Hace unos días escribí un artículo sobre la necesidad de entender que el éxito de un escritor no se ha de basar tanto en obtener el deportivo descapotable de sus sueños, o la mansión con piscina de veinte lavabos.
Pues bien, alguien se me acercó, virtualmente hablando, y me dijo que lo que yo quería decir realmente en esa entrada era una forma de excusarme ante mi fracaso como escritor. También me dijo:
«El que no se conforma es porque no quiere».

Le respondí que es cierto, y que, de hecho, lo comento en aquel texto, cuando digo que, sin duda, me hubiese gustado haber tenido la oportunidad de llegar a los lectores mediante alguna editorial que hubiese publicado alguno de mis libros. Pero que, en última instancia, sigo y seguiré escribiendo, porque es lo que da sentido a mi vida.
Y, siendo consecuente con mi trabajo ya terminado de la saga, más el resto del material diverso que tengo por ahí, no puedo decir que no haya triunfado en mi sueño de escribir. No tanto en mi sueño de ser conocido. Pero también advertía en ese texto de algo muy importante. Memento mori.
Hoy me he acordado que, de hecho, lo más importante es reírse de uno mismo cuando se siente que no se ha tenido una oportunidad en la vida, y que, en esos momentos, ver las cosas con humor es lo mejor para seguir adelante.
Hace unos años había organizado un club de escritores con una compañera de letras, y llegamos a tener unos cientos de escritores en Facebook. Luego, como pasa siempre, todo se fue al infierno, porque los seres humanos no funcionamos muchas veces como deberíamos, y porque yo no valgo para montar clubs ni para visitar clubs literarios. El único club donde me he sentido cómodo ha sido siempre el que ha tenido algún grupo de amigos del poker, donde apostábamos nuestras almas y nuestros sueños a tres descartes.

Pero aquel club fue una experiencia interesante mientras duró, y preparé este vídeo parodia que pueden ver abajo, donde, usando una conocida escena de la película «The downfall» (La caída), se ve a un Hitler derrotado. Esa escena se ha usado para hacer miles de parodias. Y yo no iba a ser menos.
Es importante relativizar la vida. Si alguien consideró que pueda estar amargado al leer ese texto, les aseguro que no es así.
Escribo mi artículo, o mi novela. Luego me voy a dar una vuelta con mi perrita Lyra, echo un vuelo a mi simulador favorito (preparo un nuevo vídeo de aeronáutica que aparecerá muy pronto con el increíble caza F-86 Sabre de Corea), y me digo:
«Qué diablos; amigo, no has triunfado como escritor, y Charlize Theron, de forma inexplicable, se niega a contestar a tus proposiciones de matrimonio. Pero eres feliz, porque puedes escribir. Y eso es lo que importa».
Sin más, les dejo con el vídeo que preparé cuando estaba en ese club de letras. Vamos a reírnos de todo, empezando, sobre todo, de nosotros mismos. Es muy importante. Porque relativiza la vida, y nos devuelve esa sonrisa que tanto necesitamos para seguir adelante. Muchas gracias.
Debe estar conectado para enviar un comentario.