Mi país es el infinito. Y mi momento es ahora. No porto banderas ni estandartes. No creo en dioses que ocultan el miedo del ser humano al futuro y a su confianza en sí mismo.
Mi único compromiso es con la verdad y el conocimiento. Mi único enemigo, la ignorancia y la arrogancia. Y mi camino es un océano infinito donde no existen las fronteras. Puedo caminar junto a miles, o puedo caminar solo. Pero nadie adoctrinará mis pensamientos, ni mis ideas.
Cuando marches, no andes el camino; sé tú mismo el camino. Abre nuevas rutas por ti mismo, y verás cosas que nadie ha visto. Ese es mi sueño. Esa es mi meta.
Mi frontera es simple: romper fronteras.
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