Brexit: el plácido camino hacia el suicidio

Sigo hablando del Brexit, porque sigue el Brexit. Pensábamos que el 29 de marzo explotaba todo ya, pero vamos por el tercer retraso. Ahora la fecha definitiva parece el 31 de octubre, precisamente el día de las brujas y Halloween, qué casualidad. Pero merece la pena hablar de este fenómeno llamado Brexit, sobre todo desde el punto de vista sociológico, que es el que más me interesa.

De pronto, un país decide lanzarse a un precipicio del que no se ve el fondo. Organizan una serie de mentiras, que están probadas y verificadas, y cuando uno de sus máximos mentirosos y embusteros, el señor Boris Johnson, propone ser primer ministro, todos aplauden y felicitan al gran héroe de un proceso que está destruyendo a Reino Unido desde dentro, y de una manera que nunca pude imaginar. Un héroe que ha mentido a las masas, pero la memoria de la ignorancia es tan corta como los hilos que mueven la política populista de ciertas fuerzas y naciones.

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Por eso este proceso es interesante: porque demuestra que un país democrático y moderno puede tomar una deriva suicida, y un gobierno, que debe sobre todo preocuparse de sus ciudadanos y tejido empresarial, social, y productivo, lo manda todo al infierno, y deciden que ellos saben lo que hacen, en contra de la opinión de los mejores expertos de todo el mundo. «¿Qué sabrán ellos? Haremos a Reino Unido grande de nuevo. Vamos a volver a izar la Union Flag por todo el mundo. Nuestras flotas dominarán los mares, nuestros ejércitos dominarán las naciones, los»… En fin, sueños de un imperio que nunca volverá. Y menos con estas actitudes.

No saben ustedes cómo estoy disfrutando con el Brexit. De verdad, es todo un lujo vivir en una época donde podemos asistir, desde una posición privilegiada, al suicidio colectivo de un país que se supone moderno, equilibrado, y coherente. Y atención, no hablo del plano político, ni siquiera del social. Cada cual tendrá sus opiniones sobre el Reino Unido, y sus muchos problemas internos, que los tiene, y los ha tenido siempre. Pero algo hemos de reconocer: históricamente ha sido un país de progreso y prosperidad, aunque sin duda hay episodios muy oscuros en su historia, no podemos ni debemos negarlo. Dos ejemplos:

Se me viene a la mente la situación de los obreros durante la revolución industrial, en el siglo XIX sobre todo, y principios del XX, y sobre todo en el suroeste del país. Situaciones terribles. Otra situación degradante fue la destrucción del sistema sanitario de la «Dama de hierro», Margaret Thatcher, un proceso del que Reino Unido nunca se ha recuperado, y que hoy es usado como argumento para el Brexit. Por cierto, el autobús del Brexit con la mentira del dinero para la seguridad social, ¿alguien lo recuerda? Claro que no. Lo han ocultado perfectamente. Otra vergüenza que debería haber hecho caer políticamente a muchos que lo propugnaron, y que ahí siguen.

Vote Leave Bus Tour, Truro, Britain - 11 May 2016

Y Nigel Farage, tras el Brexit, niega que ellos dijesen que esos 350 millones de libras iban a recuperarse para ir al sistema sanitario británico. ¿Quién se acuerda ahora de eso con el partido Probrexit, señor Farage? Nadie, ¿verdad? Porque usted lo escondió muy hábilmente a la opinión pública.

 

No sé si habrán visto las sesiones que se retransmitieron en su momento sobre el Brexit, hace unas semanas, antes de los dos retrasos del Brexit. Yo procuraba verlos o bien en directo, o bien algún resumen posterior. ¿Por qué? Porque se me hace difícil comprender cómo gente que dice preocuparse por su país lo lanza al agujero más profundo.

Se habla mucho de que fue «la decisión del pueblo». Vamos a ver: se hizo un referéndum porque fue bajo la presión de ganar unas elecciones, no por el bien de Reino Unido. Cuando se hizo el referéndum se contaminó a la opinión pública con una cantidad ingente de mentiras impresionantes. ¿De verdad ese sí del referendum ha de darse por válido? Yo creo que no. Y creo que no porque ha quedado demostrado que no fue un referéndum limpio.

Imagine que un hombre es condenado a cadena perpetua. Va a la cárcel, y luego se demuestra que las pruebas eran falsas, estaban inventadas. El jurado deliberó y condenó bajo unas premisas falsas. ¿Qué hay que hacer? ¿Decir «no», el jurado ha hablado, y el jurado es la ley, no se puede cambiar lo que dice el jurado, que es el pueblo?

El juicio ha de repetirse, por supuesto. Porque se está condenando a un hombre a pasar su vida en prisión. Y está ahí con pruebas falsas, fabricadas para culparlo y mandarlo a la cárcel. ¿No parece evidente que hay que repetir el juicio? Ya no digo dejarlo en libertad. Pero sí volver a repetir el juicio.

Aquí ocurre lo mismo. Se ha de repetir el referéndum. Porque ahora el pueblo del Reino Unido tiene una visión muy superior y clara de este tema, a pesar de las locuras que han supuesto los distintos argumentos usados a favor del Brexit. Ahora la gente ve cómo sus negocios, sus empresas, su estilo de vida incluso, peligra por esa obsesión del Brexit. Una obsesión que está ya creando problemas dentro y fuera del Reino Unido, pero especialmente al Reino Unido.

Una crisis que está azuzada por la pinza que ejercen Estados Unidos y Rusia, que ven cómo se consigue eliminar a un elemento crítico de Europa, que quieren juegue, en el futuro, un papel aún más testimonial de lo que ha tenido en las últimas décadas. Quieren convertir a Europa en un simple títere de sus intereses. Y la forma de hacerlo es destruir la Unión Europea. De ahí el enorme apoyo económico que ha tenido el Brexit para transmitir la cantidad ingente de mentiras, y el intervencionismo de Donald Trump, que parece, de facto, el nuevo Primer Ministro de Reino Unido, diciéndoles a los británicos lo que tienen que hacer en cada momento con su país.

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Culpar a Europa de los males del Reino Unido ha funcionado muy bien como propaganda

Significativo es este estudio donde se detalla que el partido conservador prefiere accionar el Brexit, incluso aunque suponga la rotura del país y un caos absoluto, con el fin de retener el poder. Así que al final era eso: retener el poder. El viejo y manido elemento que ha movido países, naciones, imperios, civilizaciones… Lo hemos visto muchas veces. Por el poder se destruye un pueblo, un futuro, incluso un planeta. Porque la negación del cambio climático no es más que un argumento de poder para obtener votos de aquellos que niegan sistemáticamente cualquier idea que suponga un peligro para su conjunto de valores, incluso si estos valores son contrarios a la lógica racional. Y esos valores están destruyendo el planeta, de un extremo al otro. Hablaré de eso pronto.

Dije en las anteriores entradas sobre este tema que habría Brexit, y sería duro. Ahora me reafirmo en mi idea. Habrá Brexit. Será duro. Y será un verdadero desastre para Europa. Pero, especialmente, para el Reino Unido. Las consecuencias se prolongarán durante décadas, y de hecho cambiará el panorama mundial de fuerzas. Los jóvenes británicos viven ya hipotecados. Así como los extranjeros que ven cómo su vida se convierte en un infierno por los extremistas. Los testimonios son constantes y diarios, y el país se rompe desde dentro.

Un elemento positivo de todo esto, que ya estamos viendo, es que el resto de países al menos en general, tienen claro que este caos no debe repetirse. Que la separación y el troceado de Europa es un plato demasiado apreciado por fuerzas externas como para dejarles que metan el cuchillo y el tenedor en el continente. Por eso otras ideas de separación serán rechazadas incluso con más fuerza.

Un ejemplo claro es el de Cataluña. No importa lo que diga o haga el gobierno español, o el catalán. Se centra todo alrededor de Barcelona y Madrid, cuando se está dejando de lado el elemento clave que mueve el tema de Cataluña: hay una fuerza por encima, Bruselas, que está en este momento dando una orden muy precisa y clara a todos los países de la UE, también a España: no se admitirán, ni se favorecerán, más aventuras que recuerden al Brexit. Porque está en peligro el modelo social, político y económico que representa la Unión Europa. Y ese modelo no puede jugar con separatismos. ¿Tiene razón la UE al tomar esa actitud? Eso sería tema de otro análisis, sin duda. Pero una cosa es evidente: si un Brexit está provocando un caos tremendo, imaginemos lo que podría suponer una serie de nuevos países apuntándose a sus propios Brexit.

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Sin duda este meme es de los mejores que he visto sobre el Brexit

¿Es la Unión Europea un marco perfecto de paz, libertad, y justicia? Claro que no. Solo hay que ver los muchos problemas, internos y externos, que aparecen cada día. Desigualdades, injusticias, un modelo económico muy desajustado y que prevalece claramente a unos sectores frente a otros, todo eso es evidente, está ahí, y debe mejorarse, y debe lucharse para mejorarlo. Pero se debe hacer desde dentro. Y con la unión de todos los países que conforman la Unión Europea.

Yo soy una persona muy preocupada por las capas bajas de la sociedad. Creo en una europa social, en una europa solidaria con sus habitantes. En ese sentido, tampoco estoy a favor de derribar las estructuras, pero sí de fundamentar modelos sociales que permitan a los que menos tienen a disponer de una oportunidad. Educación, sanidad, y un hogar donde poder vivir. Recordemos que Europa se está despoblando, y España especialmente. Eso tiene mucho que ver con la ceguera que se tiene sobre el futuro de las naciones. Se favorecen modelos sociales que impiden que se puedan establecer marcos donde tener hijos no suponga todo un riesgo y una aventura. Si la ambición por el poder a corto plazo destruye el medio y largo plazo, dentro de poco tendremos un problema gravísimo. Y eso no lo solucionarán de un día para el otro.

También deberíamos analizar en todo esto el evidente problema de los extremismos. Me preocupan especialmente los extremistas de Alemania y países del este. Los de España me preocupan algo, pero son un grupo de gente ignorante, sin experiencia, y sin ninguna habilidad política, que solo sirven para entretener a las masas, animar a un grupo de fanáticos, cada vez menor, y permitir declaraciones que provocan risas. Eso sí, no hay que subestimarlos, pero no por ello debemos dejar de pensar que el verdadero peligro está en grupos mucho mejor organizados y preparados.

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Imagen que tienen los británicos Probrexit de cómo será su país tras salir de la UE

Vaya, ya me he descubierto. Soy proeuropeísta, es cierto. Con condiciones. No me gusta la europa brutalmente neoliberal actual, aunque es mejor que la américa superneoliberal actual. Creo que hay que mejorar muchas cosas. Pero creo que lo que tenemos ahora se consiguió con un esfuerzo enorme. Y lanzarlo a la basura ahora es una locura de proporciones inimaginables.

Una pena lo del Reino Unido. Desmontar Europa no parece una buena idea. Volver a los muros, a los controles, a las disputas, no es el mejor caldo de cultivo para desarrollarnos en este mundo hiperconectado. Solo unidos podremos desarrollar un continente que pueda mejorar a todos los niveles: social, cultural, político, y económico. Sin que el orden sea decreciente o creciente. Todos son importantes. Y todos han de ser tenidos en cuenta.

Ganar Europa costó mucho. Perderlo a manos de unos fanáticos se puede conseguir en un breve espacio de tiempo. ¿Qué viene luego? Compre un libro de historia del siglo XX. Ahí está todo. Esperemos que las editoriales no tengan que cambiar el XX, añadiendo solo un palito, para explicar el siglo XXI. De verdad que lo espero.


 

 

Autor: Fenrir

Amateur writer, I like aviation, movies, beer, and a good talk about anything that concerns the human being. Current status: Deceased.

2 opiniones en “Brexit: el plácido camino hacia el suicidio”

    1. Muchas gracias por tus amables palabras, y me alegro que sirva para conocer mejor esta crisis ten importante, que sin duda afecta a Europa de manera crucial, saludos.

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