Llega la Navidad, y con ella, las ofertas a La leyenda de Darwan. En esta ocasión, el libro ofrecido de forma gratuita es «La insurrección de los Einherjar I: el manto de Odín», que se encuentra disponible, como siempre, en Amazon.
Novela ambientada tres siglos y medio después de «Sandra: relatos perdidos», sigue la historia de Sandra, viendo los sucesos que se desarrollan entre los Dos Reinos, que viven en el único lugar que ha quedado habitable en la Tierra: Nueva Zelanda, y sus mares aledaños. Las dos islas se encuentran protegidas por un gigantesco manto de energía, mientras la civilización humana ha vuelto a una nueva Edad Media.
Allí, la humanidad se ha dividido de nuevo en dos facciones, y, a pesar de los esfuerzos de Sandra, la especie humana, lejos de agotarse, ha continuado su lucha por la supremacía. Las predicciones de ese hombre oscuro y escurridizo que es Scott, al que Sandra siempre trata de alcanzar sin conseguirlo nunca, se están cumpliendo escrupulosamente, y el fin de la especie humana parece inevitable, mientras Sandra trata por todos los medios de que no sea así, y gestiona una paz que pueda convertirse en definitiva.
Libro que, como todos los demás, puede leerse sin necesidad de conocer los anteriores. Esta es una obra especial, en el sentido de que junto a «La luz de Asynjur» tiene un estilo marcadamente diferente a la del resto de la saga, en la mayor parte de su extensión.
Dejo, como colofón a esta entrada, un pequeño fragmento de la obra. Muchas gracias.

Crónica de los Einherjar. Extracto.
Y aconteció que Odín, Padre de los Dioses, se apiadó de la humanidad, que, en su vanidad y su locura, había convertido el Paraíso en el Hades, y había vendido cada una de sus almas inmortales a las huestes oscuras de Zeus.
Y Odín extendió un manto protector sobre el Último Reino de la Tierra, que los pueblos de las Dos Islas llaman Te Ika-a-Māui para la isla del norte, y Te Waipounamu para la isla del sur, y los Antiguos llamaban Nueva Zelanda. Odín limpió las tierras y los mares de todo rastro de lo que habían sido las antiguas ciudades, campos y valles hendidos en la suciedad, en la podredumbre, y en la Muerte Invisible, un poder maligno que pudría la carne y el alma de todo aquel que la tocase.
Y Thor, herido de muerte por la mano fría y vengativa de Zeus, hizo llorar a Odín durante siete años. Y las lágrimas limpiaron los ríos, los lagos, y los arroyos del conocido como Último Reino, y con ello el hombre pudo limpiar su espíritu de todo mal, y volver a construir un nuevo mundo para la humanidad.
Pero Zeus, en su deseo irrefrenable de acabar con la especie humana, dividió a la humanidad en dos bandos: los Vanir, en la Isla del Sur, y los Aesir, en la Isla del Norte. Ambos se enfrentaron en duras y sangrientas batallas. Y aconteció que Odín, enojado en su Castillo Estelar, exigió el fin de la guerra. Y los reyes de ambas islas acordaron poner paz para siempre entre sus pueblos.
Y Atenea, la de los ojos claros, que había sido traicionada por Zeus dos veces, entregó su alma a Odín, y éste se apiadó de su alma inmortal, y la elevó para convertirla en Heraldo de la humanidad. Y Atenea luchó incansable para llevar la paz de Odín a la Tierra. Y pagó un alto precio por ello, una vez más. Luego Atenea bajó a la Tierra para llevar el mensaje de paz de Odín, y hombres y mujeres crearon un altar en honor de la diosa, en la isla de Rakiura.
La paz reina actualmente en el último reducto: Los Reinos de las Dos Islas. Los últimos vestigios de la guerra son mitos y leyendas. Y Odín está satisfecho por ello…
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