Sandra es una androide diseñada específicamente para el espionaje y combate. Es, en muchos aspectos, una evolución de los sistemas de ataque y defensa de inteligencia artificial que se han ido desarrollando durante décadas, añadiendo una funcionalidad que le permite interactuar como si fuese humana. Su función: obtener información por cualquier medio, y sin importar aspectos secundarios.
En este fragmento, de su primera misión real, Sandra descubre que las cosas no son en blanco y negro, sino que existen mil formas de colores y puntos de vista sobre cada circunstancia, y sobre cada aspecto de la misión, y de la vida…
Hoy, 6 de abril de 2022, traigo a este perdido blog un relato que escribí hace unos treinta años, no recuerdo exactamente.
Ante tantos horrores que estamos viendo, una vez más, provocados por la guerra de Ucrania, y por otras tantas guerras olvidadas del mundo, he querido rememorar este escrito.
Es ficción, pero está directamente basado en muchos libros, testimonios y documentos que he ido leyendo en los últimos cincuenta años. Y, también he de reconocerlo, en mi propia experiencia personal, con hechos y recuerdos que estarán clavados en mi corazón y en mi memoria hasta el día de mi muerte.
Sin más, les dejo con el relato: «Últimas palabras».
Lo recuerdo muy bien. Cómo olvidarlo. Fue hace seiscientos millones de años, cuando fuimos desterrados. La humanidad ha querido durante siglos crear una leyenda, un mito, incluso varias religiones, sobre nuestra caída, y nos ha presentado como los culpables de aquella caída. «No somos dignos de Él» nos dijeron. «Son los condenados», fueron sus acusaciones.
Absurdo. Patético. Y totalmente falso. Ese Dios Único que lo puede todo es una farsa, una mentira, un endiosamiento, nunca mejor dicho, de un Ser que solo te aplaude cuando le aplaudes. Solo te felicita cuando le alabas. Y solo te da una oportunidad cuando le sigues fiel y ciegamente, sin poder criticar ni una sola de sus palabras. ¿Íbamos a mantenernos en una constante deriva de alabanzas? «Te adoramos, oh Señor, Tu palabra es Ley».
No. Las cosas no son en blanco y negro. Quizás no seamos perfectos. Pero esta competición por las almas de la humanidad no la comenzamos nosotros. Él nos dijo: «seréis liberados si ganáis una guerra: la guerra de las almas. Será una guerra entre el Cielo y el Fuego».
Este es un fragmento de «Las entrañas de Nidavellir I: La nave«, que narra el momento clave en la historia de Sandra, en su devenir diario para cumplir el destino que tiene encomendado.
El libro estará disponible totalmente gratis en Amazon del 18 al 25 de diciembre.
Sandra debe viajar a la luna Titán de Saturno desde la Tierra, camuflada como personal administrativo, para investigar un descubrimiento llevado a cabo por la Titan Deep Space Company. Pero las plazas están muy solicitadas. Sandra examina entonces el perfil psicológico del entrevistador.
Es el tipo perfecto de hombre al que sus diseñadores habían asignado para sus cualidades como androide de infiltración y combate, pero también, de un modo fundamental, en su componente sexual, el cual había sido decisivo y de primer orden muchas veces en sus éxitos durante las operaciones en las que había participado. No muy adecuado éticamente, quizás moralmente reprobable, y por supuesto denigrante para la condición de mujer. Pero ella no es una mujer, sino una máquina, y no dispone por tanto de esos problemas morales y éticos.
Y la efectividad es la premisa básica en su diseño y construcción, lo cual incluye el sexo como un parámetro primario para obtener información utilizando cualquier técnica que sea precisa llevar a cabo…
Desde el día de hoy y durante unos días «Un puente para el reencuentro» estará disponible de forma gratuita en Amazon. Se trata de un relato corto de la serie de relatos en primera persona de carácter fantástico y de ciencia ficción que he ido publicando, y que se inspira en algunos hechos de mi juventud, aunque obviamente el relato es 95% ficción.
Estos días he estado trabajando en un pequeño ensayo que estoy preparando para publicar sobre los puentes Einstein-Rosen, popularmente conocidos como agujeros de gusano. Este ensayo versará sobre un método para la generación de energía mediante puentes Einstein-Rosen, y para posibilitar el viaje hiperlumínico. Estos conceptos pueden verse en «La leyenda de Darwan«. Estas ideas están basadas en conceptos extraídos de la Teoría de Cuerdas y la Teoría de Gravedad Cuántica de Bucles.
Los puentes Einstein-Rosen son los únicos que se predijeron en la teoría de la relatividad general, y que sin embargo no han sido descubiertos en la naturaleza todavía, al contrario que otras predicciones de dicha teoría, que sí han sido confirmadas ya, incluyendo las famosas ondas gravitatorias, de las que hablé en este enlace. Personalmente creo que es cuestión de tiempo que se pueda demostrar su existencia.
Mientras tanto, esta historia, que mezcla romance con ciencia ficción pura, nos habla de un futuro cercano, donde un nuevo acelerador de partículas del CERN ha sido puesto en marcha, y ha llevado a un descubrimiento increíble.
Es un relato que se lee en un ratito, y que espero sea del agrado de ustedes. También disponible en Lektu. Muchas gracias.
Esta es la cuarta y penúltima parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.
He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.
Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.
Esta es la tercera parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.
He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.
Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.
Ya está disponible en Lektu y en Amazon la versión en catalán de «Somos los hijos de la Tierra», con el título «Som el fills de la Terra». Esta es una versión del pequeño relato en español que he adaptado al catalán, lengua que no domino de forma perfecta, pero que puedo hablar sin que parezca que nací bastante lejos de Barcelona.
Esta adaptación está pensada para que comience a haber algo de mi trabajo literario en mi tercer idioma, después de haber traducido algunos libros al inglés. Al fin y al cabo soy catalán de adopción, y creo que merece la pena traducir algunos de mis libros al catalán. Iré traduciendo otros en función del tiempo y del interés que pueda tener en los lectores catalanoparlantes.
Este libro está dedicado a Lara, una nena encantadora de mi barrio, que ahora ya está pasando a la pubertad, y que siempre tiene una sonrisa y un momento para venir corriendo a saludar a mi perrita Lyra, mientras hablo con sus padres de las cosas típicas que se hablan en esos momentos en los que nos cruzamos con los vecinos.
La versión en español está disponible también en Amazon y Lektu. Muchas gracias.
Esta es la segunda parte de una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.
He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.
Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.
Esta es una nueva versión muy ampliada y modificada de un relato que estaba perdido por la red, en cierto blog de literatura muy popular. Luego entró en la colección de “Sandra: relatos perdidos“, como uno de los relatos realmente perdidos, porque se da la paradoja de que esos relatos son nuevos, excepto los dos primeros.
He pensado en rescatarlo aquí ahora, y ampliarlo en contenido y guion, para convertirlo en un relato propio completo, porque explica un aspecto crítico de Sandra durante gran parte de su existencia: su necesidad de esconderse de una sociedad que la persigue implacablemente por su condición.
Sandra tiene ochenta y cinco años durante los sucesos que aquí se narran. Su fisonomía y su físico son el de una joven de unos veinticuatro años. Mide un metro ochenta, de cabello largo y negro, ojos azules, y complexión atlética, y su aspecto no es para nada casual. Sus habilidades, además, se encuentran acordes con su aspecto. Ello le ha permitido vivir durante mucho tiempo situaciones tremendamente complejas. Aunque su futuro es la clave de su existencia, algo que ella quiere negar siempre. Debe, mientras tanto, esconderse constantemente. De todo, y de todos.
¿Y qué mejor forma para Sandra de esconderse que presentándose en sociedad, de la forma más clara y directa? Mediante matrimonios, Sandra consigue convertirse en la amable, sencilla, y gris esposa de algún hombre, en general de cierta importancia, pero no demasiado público...
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