El 8 de marzo se celebra el día de la mujer, y, como cada año, se arma un buen remolino de noticias en contra y a favor de la libertad e igualdad de la mujer en la sociedad. Y yo me pregunto: ¿cómo es posible que, en pleno siglo XXI, nos estemos cuestionando que las mujeres deben ser iguales, en derechos y en deberes, al hombre?
¿Cómo es posible que tengamos que pensar en cómo igualar sueldos en igualdad de puestos de trabajo? ¿Cómo podemos plantearnos que la mujer, en todo el planeta, y también en mi país, España, vive todavía sometida a condiciones que, muchas veces, son claramente injustas, cuando no dañinas y destructoras?

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