El antropomorfismo es el hábito del ser humano de dotar de capacidades humanas, sean físicas o psicológicas, a entidades que no son humanas, y que disponen de sus propias pautas de comportamiento y desarrollo. El ejemplo más habitual se da con las mascotas. Por ejemplo, la tendencia de los veganos a dar solo vegetales a los animales es algo que se podría considerar maltrato animal, ya que los perros, y los gatos, son carnívoros, y pretender que sean veganos es como pretender que un tigre haga amistad con una cebra y se vayan de fin de semana al campo.
La naturaleza es como es, pero el ser humano pretende cambiarla y adaptarla a sus creencias, y además dice que eso es estar en comunión con la naturaleza. Eso es evidentemente falso. La naturaleza es brutal y no contempla ningún tipo de moral humana, y convertir a los animales en meras réplicas del comportamiento humano es una muestra de las muchas limitaciones de la moral y el comportamiento humanos, que se considera un ser avanzado, cuando no es más que un conjunto de reglas morales y éticas que cambian con los años y los siglos, y que nada tienen que ver con el universo y su naturaleza.
Ahora que llegan los robots y los androides, con aspecto y comportamiento que recuerdan a los humanos, el antropomorfismo que se está aplicando sobre ellos es igualmente ridículo y carente de todo sentido. La gente habla del famoso T-800, el robot interpretado por Arnold Schwarzenegger en Terminator.
Todo esto por supuesto no tiene ningún sentido, ni mañana va a aparecer el T-800 y sus amigos Terminators para destruir a la humanidad. Ni ningún aguerrido John Connor va a aparecer para salvarnos. Todo eso está bien para disfrutar con la ciencia ficción un sábado por la tarde con las palomitas y el refresco, pero la realidad es otra muy distinta.
Los robots, y los androides, son máquinas. Como tales máquinas, controladas por una computadora, hacen, y dicen, aquello que están programados para hacer. Hace poco surgió la noticia de que Amazon rechazaba una inteligencia artificial porque era misógina, es decir, favorecía a los hombres sobre las mujeres. Huelga decir que la «IA» la ha programado alguien, y si se ha de considerar misógino algo, es al humano que la ha programado. No culpo a mi coche cuando me llevo un poste por delante; culpo al que conducía en todo caso. Incluso si el fallo es mecánico, el error siempre tiene un origen humano. De la IA hablo en este enlace.
Boston Dynamics es una empresa que está creando sin duda robots espectaculares, como el del vídeo adjunto. ¿Por qué la forma humana? Porque el mundo está hecho para ser manipulado por humanos. Si queremos máquinas que puedan sustituirnos, deberán tener aspecto humano para poder adaptarse al medio en el que se van a mover. ¿Y por qué queremos que nos sustituyan? Porque los humanos no queremos hacer muchas tareas tediosas e incluso peligrosas; queremos desarrollar actividades intelectuales y creativas, y dejar el trabajo mecánico a las máquinas. Eso es algo que llevamos haciendo en realidad desde la invención de la rueda y el dominio del fuego, el barco, el molino, la máquina de vapor, el automóvil, o las computadoras. En todos los casos, se trata de liberar al ser humano de tener que realizar tareas tediosas, para que las hagan las máquinas.
¿Producen los robots y androides más paro? Corea del Sur es el país con más robots, y su tasa de paro nunca sube del 4%. Luego, parece que no existe una relación entre robots y paro. Eso sí, es deber de los gobiernos de cada país preparar a los individuos para que puedan desarrollar tareas que no puedan ser desarrolladas por robots o androides.
Hoy por hoy, los robots y androides no son más que montones de hierros y circuitos. Aunque los humanicemos, siguen siendo simplemente un montón de chatarra. Muy sofisticada sin duda, pero chatarra al fin y al cabo. La famosa «IA» de la que tanto se habla no es sino un conjunto de algoritmos curiosos y más o menos sofisticados, que nada tienen que ver con la inteligencia real.
El desarrollo futuro de verdaderas IA, mediante el empleo de computadoras cuánticas, permitirá la emergencia de conciencias propias basadas en la misma filosofía de la estructura del cerebro, que dice que la conciencia es una propiedad emergente de la mente en base a su organización, interacción y funcionalidad. La naturaleza no creó la inteligencia. Creó una máquina llamada cerebro para la mejor adaptación del individuo al medio cambiante. La conciencia fue un resultado imprevisto de esa estructura llamada cerebro, y somos, por lo tanto, fruto del azar. Tal como llegó esa capacidad puede irse. Pero, lo que sin duda podemos hacer mientras tanto, es recrearla en máquinas que modelen el cerebro humano mediante neuronas con funcionalidades similares a las del cerebro real.
Los miles de millones de neuronas humanas podrán ser recreadas en computadoras cuánticas, pues son las únicas con la potencia y tamaño necesario para llevar a cabo algo así. Y entonces sí; entonces sí tendremos una IA real, en una máquina con aspecto humano. Entonces podremos hablar de una nueva especie, y de una nueva relación con esa especie. Pero nunca, repito, nunca, deberemos humanizar a los androides. Porque, pase lo que pase, ellos siempre serán androides; y nosotros siempre seremos humanos. Al menos, hasta que dejemos de serlo.
En definitiva este es un tema del ahora y el futuro, pero dentro de la evolución natural se sigue un instinto y la conciencia también, cuando pones el ejemplo de los animales, también olvidamos si verdaderamente ellos carecen de espiritualidad o conciencia por que a pesar de todo ellos viven cocientes (en el ahora), desde el inicio de la historia humana nos hemos considerados superiores. Hoy sabemos que compartimos las mismas características genéticas de muchos seres vivos, ahora los desarrollos podrían ser una extensión del ser humano (cyborg), bueno el futuro llegara de cosas aunque imaginables sorprendentes.
Buen tema es muy interesante.
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Muchas gracias Nomadax por tus palabras. Los animales y sus conciencias guardan todavía muchas sorpresas a mi modo de ver. Algunas especies de pájaros están sorprendiendo con sus habilidades conductuales y de aprendizaje. Es un tema apasionante. Un abrazo.
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