Contra los blasfemos en el nombre de Dios

Hoy voy a hablar de Dios y blasfemos, y de esa relación que llevan ambos manteniendo desde hace milenios. Una relación por la que el Primero ataca a los segundos en su nombre, usando para ello por supuesto a sus representantes. Acciones contra los blasfemos en nombre de Dios, para que purguen sus pecados en la Tierra.

De vez en cuando vemos a personas e instituciones poner demandas civiles, o penales, en relación a terceros que han menospreciado una religión concreta, y han insultado sus costumbres o a sus dioses. En otros países, es el mismo estado el que castiga a los «blasfemos», es decir, a aquellos que atacan verbalmente los conceptos que se consideran sagrados y divinos, y que por ello no pueden ser criticados, menos aún menospreciados. Las penas pueden ser muy duras, incluso la muerte. Parece que a algunos dioses les gusta ver morir a quienes no creen en ellos. Me pregunto qué entidad todopoderosa y divina tiene la necesidad de que un simple mortal muera para satisfacer no sé qué sentimiento, que tiene muy poco de divino, y sí mucho de humano.

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¿Quién se otorga el derecho de juzgar a otros en nombre de Dios?

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Tests de autocensura literaria

El otro día hablaba de que escribir es libertad. Es hablar de lo que piensas, de lo que sientes, de lo que sueñas. De tus pesadillas y de tus miedos, tus fobias, tu rabia, tu ira. Pero también de tu esperanza. Y hablaba de cómo últimamente parece que tenemos que escribir según unos baremos de autocontrol y autocensura realmente alarmantes. Hay que quedar bien con todo el mundo.

Ahora nos vienen con tests de control literario. ¿A qué estamos jugando?

No. Definitivamente, no. Sí, hay líneas que se han de controlar, claro, pero lo que está ocurriendo es muy grave. ¿Por qué mi libro tiene que pasar unos tests que algunos lectores parecen imponer para que un libro sea bueno o malo? Disculpe usted, pero el arte se basa en conceptos abstractos y subjetivos, no en superar tests basados en una falsa creencia de que hay que quedar bien con todo el mundo.

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Cuando el humor se convierte en víctima

Siempre hay que poner límites. Eso es cierto. Pero el humor es el primer objetivo de aquellos que desean que el límite sea aquel que ellos consideren oportuno. Sin embargo, el humor es necesario, absolutamente necesario, en una sociedad abierta, democrática, y avanzada.

Estamos atravesando unas líneas muy delicadas, y muy peligrosas, en mi querido país, España. Estamos entrando en una obsesión por juzgar cosas no solo del presente, sino del pasado. Por poner un ejemplo, una canción del grupo musical Mecano absolutamente normal y muy popular, ahora se considera agrede a la mujer. O una joven es condenada a más de un año de cárcel por unos chistes relacionados con un hombre que era la mano derecha de un dictador como Franco, muchos de esos chistes escritos cuando ella tenía 15 años.

Pero, si se trata de buscar en el pasado y juzgar, vamos a hacerlo, por qué no. A ver, de momento tengo aquí a tres pederastas. No uno, sino tres. Dos de ellos son «El dúo dinámico», que cantaban «15 años tiene mi amor». ¡Pederastia! ¿Por qué no están ya en la cárcel?

¿Y Antonio Machado? Sí, sí, ese que hacen leer en la escuela. ¡Pederasta! Se casó, cuando tenía 30 años, con una joven de 15 años. ¿Cómo se nos ocurre enseñar la literatura de un pederasta a nuestros jóvenes?

Sigamos. Yo tenía 18 años cuando empecé a salir con una chica, que, casualmente, tenía 15 años. ¡Pederasta! Yo mismo debería ir a la cárcel. Salí con una menor de edad. ¡Lo confieso! Luego me dio una patada en el trasero, pero eso lo han hecho todas siempre conmigo.

En fin, para qué seguir. Estamos obsesionados con las formas, todo el mundo se siente molesto, y todo el mundo denuncia a la mínima. Comprendo que el respeto es importante, pero por favor, cuando se habla de humor, cuando se habla de parodias, cuando se habla de reírnos, no se pretende hacer daño. Las parodias y los chistes son un elemento fundamental de la libertad de expresión, y nadie, absolutamente nadie, ha traspasado ninguna barrera. Ninguna.

Es preocupante lo que está ocurriendo. Muy preocupante. Y por cierto. ¿Saben quién inventó el coche volador? Sí, sí. Efectivamente. Es ese. Pero no lo pongo porque la ropa de cama de la cárcel me produce picor. Buen fin de semana, y buen humor para todos.

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