Si buscan «La leyenda de Darwan» en Twitter verán que esta ha desaparecido. En realidad, la cuenta de Twitter siempre fue accesoria y secundaria a este proyecto. Después de darme de baja en Facebook, la baja en Twitter está motivada por la falta de interés que la cuenta generaba entre los lectores. ¿Por qué generaba poco o nulo interés?
La razón es muy sencilla: Twitter no funciona con ciertos parámetros, en los que la gente es reacia a contestar. Twitter es una máquina de debate, de conflicto, de lucha, de oposición a todo o a casi todo. Similar a Facebook, pero de forma más directa. En Twitter no tiene cabida La leyenda de Darwan. No funciona. Podría haber funcionado, pero es de suponer que este material, sean los libros o los artículos, no crean un mínimo interés, que invite a continuar con la cuenta abierta y activa. Así que ahí va el cierre.
Alguien podría decir que la cuenta de Twitter no funcionaba porque en realidad no tengo nada interesante que ofrecer. Podría ser así, ciertamente. Pero no es esa la realidad. ¿Por qué lo sé? Porque la misma cuenta, con las mismas entradas, con los mismos contenidos, y con el mismo mensaje, funciona bastante bien en Instagram.
¡Ajá! Algo distinto se da entre Twitter e Instagram. En la primera no obtengo ninguna respuesta; en la segunda, la respuesta es relativamente buena. No es nada del otro mundo por supuesto, pero eso no me importa; lo que me importa es que haya un solo ser humano, solo uno, que se interese por La leyenda de Darwan. Pero es cierto: necesito que haya una persona. Que no sea mi hermana, por supuesto, con ella ya cuento siempre. Eso lo consigo en Instagram. No así en Twitter.

Y ahora viene la pregunta. ¿Necesitamos realmente estar en todas partes? Tenemos una obsesión, a veces casi enfermiza, por darnos a conocer. El SEO, las redes, las conexiones, el imperioso requerimiento de que todo el mundo conozca nuestra obra. ¿Por qué? ¿Para qué tanto SEO y tanto SEA y tanto SIOUX? Lo entiendo cuando el objetivo es económico, es decir, cuando se trata de una empresa o hay un objetivo claramente comercial. Si hay que ganarse la vida, se ha de hacer dando a conocer el producto.
Pero, ¿y con nuestro hobby? ¿Con nuestra pasión? ¿Vamos a mercantilizar nuestros sueños? ¿Vamos a medir el SEO de nuestras ilusiones, de nuestras esperanzas, de nuestra nueva obra literaria? Yo respeto todas las opiniones faltaría más. Pero, sinceramente, no voy a dejarme la piel en una red que no me aporta absolutamente nada a mi proyecto, y en donde la gente ve mi entrada y sale huyendo sin ningún interés, sea por la salida de un libro, o por un artículo de física o política. No huyen porque sepan si aquello es bueno o malo; simplemente, porque no está en la onda de esa red social.
Otra cosa que observo últimamente es que, al parecer, hay que casi exigir al lector que responda, terminando las entradas de los blogs con preguntas directas, o incluso poniendo encuestas. Vamos a ver; si alguien quiere decirme algo, solo tiene que dirigirse a mí, y procuraré contestar con la información más clara y concisa posible. Pero, ¿presionar yo a los lectores para que «interactúen» con el blog? Ni hablar. Ustedes expresarán aquí sus opiniones, sus comentarios, sus ideas, cuando ustedes lo consideren necesario y les apetezca. Yo les responderé gustosamente. Y punto. Nada de presionar, ni perseguir, ni SEOS, ni PERSEOS.

Este blog es un hobby, y sus escritos, incluyendo los libros, son un pasatiempo. Nunca ha habido una reseña literaria de los libros de La leyenda de Darwan ni de la saga Aesir-Vanir en ninguna web de literatura, y nunca la habrá, no porque los libros sean buenos o malos, sino porque no se conocen y nunca serán populares, más allá del pequeño círculo de lectores que se interesan por estas obras. Y porque no he pagado por ello, porque ofertas de reseñas a cambio de dinero sí me han llegado, pero no estoy dispuesto a caer tan bajo. Puedo ser un escritor desconocido y anónimo, pero tengo una cierta dignidad que no voy a mandar por la alcantarilla por una falsa reseña pagada.
Yo estoy aquí porque hay personas que siguen este blog. Son ustedes, los que leen esto, los que dan vida a este blog, y no hay truco ni trato ni trampas ni cartón; no estoy haciendo más que constatar una realidad: el blog lo leerá quien quiera cuando quiera. Y seguirá vivo mientras una sola persona tenga el interés de leer las entradas que aquí se dan, o de leer alguno de los libros de la saga. En Instagram sí funciona La leyenda de Darwan, y ahí seguiré encantado de la respuesta que tienen las entradas. Pero no me venderé ni me obsesionaré; al contrario: disfrutaré escribiendo, sin preocuparme por los resultados.
Por otro lado, tan mal no lo estaré haciendo cuando una conocida revista de ciencia ficción y fantasía, «El club de la fábula«, tiene la enorme amabilidad de publicar alguno de mis trabajos. Como aquel del relato «Somos los hijos de la Tierra«. O como en el número 5, que saldrá en breve, donde publican un artículo sobre la conferencia que di en la facultad de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de Madrid sobre motores hiperlumínicos. O la entrada que preparan sobre mi artículo sobre el efecto Casimir. Sin duda, inspira y motiva que una revista así se fije en el trabajo diario que aquí llevo a cabo.

Por cierto, agradecer a los editores de la revista su interés en mi trabajo, y espero que la revista siga siendo publicada durante mucho tiempo, ya que es un trabajo titánico y duro, pero cuyo resultado satisface a mucha gente, no en vano tiene 45.000 seguidores en Facebook.
Y eso es todo. Bye bye Twitter, no te echaré de menos, como no echo de menos Facebook. Yo seguiré aquí, mientras me queden fuerzas, y mientras tenga algo que contar. Porque, no lo olvidemos; estamos vivos mientras tenemos algo que contar, y tenemos a alguien que escucha lo que contamos. Esa es una magia única, maravillosa, e irrepetible. Y merece la pena vivir por ella. Y morir por ella, sin duda. Muchas gracias.
Hola, te quiero invitar a la instancia de Mastodon Quey.org, una alternativa de código abierto a Twitter, allí si qué se aprecia el contenido interesante y producido por gente como tú.
Simplemente estabas en el lugar equivocado con gente equivocada, en Twitter sólo triunfa el salseo y la farándula.
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Precisamente me di de alta hace poco gracias a tu artículo sobre el tema, eso sí con el nombre en inglés “The legend of Darwan” por error, pero bueno ya lo dejo así que hay que internacionalizarse. ¡Muchas gracias!
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¡Genial saber eso! Las redes ya no son lo mismo de antes, ahora por lo menos tenemos la salvación de las redes libres y descentralizadas mantenidas por la comunidad y para la comunidad 🙂
Saludos, Fenrir.
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