Cinco motivos para dejar las redes sociales

Hoy quiero ser breve e ir al grano, básicamente porque estoy en mi yate de 30 metros de eslora y tengo el masaje a punto para combatir el estrés de no dar ni golpe durante 24 horas al día.

Pero bueno, hablando un poco más en serio, sigue mi particular cruzada contra las redes sociales, que ya comencé hace un tiempo, y que no son una mala idea, pero se han convertido en un lugar donde el odio se aplaude, la incompetencia se premia, la ignorancia es abrazada, y la desinformación es constante. Pero quiero entrar en los detalles importantes:

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1- Analizan nuestras vidas.

Tenga usted en cuenta que las redes sociales, todas en general, leen sus datos incluso cuando no está usted activo en ellas. Mediante diferentes técnicas de ingeniería, sea en el PC o en el teléfono, redes como Facebook, Instagram o Twitter lo saben todo de usted. Ejemplo: busca usted información sobre cafeteras. ¡Qué sorpresa! En los próximos días verá usted anuncios de cafeteras en las redes sociales.

2- Analizan nuestro comportamiento.

Lo saben todo de usted. Sus ideas políticas, sus emociones, sus intereses, sus sueños, sus miedos, sus frustraciones. ¿Visita usted páginas en el modo oculto de Chrome? No se preocupe, se le analiza y guardan los datos igualmente. ¿Cuenta usted un secreto en el Messenger de Facebook a aquella persona en la que confía tanto? Al momento Facebook sabe usted de su historia, sus tentaciones, sus miedos, sus frustraciones, etc.

Recuerde la famosa frase:

«Si usted no es el cliente, usted es el producto». 

Todas esas redes gratis y servicios gratis no son gratis. No digo que no las use en general, yo mismo uso Google, y ellos se encargan de saber que estoy buscando un hotel para ir con mi amante a un apartado hotel de montaña. Pero deles a las redes las mínimas oportunidades de saber de usted. Especialmente Facebook, que es un ave de rapiña gigantesco. Pero también Twitter y otras redes sociales más recientes. Todas ellas, todas, le tienen a usted como objetivo.

3- Venden nuestras vidas.

Precisamente de eso se trata. De vender nuestras vidas. No solo nuestros intereses hacia una cafetera en concreto, de esta o aquella marca. Sus ideas políticas, sus gustos sociales, sus tendencias sexuales, su comportamiento en general, son materia de gran interés para muchas empresas. Las redes sociales empaquetan su vida, la etiquetan, le ponen precio, y la venden al mejor postor. Usted no es más que un trozo de carne para ser examinado, y para poder sacarle todo el beneficio que sea posible. No les importa nada de usted, ni les preocupa. Solo les interesa que interactúe cada vez más en la red. Eso les da los datos para venderlos.

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4- Le manipulan de una forma sutil y delicada.

Con los datos que tienen de usted hacen experimentos. Le muestran lo que creen que va a comprar. Le ponen entradas de otras personas desconocidas para ver cómo interactúa con ellos. Por ejemplo, si usted ha presentado una idea, le confrontan con usuarios con otras ideas para ver cómo reacciona usted, y poder analizar su comportamiento, sus palabras, sus respuestas. Le enseñan en los muros lo que ellos quieren que vean, y analizan sus respuestas.

Usted es una rata de laboratorio para ellos. Un organismo para experimentar y sacar conclusiones que les permitan mejorar su red para sacar mayor provecho de usted, y para poder vender esos datos a terceros.

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Los niños son las primeras víctimas de las redes sociales. Protéjalos desde el primer día.

5- Toda su vida existirá para siempre.

Todo lo que diga y haga será guardado, incluso aunque usted crea que lo ha borrado. ¿Por qué? Porque no borran nada. Absolutamente nada. Si usted ha declarado algo, sea algo político, personal, social, lo que usted quiera, ellos lo sabrán para siempre. Y lo usarán para siempre contra usted. Usted no se va a librar de sus ideas ni de sus palabras incluso cuando hayan pasado treinta años. Lo seguirán guardando todo de usted, y lo usarán contra usted si es necesario.

Ejemplo: imagine que usted está en un juicio. Alguien, su contrario, podría contratar a una empresa que tiene los datos comprados de usted en la dark web (de la que hablaré otro día). Y averiguar su vida completa de usted, y saberlo todo de usted. Y, lo peor: podría usarlo contra usted. Imagine que de joven robó en una tienda y lo dijo en una red social. Pero usted ya no es aquella persona. Usted sabe que hizo mal. No quedó constancia del robo, pero usted lo confesó. «Me llevé una figurita de una tienda». Algo muy inocente, que usted sabe que estuvo mal.

Pero usted es un ladrón. Si ha robado, podría haber hecho cosas mucho peores. Dele ese material a un buen abogado y le aplastará como una mosca contra el suelo. No tendrá piedad. No tendrá compasión. Con el objetivo de ganar, usará cualquier cosa que tenga a mano contra usted. ¿Y qué mejor cosa que toda su vida, embotellada y precintada para que sepan de usted hasta sus deseos más íntimos y privados?

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¿Quiete tener amigos? Téngalos, y disfrute con ellos como debe ser: en contacto, viéndoles a ellos, no a sus avatares. Interactúe con personas, no con figuras en la red.

Conclusión.

No use las redes sociales. Salga de ellas. El daño ya está hecho. Pero no las siga alimentando. Déjelas, o úselas solo para contactos muy puntuales con alguien que le interesa. Y, si quiere un contacto mayor con esa persona, quede para comer con esa persona un día. Pero quede por otros medios, por teléfono, por un mensaje como Telegram, que es una red potencialmente segura. Incluso así, sea cauto. Ninguna red es cien por cien segura.

Fíjese que no he entrado en los efectos psicológicos de las redes sociales. Tener mil amigos en Facebook o mil seguidores en Instagram no es garantía de nada, excepto de querer tener dos mil en muchos casos. De ese tema podemos hablar otro día.

Sea un poco paranoico con su vida privada. Porque merece la pena ser paranoico cuando de su vida personal y familiar se trata. ¿Fotos de sus hijos? ¿Datos de dónde estudian? ¿Horarios de ellos? Olvídelo. Guárdelos para usted. Enseñe fotos de sus hijos en el móvil a familiares y amigos cuando esté con ellos. Pero no ceda ni un dato personal de sus vidas a las redes. Está en juego usted mismo: la esencia de su vida. Y eso, se lo aseguro, no tiene precio. Aunque ellos así lo quieran.


 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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