Justo fue la entrada anterior a esta la que hablaba sobre lectores y crítica literaria. Y ahí puse de ejemplo de portada la de la tercera parte de «La leyenda de Darwan», diseño creado y desarrollado por el dibujante Antonio Rodríguez Cano, un viejo amigo que se ofreció a dibujar las portadas a cambio de que no le contara más chistes por Facebook. La casualidad ha querido que, al día siguiente, me llegue uno de los comentarios más bonitos que he recibido nunca de un lector, que es además autor de su propia saga de ciencia ficción.
La verdad es que, tal como comentaba recientemente, uno siempre espera recibir comentarios de todo tipo. Agradeces los positivos, y analizas los negativos, pero todos los comentarios, o digamos casi todos, son útiles y aportan un valor añadido al escritor. Pero a veces llegan comentarios que son tremendamente estimulantes, y que te dan alas para seguir escribiendo. Son gotas de fuerza y aliento que te dan las energías para ese difícil siguiente paso que siempre hemos de dar para no quedarnos quietos. Porque el movimiento es vida, quedarse quieto es morir al instante.
He intentado por supuesto publicar con varias editoriales la trilogía, pero ha sido un fracaso tras otro. Sin embargo, la autopublicación y el boca a boca están funcionando muy bien. Porque de eso se trata: de llegar al lector. De una forma u otra, pero llegar. No voy a compararme con nadie, ni a intentar superar a nadie. Me propongo superarme a mí mismo cada día. Ese es un reto realmente apasionante, y que seguiré cultivando hasta el último día de mi vida.
Agradecer al amable lector sus palabras, tal como le he hecho saber ya, en la idea de que, como decía recientemente, es el lector el que tiene la última palabra. Siempre. Y con lectores así, poco más se le puede pedir a la vida. Muchas gracias.
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