No suelo publicitar productos ni cuestiones relacionadas con el consumo. Pero es que Sheryl Crow no es un producto, ni es consumo. Sheryl Crow es la compositora, cantante, y artista más grande que ha visto el universo desde que Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina.
¿Se nota que estoy locamente enamorado? Pues tiene usted razón. Es un amor no correspondido por supuesto, pero eso no lo distingue de las decenas de amores no correspondidos que he tenido en mi vida.
Sheryl Crow presenta nuevo disco el día 30 de agosto, «Threads», y nos trae ese sonido rockero americano puro y directo que tanto nos gusta a sus fans y seguidores incondicionales. Después de una aventura con unos discos más suaves, con un sonido más melódico, Sheryl ha vuelto a sus orígenes, algo que ya comenzó en su disco anterior, y continúa en este.

Un sonido que entra por cada poro de la piel, y que en directo suena con una fuerza y un poder totalmente irresistibles. No en vano Sheryl es de esas artistas que sigue demostrando que el directo se basa en instrumentos y músicos, no en computadoras e informática.
El día 30 por supuesto me haré con el disco, como he hecho con el resto de su discografía, y recorreré las calles de Barcelona con mis gafas oscuras en mi Ford Mustang descapotable… Bueno, esto último quizás no sea exactamente así. Pero me encantaría.
De momento, vamos con uno de sus directos, donde demuestra su poder y su fuerza. ¿Se nota que esta chica me gusta? Qué duro es el amor no correspondido.
Señoras y señores, con ustedes, ¡Sheryl Crow!
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