor o peor, pero la búsqueda del ser humano, de la verdad, y del conocimiento. Muchas gracias.