En este 20 de julio de 2019, 50 años tras la llegada del ser humano a la Luna, comenzaré una nueva serie de «Entradas Breves». Porque no siempre es necesario escribir mil o dos mil palabras para describir algo. Al contrario, a veces es mejor ser breve.
Hoy me han preguntado en Twitter por qué hay que creer que la NASA llegara a la Luna.
Le he respondido:
Porque tendemos a creer que nuestra generación es la mejor. En aquellos tiempos se corrían riesgos, se invertía mucho dinero, se buscaban nuevas fronteras. Ahora todo eso está olvidado. Por eso no creemos que se llegara a la Luna: porque nosotros no seríamos capaces de hacerlo.
La última generación siempre se cree la mejor. La más avanzada. La más moderna. La más sofisticada. Sin darnos cuenta de que, en la historia de la humanidad, llegar el último no significa ser el mejor. De eso podrían hablar los últimos habitantes del Imperio Aqueménida, o del Imperio Egipcio, o del Imperio Romano. O de las polis griegas.
Transformar los sueños en metas realizables es difícil y complejo. Pero no imposible. Dedicación, esfuerzo, trabajo, recursos, y ganas de conseguir alcanzar metas. No todos llegaremos a la Luna.
Pero algunos sí lo harán. Y eso, ciertamente, es lo que realmente importa. Nuestros logros son los de todos. Unos ponen la mano, y otros se alzan sobre esa mano. Todos fueron necesarios para cumplir la meta. Y todos serán recordados.
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