Intenta olvidar, un alegato de Sheryl Crow

Hoy es miércoles musical, y toca traer una mención a una canción de Sheryl Crow, «Try not to remember» (trata de no recordar), basada en la película americana «Home of the brave» (el hogar de los valientes), que en España se tradujo como «Regreso al infierno». Una vez más, título original y traducción no tienen nada que ver.

En el cine de Hollywood los buenos siempre son los americanos, que ganan a todos y además son patriotas, sencillos, y héroes. Van a una guerra contentos y felices, riendo y mostrando las fotos de sus familias, fumando un cigarrito mientras limpian y montan sus armas, y ganan esas guerras mientras toman whisky de Kentucky, y hablan de sus sueños de futuro, en una granja que construirán en Kansas. Los malos mueren por docenas mientras el chico, porque siempre es un chico, solo termina con una herida en el hombro. Luego vuelve a casa, donde su santa esposa le espera con los niños limpitos y la cena lista. La bandera ondea en lo alto. ¿Alguien quiere poner el «Amazing grace» mientras lee esto? Mano derecha en el pecho, que nadie lo olvide.

Sheryl_Crow
Sheryl Crow

No. No tengo nada en contra de Estados Unidos, aunque lo parezca. Sí tengo en contra algunas cosas en relación a las políticas de Estados Unidos durante los últimos ciento veinte años. Son cosas muy, muy distintas. Pero he visto en mi vida acciones de Estados Unidos que, simplemente, no se pueden perdonar. Sobre todo cuando se disfrazan de esa falsa imagen de libertadores y pacifistas. Si al menos fuesen de frente, contando la verdad, aún podrían ganar algo de mi respeto. Pero que millones de muertos lo sean porque «el mundo libre» lo necesita, es algo que no puedo soportar.

Obviamente, el mundo real no es así. Ese mundo de dulces y fiestas y de héroes que nos quieren presentar. Ese es el mundo que nos quieren vender. Y mucha gente critica ese tipo de cine, por falso, por tergiversar la verdad, y también por tergiversar la guerra, convirtiendo el evento más terrible y cruel de la humanidad en una lucha entre buenos y malos.

Lo cierto es que, cuando comienza una guerra, las fronteras entre el bien y el mal se funden y diluyen enseguida en ambos bandos. Que nadie se lleve engaño, y lo repito: en ambos bandos.

Tras el primer disparo, la guerra se convierte en una lucha por la supervivencia, donde la gente intenta sobrevivir como puede. Las reglas éticas y sociales desaparecen, y aparece el instinto, ese que nos dio la naturaleza para sobrevivir a cualquier precio.

La guerra lo absorbe todo. Lo destruye todo hasta un punto en que no queda ni un recuerdo de lo que fue la paz. Los hombres y mujeres que viven una guerra quedan marcados de tal modo, que sus vidas serán para siempre una secuela de lo que vivieron durante la contienda.

Cuando veo gente animando a organizar la enésima guerra, sea donde sea y por el motivo que sea, pienso en los miles, muchos miles, a veces millones, de seres humanos que quedarán marcados para siempre por los horrores de la muerte y la destrucción. Si esos que en la comodidad de sus hogares hablan de guerra estuviesen un día, solo un día, en un frente de combate, quizás entonces habría menos entusiastas de las guerras, y menos guerras también.

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No; el napalm no traerá la paz

Nunca hay una excusa para la guerra. Siempre hay una excusa para la paz. Nunca una guerra halló soluciones a un conflicto. Y siempre una mano tendida fue el primer paso para encontrar una solución a cualquier conflicto entre seres humanos.

Esta película, «Home of the brave», sigue siendo en muchos aspectos eso: un devenir de banderas y héroes. Pero, a diferencia de otras películas, también es capaz de mostrar el lado amargo de la guerra. También es capaz de mostrar cómo la guerra destruye familias, hombres, mujeres, vidas enteras perdidas por una falsa idea: mi patria es más importante que la tuya, mi fe es mejor que la tuya, y mi cultura es mejor que la tuya.

Que nadie se engañe: Estados Unidos es un gran país, pero es también, desde el punto de vista político, un imperio. Actúa como un imperio, y se comporta como un imperio. Pero, como todo imperio, ha sabido entender que incluso los más importantes imperios de la historia han necesitado aliados. Ahora, ese torpe, ignorante, inútil, y absurdo Donald Trump se ha creído que él solo puede controlar y conquistar el mundo. Y el mundo está demostrándole que no solo el imperio romano cayó, también le está demostrando que ningún imperio es eterno, y que el poder de Estados Unidos no durará para siempre.

Si alguien le hubiese preguntado a César Augusto si el imperio romano caería algún día, sus risas se habrían oído desde un punto al otro, desde Britania hasta Jerusalén. Hoy en día el imperio romano es un recuerdo en los libros de historia. Importante sin duda. Pero olvidado y enterrado en el tiempo. Nada es eterno. Incluso la eternidad tiene marcado un fin en el universo.

Por eso creo que Sheryl Crow, que como ustedes saben es una de mis cantantes preferidas, bueno, es mi cantante preferida, para qué nos vamos a engañar, supo introducir ese dilema de la guerra y la paz en la pieza que compuso para esta película. Una película que, como digo, sigue siendo Hollywood. Pero que, por lo menos, tiene la decencia de enseñarnos que los hombres y mujeres de Estados Unidos son seres humanos, que sufren, y que son capaces de sentirse hundidos. Tanto como aquellos del otro bando, esos que nos dicen que son «los malos».

FASES DEL IMPERIO ROMANO - CLAUDIO 41- 54 dC
El imperio romano en tiempos de Claudio. Un emperador que pusieron frente al poder porque era estúpido según la guardia pretoriana, y acabó siendo uno de los más grandes

No se puede creer en buenos y malos, ya lo he dicho antes. No hay «buenos», o «malos». Hay intereses creados, y hay víctimas de esos intereses. En ambos bandos. Unos intereses comerciales y empresariales que crean las guerras donde pierden la vida los unos y los otros. Sería por lo tanto muy bueno que unos y otros se uniesen contra esos que deciden cuándo hemos de vivir, y cuándo hemos de morir. Entonces, unidos, ellos temblarían. Porque no tendrían con qué hacer la guerra. Y sin la guerra no son nada; solo unos cobardes que sacrifican vidas a costa de un porcentaje.

¿Quiere saber cuántos muertos llevamos por causa de las guerras? En este enlace se hace un cálculo bastante aproximado. Pase por los datos de cada guerra, y piense: cada cifra, cada uno de esos valores que suma, es un ser humano que podría haber vivido una vida plena. Y la perdió a causa de ese absurdo deseo de poder que asola a la humanidad.

Verá opiniones muy encontradas sobre esta película. Pero yo quisiera centrarme aquí en Sheryl y en el mensaje que transmite. Un mensaje de que no merece la pena perder la vida por nada. O, como decía aquel, «no se trata de morir de pie o vivir de rodillas; se trata de vivir como personas en un mundo igual para todos».

La guerra debería ser el primer objetivo a batir. Y el único objetivo a batir. Cualquier otro objetivo debe ser el de extender la paz por toda la Tierra. Solo entonces tendremos una oportunidad. Solo una. Pero será suficiente.

Ese es el mensaje que transmite esta pieza musical de la infinita e inagotable Sheryl Crow. Y esa fue la idea por la que la traje aquí. Espero que les guste. Muchas gracias.

 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

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