Estaba el otro día en una playa de la Costa Dorada, en la provincia de Tarragona. Era de noche, y estaba todo muy animado, con restaurantes a todo tren y gente en la playa, la cual está perfectamente iluminada con el fin de evitar peligros.
En ese momento, apareció un helicóptero a baja altura, pasando muy lento. Posiblemente algún rescate, alguna búsqueda. De pronto, cien mil niños de entre dos y doce años aparecieron de no se sabe dónde, e invadieron la playa señalando el helicóptero.
¿Qué había ocurrido? Algo que lleva pasando desde que los hermanos Wright realizan su primer vuelo en 1903: que a muchos de nosotros, desde que somos unos pequeñajos, nos gustan los aviones, y los helicópteros. O, al menos, nos llaman la atención. Ya de mayores muchos pierden el interés claro, pero otros muchos, entre ellos yo, seguimos con nuestra pasión por la aeronáutica. Algunos de forma activa incluso.

Efectivamente. Una de las cosas que más llama la atención de muchos críos son los aviones, y más concretamente «las avionetas», o los helicópteros. Algunos de pequeños incluso soñábamos que seríamos pilotos, cruzando raudos los cielos en nuestro bello pájaro metálico, a casi la velocidad del sonido, con nuestro traje de comandante de aviación, y nuestras alas en la chaqueta.
Para bien o para mal, muchos no vimos cumplido ese sueño. Las razones son muy variadas, pero en muchos casos de índole económica. Obtener el título de piloto de líneas aéreas es caro, muy caro. Y requiere una inversión importante. Además, el prestigio y el glamour del pasado son historia. Hoy en día los pilotos, sobre todo los más jóvenes, sobreviven los primeros años haciendo cosas que ustedes no creerían. Y puedo traer testimonios de primera mano para confirmarlo.
De todas formas, ser piloto es una profesión vocacional. Sobre todo ahora. El glamour del pasado siglo XX es historia. El siglo XXI ha traído un nuevo paradigma a la aviación. Así que, si quiere ser piloto, adelante. Es un camino duro, pero realmente apasionante para los amantes de la aviación.

En el pasado.
En mis tiempos de juventud, allá por la Edad Media, aquí en España, el camino normal para ser piloto pasaba muchas veces por ser piloto militar, y luego pasar al civil. Obviamente era un camino indirecto. Si se quiere ser piloto civil, ¿para qué ser militar? Otros acudían a las primeras escuelas de pilotos certificadas, o bien en el extranjero, si podían permitírselo.
Los sueldos de piloto de hace veinte, treinta, cuarenta años, y las condiciones, eran diametralmente opuestas a las actuales. Siempre fue caro ser piloto de líneas aéreas, pero hoy el camino es tremendamente más duro que antes, y el reconocimiento profesional muchísimo menor. No ayuda toda la tecnificación, que hace que ciertos pilotos sufran una fiebre de «botonitis», u obsesión por la informatización que invade los aviones, y no están lo suficientemente preparados para tener que actuar en caso de una emergencia. ¿La razón? Los pilotos, desde muchos puntos de vista, son gestores, y tienen un entrenamiento limitado con las técnicas de vuelo, sobre todo al principio. Esto es así desgraciadamente, y hay varios artículos recientes que lo denuncian, como por ejemplo este de aquí.
Por otro lado, mucha gente sigue creyendo que ser piloto te garantiza una vida de ostentación, coches deportivos, y azafatas en minifalda, locas por llevarlo a uno a la cama. ¿Sexista? Claro, era el mundo que se mostraba por parte de muchos medios de comunicación en el pasado, y mucho peor, las mismas compañías aéreas daban esta imagen.

De hecho, algunas compañías aéreas actuales lo siguen haciendo hoy día. Es un ejemplo más de que las cosas no están yendo como deberían. Tampoco en el mundo de la aviación civil. Además, la integración paulatina de la mujer como piloto está ayudando a acabar con esta imagen del duro piloto macho que vuela y conquista mujeres en cada aeropuerto. Las cosas hoy en día son tremendamente distintas. Pero algunos se empeñan en seguir con esa imagen caduca y trasnochada.
La aviación en realidad ha estado, y está, llena de tópicos. Ni la mayoría de pilotos tenían coches deportivos antes, ni las azafatas estaban locas por acostarse con el comandante. Entre otras cosas porque ambos eran, y son, profesionales. Esas historias sórdidas de líos sexuales a cuarenta mil pies de altura son mitos. Puede haber algún caso, como en todas partes, pero ciertamente tantos como en cualquier otra profesión. Claro que hay sexo en las nubes. Pero los pilotos se preocupan de volar, porque les va la vida en ello entre otras cosas.

Hablando de sexismo, ciertamente antes no había mujeres piloto. O era rarísimo ver una. Ahora, afortunadamente, se empiezan a ver, pero aún rondan solamente entre el 3 y el 5 por ciento. Las mujeres, como en tantas ocasiones, han llegado tarde a esta profesión, aunque ha habido mujeres pioneras. Pero era una profesión de hombres. Ahora es relativamente fácil ver cada vez más mujeres. Hace poco un pasajero no quiso volar si el avión lo pilotaba una mujer. Hubo que sacar al pasajero del avión. O este caso del enlace más reciente. Como puede verse, sigue habiendo gente machista en todas partes, también en los aviones.
Antes el piloto gozaba de un áurea de poder, y eso sí es indiscutible. Tenía un buen sueldo, y condiciones muy buenas. Eso sí, el trabajo era, y es, muchísimo más duro de lo que la gente cree. Ser piloto de líneas aéreas exige pruebas físicas y psicológicas muy duras, que además se han de repetir cada cierto tiempo. Si se quiere optar por ser piloto militar, entonces las condiciones son todavía muchísimo más duras.
En la actualidad.

En la actualidad ser piloto va desde un trabajo duro hasta un verdadero desastre. Ser piloto de hoy en día es una profesión desprestigiada y convertida en una especie de circo volante, nunca mejor dicho. ¿Testimonios? Los que quiera. He tenido y tengo contacto con pilotos diversos de líneas aéreas, y lo que explican da miedo, y vergüenza.
Sueldos míseros, deben pagarse ellos mismos las primeras 500 horas de vuelo aproximadamente, sin dinero para los hoteles, comidas, etc, cambios de sus vuelos y trayectos constantes, y un sinfín de historias más.
Un ejemplo que conozco de primera mano: cinco años volando en una aerolínea africana para poder volver con su familia a Barcelona entrando en una aerolínea europea. La razón: el número de horas requeridas para poder operar en esas aerolíneas. Muchos se van a lugares donde pueden hacer esas horas, aunque sea en aparatos regionales como en el ejemplo.
Se preguntará de dónde saco el contacto con los pilotos. Hace quince años fundé una web de aviación civil y militar y simuladores, que tenía cuando la dejé, hace cuatro años, unas cuatrocientas mil visitas mensuales. Y eso son muchas visitas. Organizábamos cursos online y presenciales de vuelo, hacíamos exposiciones, colaboraciones con aeropuertos y con el ejército del aire, dábamos conferencias sobre aeronáutica, colaborábamos en eventos aeronáuticos, y un sinfín de historias más. Yo mismo daba clases de instrucción de pilotos en simuladores con el avión F-16. Como resultado de aquello conocí no a uno, sino a bastantes pilotos de líneas aéreas, que me contaban su vida con detalle. Y las historias que contaban los veteranos nada tenían que ver con las que contaban los nuevos. Era como dos mundos distintos. Con algunos de esos pilotos aún mantengo contacto de vez en cuando, y me cuentan cómo progresa la profesión y sus vidas profesionales.

Requisitos para ser piloto.
Lo primero es lo primero, y las pruebas médicas son un filtro que nadie se puede saltar. Las pruebas médicas son extensas, y no admiten peros. He visto a gente con todo listo para ser pilotos cómo se frustraba su sueño por cosas que no son incapacitantes, pero que restringen el poder obtener un título de piloto comercial. Recuerdo a un amigo sano y fuerte, pero tenía un pequeño defecto en la espalda, y se le denegó ser piloto comercial. Lo arregló siendo piloto privado, ahí sí podía entrar. Obviamente no es lo mismo. E
n todo caso, recuerde: si no pasa las pruebas, adiós. No se culpe: es necesario tomar todo tipo de precauciones. La seguridad es lo primero.
Otro requerimiento es tener un buen nivel de inglés. En España no sé qué nos pasa que muchos hablamos inglés al estilo Ana Botella, ¿se acuerdan? «Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor». Por favor, superemos ese nivel, por el bien de todos y la paz mundial. Y porque, si no es así, no tendrá usted sitio en un avión como piloto. Muchos, muchos pilotos cualificados son descartados por su bajo nivel de inglés. No es necesario ser un Shakespeare. Pero disponga un nivel decente.
El siguiente requerimiento es el dinero. Dependiendo de la academia los precios varían, pero tenga por seguro que las cantidades son importantes. Al final dejo una lista de academias de vuelo en Madrid, Barcelona, y otras ciudades de España.
Otro requerimiento es la vocación. Qué bonito es volar. Qué bonito es el uniforme, y los aviones, con todos esos botoncitos, volando a 40.000 pies (en aviación se usan pies y nudos para altura y velocidad respectivamente, o número mach o millas náuticas). Ser piloto es muy duro, especialmente al principio. Y muchas compañías aéreas de bajo coste imponen condiciones draconianas a sus tripulaciones, incluyendo a los pilotos. Si consigue superar esas barreras, podrá disfrutar de una profesión que da, por supuesto, muchas satisfacciones, y el cumplimiento de un sueño.
Los detalles más técnicos y legales los dejo para el enlace de abajo, porque algunas academias pueden variar con respecto a otras en sus condiciones. Pero todas, sin excepción, deben cumplir la durísima normativa.
Así que, si quiere ser piloto, o sabe de un familiar, hermano, hijo, cuñado (en este caso para mantenerlo lejos), adelante. La aviación es un sueño. Ser piloto es maravilloso. No lo dude, y, a poco que pueda, descubrirá que su sueño se puede hacer realidad. Nos vemos en el cielo.
A continuación dejo un vídeo que grabé hace un tiempo con la técnica de aterrizaje de un Supermarine Spitfire. Lo grabé porque mucha gente tiene problemas para aterrizar este avión. Volar un avión de los años cuarenta es un reto. Y eso es lo que lo hace increíblemente maravilloso. Felices vuelos.
- Escuelas de pilotos.
- Dirección general de Aviación Civil en España.
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