Hoy, 6 de abril de 2022, traigo a este perdido blog un relato que escribí hace unos treinta años, no recuerdo exactamente.
Ante tantos horrores que estamos viendo, una vez más, provocados por la guerra de Ucrania, y por otras tantas guerras olvidadas del mundo, he querido rememorar este escrito.
Es ficción, pero está directamente basado en muchos libros, testimonios y documentos que he ido leyendo en los últimos cincuenta años. Y, también he de reconocerlo, en mi propia experiencia personal, con hechos y recuerdos que estarán clavados en mi corazón y en mi memoria hasta el día de mi muerte.
Sin más, les dejo con el relato: «Últimas palabras».
Esta es la segunda parte de un nuevo relato para el libro de relatos románticos que estoy preparando. El título de este relato: “Mis tres noches con Calipso”. Como sabrán, Calipso era una ninfa que retuvo a Odiseo siete años según se narra en “La Odisea” de Homero. La Calipso de esta historia es algo distinta, pero siente una gran pasión por la mitología. Y también siente una gran pasión por complicarle la vida a los demás en asuntos turbios y oscuros.
Este texto, ambientado a principios de 1990, se unirá al relato que tengo pendiente situado en la segunda guerra mundial. En ese momento el libro estará disponible tras el correspondiente montaje y edición.
Por último, este relato es naturalmente una ficción, y cualquier personaje, elemento, o dato que aquí aparece no tiene nada que ver con la realidad, ni con hechos de mi vida pasada. Bueno, excepto algún detalle que otro…
El día 6 de junio de 2019 se conmemora el 75 aniversario del desembarco de Normandía, la conocida como «Operación Overlord». La segunda guerra mundial seguía embarrada, aunque era evidente que la Unión Soviética había tomado la iniciativa en el frente este tras aquella locura llamada Stalingrado. Pero Stalin quería un segundo frente en el oeste, y lo quería tan pronto como en 1942, y luego en 1943. Por razones logísticas y de organización esto no pudo ocurrir hasta junio de 1944. El número de tropas y material requerido era simplemente impresionante.
Gran Bretaña se convirtió en una especie de gigantesco portaaviones desde el que atacar el continente europeo. Después de que Hitler fracasara en su idea de invadir el territorio británico en 1940 (Batalla de Inglaterra), el resto del continente estaba en su práctica totalidad controlado por Alemania, o bien por sus satélites. Todo aquello se centró en un día, el llamado día D. Si triunfaba el desembarco, se podría considerar el fin de la guerra. Si fracasaba, muchos interrogantes se abrirían para el futuro de Europa.
Situación estratégica de fuerzas alemanas y aliados el 6/6/1944
Algunas veces llegan noticias curiosas, otras sorprendentes. Y otras, muy amargas. Este último caso es el que he tenido que ver hoy, cuando me he enterado de que el gobierno ultranacionalista de Polonia ha firmado una ley que, por decreto, afirma que no hubo campos de exterminio nazis en Polonia. Además, castigará con penas de prisión a quien diga lo contrario. Sea dentro, o fuera del país.
Quisiera dirigirme al gobierno polaco. Oigan bien lo que digo: En Polonia hubo campos de exterminio nazis.
¿Ven qué fácil? Ahora ya pueden venir a detenerme, o mandar una euroorden, o mandarme un batallón acorazado de tanques, si lo desean. Pero nunca, en mi vida, he visto tamaña falacia desde los tiempos de la guerra fría, relacionados con este delicadísimo asunto del holocausto nazi, promovido por un gobierno que tiene la responsabilidad de salvaguardar la verdad de su historia, por dura que esta sea.
Auschwitz: «el trabajo os hará libres»
La historia siempre intenta ser modelada y moldeada por los gobiernos de turno. Cambiada, transformada, tamizada, y olvidada. Y, para ello, se disponen los medios y la represión que sea necesaria. Pero, ante aquella locura y aquel infierno que supuso el holocausto de ocho millones de inocentes, no existe alternativa: o nos enfrentamos a aquellos que pretenden oscurecer la historia, o nos veremos mezclados con aquella historia, y aún peor, seremos responsables de la historia.
En Polonia hubo campos de concentración nazis. Hubo colaboracionistas polacos del gobierno nazi, como ocurrió en muchos otros países. Y hubo una cacería de hombres, mujeres, y niños, amparada en las leyes de Nuremberg, y en la solución final, desarrollada por Himmler.
¿Qué será lo próximo? ¿Negar el holocausto, como quieren hacer los negacionistas? ¿Justificar a Hitler, y a Himmler, y a Goebbels? ¿Hacer entender que no hubo cámaras de gas?
Es muy importante que estos hechos no se olviden, pero también es fundamental que no se distorsionen. O acabaremos sometidos a regímenes no muy distintos de los que se vivieron en los años veinte a cuarenta del pasado siglo XX, cuando toda Europa, y todo el planeta, se sumió en una guerra terrible, que se llevó la vida de muchos millones de seres humanos.
Campos de concentración nazis en Polonia (Fuente: Wikipedia)
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