Unity: jugando a construir videojuegos

Uno de los artículos con más visitas y comentarios en La leyenda de Darwan no tiene nada que ver con la literatura o la ciencia, o con temas sociales. Es el único artículo donde me atreví a hablar de mi trabajo, y de la herramienta que uso para desarrollar mi actividad. En ese artículo doy una serie de consejos para quien quiera conocer los aspectos positivos y negativos de una conocida herramienta de desarrollo de videojuegos llamada Unity 3D, aunque ahora se llama simplemente Unity.

Pero hoy, aquí y ahora no he venido a hablar de mi libro, perdón, de mi trabajo, no les voy a aburrir con mi vida profesional que no tiene ningún interés; lo que sí les traigo es algo que creo les puede interesar, quizás para ustedes, quizás para sus hijos, sus hermanos, o cualquiera que quiera meterse en el mundo de la creatividad. Sin que tenga que haber un interés profesional, al menos durante los primeros pasos. Pero sí tiene un altísimo componente educacional. Y de eso quiero hablar aquí. Me estoy refiriendo a crear mundos de la nada. Mundos de fantasía, mundos diseñados y creados por nuestra imaginación. Es decir: videojuegos.

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Efectivamente, hoy quisiera hablar de algo que creo puede interesar a muchos padres , y también a muchos jóvenes: el aprendizaje de la programación de videojuegos. ¿Por qué es tremendamente interesante que los niños, y no tan niños, aprendan a programar?

Lo diré de otro modo: ¿cuál es uno de los regalos más populares en navidad? ¿De los más demandados? Sin duda, desde hace años, las consolas de videojuegos. Afortunadamente esas viejas polémicas de que los juegos convierten a los jóvenes en locos asesinos ya se han superado bastante, no del todo. Se ha conseguido gracias entre otras cosas a la clasificación por edad. Si un juego es para adultos, el niño no debe jugarlo.

Luego ya sabemos lo que pasa; muchos padres, de forma irresponsable, compran esos juegos para sus hijos. Digo irresponsable porque si hay una calificación por edad es porque ciertos menores no deberían exponerse a ciertos estímulos que, en función de la personalidad del niño, puede verse afectado. Claro que depende del niño, pero no podemos saber a quién afectará y a quién no. Recuerdo a mi sobrino con diez años cortando cabezas como un loco y disfrutando.

Sin embargo, hay algo que todos los niños sí pueden hacer, y que, además, se ha demostrado como una poderosa herramienta educativa. Me estoy refiriendo a los videojuegos, pero no a jugarlos, sino a crearlos de cero, con sus propias manos, y más importante, con su imaginación.

¿Cómo? ¿Niños creando videojuegos? Por supuesto. Lo diré muy claro: aprender a programar un videojuego tiene innumerables ventajas educativas en todos los niños. Grandes expertos del mundo de la informática cada vez insisten más en ello. ¿Por qué?

En primer lugar, se enfrentan a un problema de ingeniería. No lo olvidemos: un programador es un ingeniero, en el sentido de que usa técnicas de ingeniería aplicadas al desarrollo de modelos 2D y 3D que sean coherentes y funcionales. La programación dota de un comportamiento artificial a un conjunto de elementos 2D o 3D que deben interaccionar entre sí de un modo fluido y continuo. Eso requiere destrezas que van desde el sentido espacial, la organización de procesos, la lógica de los resultados de las interacciones, y un elemento fundamental de coherencia que conecte todos esos aspectos.  Todo ello redunda en que los chicos deben aprender a ser cuidadosos, organizados, y con un alto poder de concentración en la resolución de problemas cada vez más complejos.

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En segundo lugar, el niño se ve obligado a aprender lógica. La lógica pura domina el universo de la programación, y los videojuegos no son una excepción. Aprender a programar dota a los jóvenes de cualidades reflexivas donde han de resolver problemas de física, de matemáticas, de coordinación, de diseño, y de funcionalidad.

En tercer lugar, programar videojuegos es una tarea inmensamente sana para sus mentes, por la enorme creatividad que se desarrolla con los videojuegos. Los niños aprenden a ser creativos. Por ejemplo, hay que hacer un juego de tenis, sencillo por supuesto, dos palas, una bola, y el ir golpeando la bola, con dos contadores para puntuar a cada jugador. ¿Cómo llevar a la realidad un juego así? Aquí es donde entra Unity, que tiene una versión de descarga totalmente gratuita, y totalmente funcional.

Por lo tanto, cualquiera se puede descargar Unity y comenzar a programar con un lenguaje muy avanzado y que yo personalmente adoro llamado C# (C Sharp). Atención, no es C, o C++, que son lenguajes complejos. C# es un lenguaje que cualquier chaval puede aprender, y que, con el añadido de Unity, le podrá permitir aprender a programar sencillos videojuegos. Y, sobre todo, le enseñará a pensar, a razonar, a reflexionar, a usar la lógica, la paciencia, y el diseño espacial en 3D si hace un juego en 3D.

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Uno de mis últimos trabajos. Benny (al fondo) y Sam, dos de mis personajes para enseñar mates y química a los peques.

Son muchas las voces las que piden que la programación se convierta en asignatura troncal en las escuelas. No solo programadores, también educadores. De la misma forma que el ajedrez nos enseña lógica, la programación nos enseña a reflexionar, a ser sistemáticos, metódicos, pacientes, y a pensar de una forma organizada.

Esta navidad no regale videojuegos o consolas, o no de forma exclusiva. Regale a su hijo la posibilidad de comenzar a introducirse en el mundo de la programación, de la mano de una herramienta muy poderosa llamada Unity. Naturalmente es necesario un profesor que imparta unas clases formativas iniciales, aunque hay una inmensidad de tutoriales en Internet muy buenos. Y verá que, en poco tiempo, los jóvenes comenzarán a desarrollar sus propias ideas. A estimular su inventiva. A llevar a cabo pequeñas ideas, que luego se podrán ir transformando en trabajos más avanzados.

Serán más disciplinados, más organizados, más pacientes, porque esas son cualidades fundamentales para programar cualquier cosa, incluidos videojuegos. Se divertirán, y verán que son creativos, que pueden construir mundos de la nada con sus propias manos y sus mentes. Y eso les estimulará para poder decidir si quieren dedicarse al mundo de la programación.

Pero, aunque no sea así, la disciplina implícita en la construcción de videojuegos les habrá servido para establecer modelos de pensamiento lógico que serán de gran utilidad para ellos toda su vida. Y habrá merecido la pena, se lo aseguro. Si funcionó conmigo, podrá funcionar con cualquiera.


 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

2 opiniones en “Unity: jugando a construir videojuegos”

  1. También hay otro elemento que sí se pone como asignatura fomenta: el compañerismo.
    He participado en un proyecto que teníamos talleres de Scartch para peques (8-12 años) y era alucinante como conectaban entre todos. Se ayudaban, estaban deseosos de probar los juegos o disfrutar de las historias que montaban…
    Quedé muy contenta y creo que sí deberíamos de incluir enseñar a que en la vida de nuestros infantes esté la programación. Total va a ser así porque los puestos que se van a generar van a estar muy relacionados con este campo.

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    1. Sin duda, precisamente un mundo donde se colabora en lugar de competir sería más justo y más igualitario. Se puede competir en el deporte pero no en la vida. Un abrazo.

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