Hoy estoy contento porque he llegado a un acuerdo de apoyo mutuo con una revista dedicada en exclusiva al cuidado y control de la vida en los mares. Todo nace de un proyecto que comencé hace un tiempo, y cuya finalidad es concienciar a jóvenes y mayores de la necesidad de cuidar la naturaleza, y por supuesto los mares y océanos de la Tierra. Ese proyecto está ya finalizado y listo para ser presentado.
Ahora, esa revista se ha interesado por mi trabajo, y estamos organizando cómo llevar a cabo una actividad de apoyo que nos beneficie a ambas partes. Pero, más allá de eso, la ilusión viene por poder llevar un mensaje al mundo: todavía no es tarde para salvar este bello planeta. Todavía no es tarde para devolver a las especies marinas la libertad que les está siendo arrebatada. Todavía no es tarde para buscar nuevas fórmulas de progreso científico, social y ecológico que permitan que todos los seres vivos de la Tierra puedan desarrollarse como debe ser: según la naturaleza ha dispuesto en los últimos cuatro mil millones de años.
La vida no es fácil, ni es sencilla. Las especies viven y luchan por la supervivencia, y unas mueren, mientras otras viven. Lo que es inadmisible, y totalmente reprobable, es que nosotros, la especie humana, haciendo uso de lo que llamamos inteligencia, destrocemos toda forma de vida, y arrasemos con las especies hasta extinguirlas. Es inadmisible que ensuciemos los mares hasta matarlos, y es reprobable que, considerándonos una especie superior, nuestro comportamiento sea egoísta, egocéntrico, y enfocado al poder y a la destrucción. ¿De verdad somos tan inteligentes como decimos que somos? No lo parece, vistos los resultados.
Mi pequeño proyecto de concienciación para el cuidado de las especies marinas sigue adelante, y el apoyo de esta revista dedicada al mar y a la vida marina es sin duda un revulsivo de primer orden. Porque todos, y cada uno desde su hogar, puede ser una gota que mueva al mundo en la dirección correcta para salvar este impresionante planeta que es la Tierra. Está en nuestras manos. Y depende de todos.
Traigo aquí, ya que es miércoles musical y creo que merece la pena, el vídeo con la canción de la cantante Joan Baez, de la película «Naves misteriosas», del año 1972, en donde se nos avisa del peligro de no cuidar la vida en la Tierra. Una película de ciencia ficción emotiva, maravillosa, y profundamente espiritual, que nos hace reflexionar. Por cierto, la entrada que hice en su día de la película es de las más visitadas en el blog. Una gran noticia, no por mí, sino por el interés que despierta esa conciencia ecológica que todos debemos desarrollar e integrar en nuestra conciencia.
Porque la vida en la Tierra es de todos. Y si se pierde, la perderemos todos. Cuidemos del planeta, porque ello significa cuidar de las generaciones que vendrán. Se merecen un mundo limpio y con vida, no una piedra ardiendo en el espacio. Démosle una oportunidad a la vida. Merecerá la pena.
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