Ayer me fui a dormir con la alegría de saber que, al parecer, la asignatura de filosofía va a volver a los institutos. Naturalmente se convirtió en trending topic en Twitter, y mucha gente se preguntaba por qué hay que aprender a pensar y a razonar. Y yo estoy de acuerdo; visto cómo funciona el mundo, la política, la publicidad, y las redes sociales, pensar es algo que al parecer se ha vuelto innecesario, irrelevante, casi ofensivo.
Hace un tiempo escribí dos artículos sobre la filosofía y su vital importancia en las aulas, y sobre todo en la vida, y sobre Platón. Por qué es importante aprender a pensar y a reflexionar de una manera metódica y rigurosa. Por qué debemos entender que el pensamiento requiere de un entrenamiento que no lo va a dar ni la física, ni las matemáticas, ni la biología. Esas asignaturas enseñan datos concretos, pero el verdadero poder de la filosofía consiste en poder entender la mente con todas consecuencias, y mucho más importante, poder derivar nuevas ideas, nuevas teorías, nuevos conceptos, a partir de ideas ya conocidas.
La filosofía es el arte de obtener un puzzle completo a partir de una caja con piezas que se han perdido para siempre. Es el arte de aprender a razonar con criterios lógicos, y dota al individuo de los mecanismos necesarios para poder afrontar el conocimiento, y la vida, con las máximas garantías de que toda su capacidad racional va a ser empleada de un modo eficaz y coherente.
Todos estos conceptos e ideas se están perdiendo hoy. Sin filosofía no hay razón, y sin razón no hay arte, ni ciencia. Quienes no aprenden a pensar no son más que meros portadores de ingentes cantidades de datos, recolectados en una universidad, sin saber qué hacer con esos datos, ni cómo obtener el mayor beneficio de ello. Son, de hecho, ordenadores biológicos, inmensas bases de datos que no saben emplear esos datos para otra cosa que no sea recitarlos.
Quiero agradecer a todos los que han leído, y siguen leyendo hoy, el artículo sobre filosofía y su naturaleza que preparé aquí, y el artículo sobre Platón. Son más de mil setecientas las lecturas que tiene el primero, y mil doscientas lecturas el segundo.
Si bien los libros y fragmentos de textos de La leyenda de Darwan han sido y son un completo fracaso, para qué nos vamos a engañar, sin embargo el hecho de que artículos como estos mencionados sean un éxito, modesto pero un éxito real, me sirve para entender que ha merecido la pena crear este blog, que nació por los libros, pero existe casi en exclusiva por los artículos de ciencia y arte. Soy un escritor de ficción fracasado, pero soy un divulgador del conocimiento. Modesto, pero orgulloso de mi trabajo. Un regalo inesperado de la vida que me entusiasma y me anima a seguir escribiendo cada día.

Y es lo que voy a hacer. Voy a seguir hablando de filosofía, del pensamiento, del arte, de la cultura, de la ciencia, y del ser humano. Mientras me queden fuerzas y pueda, ahí estaré. Y, sobre todo, voy a tratar de seguir transmitiendo un mensaje: aprendamos a razonar. Porque la mente es la mayor y más poderosa herramienta que ha creado la naturaleza, y menospreciarla es menospreciar nuestra propia existencia.
Aprendamos a pensar. Aprendamos a razonar. Seamos lógicos. Seamos coherentes, pero seámoslo desde un modelo riguroso y basado en el pensamiento racional. Así podremos dominar el arte, la ciencia, y cualquier materia. Con las matemáticas somos matemáticos. Con la física somos físicos. Pero con la filosofía somos dueños de nosotros mismos, y de nuestro destino. Muchas gracias.
El pensamiento crítico es fundamental para librarnos de la alienación. ¿O es la alienación, para determinadas élites, un objetivo en sí mismo? (La pregunta pretende ser retórica).
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Sin duda, la capacidad de racionalizar el entorno es lo que nos permite cuestionar ese entorno. Y eso es algo extremadamente peligroso para ciertos poderes. Ya dijo alguien que en tiempos de extremismos pensar es en sí mismo un acto subversivo. Saludos y gracias por comentar.
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no veo las neurociencias sin la base y el soporte epistemológico de la filosofia
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