Nota: Como nota curiosa, últimamente me había alegrado de haber vendido tres libros en Amazon. Luego he descubierto que es un lector que lee el libro y luego lo devuelve. Investigando el tema es política de Amazon poder devolver libros hasta 14 días después de comprado. Así que mis ventas de este mes vuelven a cero. Es otra picaresca que demuestra el poco valor que se da a nuestro trabajo literario. El mundo lo construyen las ideas, y luego se lo quedan los oportunistas y los demagogos.
Yggdrasil, el que será el decimosexto y último libro de la saga Aesir-Vanir, sigue adelante. Despacio, pero firme. Eso sí, no tengo fecha de publicación todavía. Sí espero tener el libro listo para el verano de 2022. Pero no quiero forzar tiempos.
Yggdrasil se desarrolla durante lo que se conoce como «Era Anterior», mil millones de años en el futuro, y tres mil millones de años antes de los hechos narrados en «La leyenda de Darwan«, tal como se especifica en la Cronología de la Humanidad. Cuenta la historia del Primer Nacimiento, o del origen de la nueva humanidad en la brutal guerra que confronta a dos civilizaciones, los Xarwen, y los LauKlars, ambos pueblos nacidos en la Tierra en diferentes épocas tras la extinción de la humanidad a finales del siglo XXVII (hechos que se pueden conocer en los dos libros de «La insurrección de los Einherjar»).
En esta escena, Helen ha sido rescatada tras haber sido capturada por los LauKlars. Sus lesiones físicas son variadas, pero el daño fundamental está en su mente, que ha sido torturada y violada a una escala nunca vista antes.

Personajes del fragmento:
- Helen Parker: una joven de algo menos de treinta años y un metro ochenta y cuatro de altura, morena de cabello corto. Su aspecto y su mirada sobrecogen a cualquiera que se acerque a ella. Su vida en la Tierra fue básicamente trabajar poco y divertirse mucho. Sin formación militar, sin estudios superiores, sin capacidades estratégicas… Sin embargo, ha sido elegida para liderar a la especie humana en esta nueva Era. Se está además creando un culto alrededor de ella, y algunos ya la llaman “Señora” en señal de respeto, y otros la apodan como a la antigua diosa nórdica: Freyja. Helen es también la protagonista de la trilogía de «La leyenda de Darwan» e «Idafeld». Aparece brevemente en «Las entrañas de Nidavellir».
- Irina Musilova: mujer entrada en la treintena, antigua oficial de la Policía Federal de Argentina, tuvo un romance con Vasyl Pavlov en la Tierra a mediados del siglo XXI. Pavlov era antiguo piloto convertido en soldado a sueldo del gobierno. Ahora Irina lo rehúye, pero no sabe muy bien por qué. Irina es una experta en armas y en operaciones especiales. Su papel es principalmente el de control y gestión de los asuntos internos con Helen. Se la puede ver en «Ángeles de Helheim».
- Vasyl Pavlov: antiguo piloto de combate, cuando sufrió una lesión en un vuelo tuvo que dejar la aviación militar. Esto no le impidió realizar trabajos ultraclasificados para el Gobierno de los Estados Unidos. Su dolor por su esposa asesinada por un cártel de drogas solo es superado por el dolor que siente por la pérdida de su hija. Papel muy importante en la trilogía de «La leyenda de Darwan» y otros libros.
- Karl: un músico australiano y dueño de un club de jazz de unos veintitantos, que ha sido reconvertido en capitán de una nave estelar de combate por méritos propios. Junto a su amigo Pitt sueñan con terminar la guerra, y montar otro club de jazz. Karl piensa mucho en Helen. Quizás demasiado para el gusto de esta. Papel destacado en la trilogía de «La leyenda de Darwan»
- Yolande Le Brun: antigua profesora de inglés en Amiens, Francia. Mujer enjuta y delgada de unos cuarenta años, de mediana altura, Yolande ha demostrado su capacidad para ser la mano derecha de Helen. Mujer muy religiosa, y muy centrada, tiene sin embargo un poder de convicción que le permite liderar a cualquier grupo, lo que la ha llevado a ser muy respetada en un papel de almirantazgo. Todo el mundo la respeta y sigue sus instrucciones. Todos, bueno, menos Vasyl Pavlov. Papel muy importante en la trilogía de «La leyenda de Darwan» y en «Idafeld».
- Kim: androide recuperado de la Tierra, es el ayudante personal de Helen, su guía, y su ayuda para combatir el dolor por las torturas mentales y físicas provocadas por los LauKlars. También satisface algunos de los deseos sexuales de Helen mediante estimulación bioeléctrica indirecta. Kim aparece en la trilogía de «La leyenda de Darwan» y en algún momento de «Las entrañas de Nidavellir» y «La insurrección de los Einherjar».
Liberación.
Helen se encontraba tumbada en una camilla gravitatoria. Se hallaba en la sala principal de la enfermería, en la Charles de Gaulle, que poseía en aquel tiempo los mejores medios tecnológicos para el cuidado de pacientes.
Dos médicos atendían los datos que se podían leer de los sistemas de control de su cerebro. Sus caras eran de preocupación. Sus conversaciones versaban sobre los enormes daños neuronales sufridos por la que era líder de aquella humanidad que buscaba sobrevivir de cualquier forma, de cualquier manera, en aquella guerra brutal entre Xarwen y LauKlars.
Yolande se acercó a los dos médicos: una doctora en neurología, y un experto en traumatología. Fue este el que habló primero.
—Yolande, tenemos buenas y malas noticias, como suele ocurrir tan a menudo.
—Vamos primero a por las malas noticias. —Entonces habló la doctora:
—Los daños neuronales de Helen son incluso peores de lo que pude reconocer en un primer examen. El nivel de brutalidad empleado con ella para sondar su mente ha traspasado todo lo que he visto anteriormente. Se me hace increíble que aún pueda disponer de una consciencia activa. —Yolande asintió.
—¿Podrá recuperarse? —La doctora tardó unos segundos en contestar.
—No puedo decirlo ahora con seguridad. Es posible, si se actúa con mucha contundencia, y arriesgando su mente.
—¿Arriesgando su mente?
—Tendremos que sondar la mente de Helen para reparar los daños neurológicos que ha sufrido por acción de los LauKlars. Es su única posibilidad de sobrevivir. Pero ese mismo tratamiento podría matarla. No hay alternativas.
—Entiendo. ¿Y las buenas noticias? —Entonces habló el doctor.
—Sus daños físicos son importantes, pero se pueden regenerar totalmente. Todavía no tenemos posibilidad de regenerar órganos completos. Mucho menos miembros humanos. Los Xarwen están trabajando en darnos los sistemas y tecnologías, pero eso llevará un tiempo. Por lo demás, conseguiremos que vuelva a estar físicamente al cien por cien. La mente, como ya ha comentado mi compañera, es otra cosa.
Yolande miró unos instantes a Helen. Luego se volvió a la doctora.
—¿Está en coma?
—No. La tenemos en un estado de criogenización mental para evitar un progreso de degradación de los daños cognitivos.
—¿Podría hablar con ella? —Los médicos se miraron un momento. Luego la doctora contestó:
—Puedo activar su mente unos minutos. Y mantenerla en un estado de control durante el proceso. Pero luego deberá recuperarse de ese proceso.
—¿Hay riesgo?
—En este momento, todo es arriesgado.
—Necesito hablar con ella, si es posible, doctora. Es muy urgente.
La doctora asintió. Le dijo algo a su compañero. Luego se volvió a Yolande.
—Vamos a darle unos minutos de consciencia activa. En cuanto veamos inestabilidad, tendremos que desconectar su estado.
—De acuerdo.
Tras un par de minutos, Helen comenzó a moverse levemente. Yolande se encontraba a su lado. Finalmente, aquella abrió los ojos. Giró la cabeza. Yolande sonrió.
—Señora. ¿Cómo te encuentras? —Tras unos instantes, Helen respondió:
—Como cuando me despertaba de resaca tras un concierto de Sheryl Crow. —Yolande rio levemente. Helen continuó:
—Veo que pudisteis sacarme de ese… infierno.
—Fue duro, y fue complejo. Pero se consiguió.
—Ya me imagino: Vasyl Sergei Pavlov. ¿Es así? Él fue el artífice. —Yolande asintió levemente.
—Dijo que moriría antes de dejarte con los LauKlars. Su ímpetu y su furia siempre son estremecedores. Pero nunca le había visto así. Parecía capaz de acabar él solo con los LauKlars.
—Sí… Es un machista misógino cabezota e indisciplinado. Pero consigue siempre lo que quiere. Por eso… le necesitamos.
—Señora, no tenemos tiempo. Deberán desconectar tu mente enseguida. Pero he pedido que pueda hablar contigo. Necesito instrucciones.
—Para ti solo tengo una instrucción: tú estás al mando. Esas son mis órdenes.
—Pero señora, yo no…
—Tú eres la única capaz de gestionar a Vasyl, y de controlar sus peleas con Irina Musilova. Necesitamos a ambos. Pero te necesito a ti para que no se maten entre ellos, en discusiones sobre la moral y la ética de la guerra y los procedimientos para ganar cada batalla. Necesitamos de la violencia y la furia de Vasyl. Pero también necesitamos de la moral y la ética de Irina. Solo con ambos mundos unidos podremos ganar la guerra, y conseguir que se nos pueda seguir llamando humanos. Y tú harás eso. Tú mantendrás las fuerzas equilibradas, y darás las órdenes para las operaciones oportunas hasta que me recupere. ¿Ha quedado suficientemente claro?
Yolande asintió. Luego Helen continuó:
—Confío en ti, Yolande. Siempre confiaré en ti. Vasyl es la fuerza. Irina es la táctica. Pero tú eres la estrategia que sabe gestionar fuerza y táctica. Tú…

Helen no dijo nada más. La doctora se acercó. Yolande le preguntó:
—¿Qué ha ocurrido?
—Nada. El sistema neuronal de control la ha desconectado de la consciencia por seguridad. No debe permanecer consciente más tiempo.
—De acuerdo. Mantenme informada del progreso, por favor.
—Así lo haré.
Yolande se dirigió a Kim, que estaba cerca.
—Kim. Cuidarás de ella. ¿Verdad?
—No haré otra cosa. Estaré pendiente de cualquier necesidad que pueda tener.
—Muy bien. Confío en ti. Dile a Karl que se encargue de las tareas de defensa. Dale los planes que te di para la protección de las naves de la flota, y explícale con detalle todo lo que te comenté. Puedes irte ahora.
—Por supuesto —afirmó Kim, mientras saludaba levemente, y dejaba la sala.
Más tarde, Yolande convocó a Vasyl y a Irina en el despacho de Helen, que ahora era temporalmente suyo, esperaba que por poco tiempo. Ambos llegaron, y se sentaron frente a la mesa. Yolande observó a los dos unos segundos antes de afirmar:
—Tenemos un problema.
—Lo entiendo —confirmó Irina—. Helen está en un estado crítico.
—No. Ese es un problema, pero no es el problema ahora. El problema sois vosotros. —Vasyl e Irina se miraron. Luego Vasyl preguntó:
—¿De qué hablas?
—Fuisteis amantes en el pasado, en la Tierra. Ahora competís por ver quién gestiona mejor las fuerzas contra los LauKlars. Y, en esa competencia, todos corremos peligro.
—Estoy de acuerdo —reconoció Irina.
—Yo no lo estoy —negó Vasyl.
—¿Lo veis? Ni siquiera os ponéis de acuerdo en si hay un conflicto entre vosotros. Tendréis que resolverlo. O tendré que tomar medidas. Helen os necesita. Yo os necesito. Pero vuestro conflicto es solo otra guerra dentro de esta guerra. Y con una guerra me basta y me sobra para perder la paciencia. O acabáis con vuestras disputas, o acabaré yo con esas disputas. Y entonces todos tendremos que lamentarlo…

Perdón por la expresión, pero esta política de Amazon me parece una putada!!!!!!
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Sin ninguna duda. Poniendo un símil, es como ir a ver una película y al salir del cine exigir que te devuelvan el dinero de la entrada porque no te ha gustado la película. Amazon hace esto para ganar clientes, pero nos condena como escritores. Es el mundo que nos toca vivir. Saludos.
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Sinceramente no conocía esa política de Amazon, estoy totalmente de acuerdo en que es una gran putada.
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