Física: superconductividad y medias verdades

Mi anterior entrada del blog versaba sobre física, altamente especulativa. Pero yo ya advertí en esa entrada de que su contenido era pura especulación. Porque intento respetar al lector, y no intento engañar a nadie. Eso no me hace mejor que los demás. Me hace ser correcto con la ética de lo que se supone ha de ser un blog: información personal y opinión, pero con seriedad y rigor.

Desgraciadamente, vemos en Internet a mucha gente y empresas que se saltan completamente este respeto. Y suelo denunciar estos hechos, porque yo también soy lector, y pido, es más, exijo que se me respete, de la misma forma que yo he de respetar a los lectores.

Por eso, cuando en una web tan importante como Xataka, que es la web principal de toda una red de webs de temas muy diversos, vi cómo se presentaba una noticia de ciencia y tecnología de forma pomposa y revolucionaria, al instante sospeché que habría trampa. Que el titular era el típico para atraer lectores. Y no me equivoqué. Una vez más, nos encontramos con periodismo que distorsiona la realidad. En este caso relacionado con el complejo tema de la superconductividad. Vamos a verlo.

Explicación gráfica básica de la superconductividad.
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Cosmología: cuando un titular tendencioso guarda un tesoro

Cada semana podemos encontrar, sobre todo en las redes sociales, fantásticas noticias sobre increíbles descubrimientos en el campo de la ciencia. Descubrimientos que dejarán obsoletas las ideas que hasta ahora teníamos sobre distintas materias, como el universo, la vida, etc. Son noticias que aparecen con titulares sonoros como «Einstein estaba equivocado», «Una nueva idea en física deja obsoleta toda la mecánica cuántica» o «increíble avance permitirá la inmortalidad en cincuenta años».

Luego, se entra en el detalle de la noticia, y poco o nada se encuentra de ese titular. Es el famoso «clickbait», término inglés para indicar un titular que lo que pretende es enganchar al lector para que haga click en el enlace, y traerlo a la página, aumentando las visitas y los ingresos publicitarios. Muchas de esas páginas ponen cuatro notas sobre la noticia, y luego se ve que están repletas de publicidad, mucha de ella engañosa o con noticias falsas. Una publicidad que analiza la ip del lector, y si el lector está en Madrid, la noticia dirá «Este juego está arrasando en Madrid». Si el lector está en Sevilla dirá lo mismo pero de Sevilla.

Lo más triste de este escenario es que revistas científicas importantes, como American Scientific, se apunten a esta estrategia. En un mundo donde la ciencia se está convirtiendo en una carrera por obtener ingresos rápidos para mantener las revistas del sector mediante publicidad y trucos como el clickbait, los científicos serios y rigurosos tienen muy pocas posibilidades de hacer carrera. Si una investigación requiere de diez años, los inversores quieren que en un año ya haya resultados directos. La ciencia no funciona así. Los avances científicos no se aceleran por mucha publicidad que se introduzca en una web. La ciencia está siendo vendida a un modelo de negocio rápido y completamente basado en titulares espectaculares y en trucos de circo baratos.

Y, lo más curioso, es que la noticia llamativa guarda otra, de carácter impresionante, de la que nadie habla. Vamos a verlo.

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La sutil manipulación de los medios de información

No nos damos cuenta muchas veces, pero está ahí: los medios de comunicación, en su inmensa mayoría, nos manipulan constantemente. No todos, pero sí muchos de los más importantes, sean nacionales o extranjeros. Pero no, no me refiero a manipulación política. No me refiero a que favorezcan a un partido determinado, o a una empresa determinada. Eso ocurre también, pero eso siempre ha ocurrido, y ese es otro tema debate sin duda.

Lo que Internet nos ha traído, de una forma muy evidente, es la obsesión maniaco-compulsiva por conseguir «clicks». Por conseguir visitas. Por conseguir que los lectores permanezcan más tiempo en una página.

Entras en una página, e inmediatamente comienza un bombardeo de ventanas que se abren. En muchas de esas páginas, cada vez que entras, atención, cada vez, se abren las mismas ventanas, ofreciendo esto o aquello. Ya entré la primera vez  y dije: NO. ¿Por qué insistes? No vuelvo a entrar a esa página. El problema es que, al ritmo que vamos, no vamos a entrar en casi ninguna página. Porque casi todas nos bombardean con ventanitas y más ventanitas, para que compremos esto o aquello, o nos inscribamos, o entremos en un concurso. Es agobiante. Es realmente desesperante.

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Marcianos. Marcianos por todas partes

Últimamente, los medios de comunicación, incluso aquellos que se supone son serios y contrastados, se están llenando de noticias en relación a descubrimientos y hechos relacionados con alienígenas. El último, hace un momento cuando escribo esto, en relación a la sonda Voyager 2, que está actualmente saliendo del sistema solar, dirigiéndose al espacio profundo. Se sugiere que los extraterrestres podrían estar detrás de un fallo de la sonda.

Según esta noticia, la sonda comenzó a enviar información sin sentido. Tras investigar, se descubrió que ha habido un desplazamiento de bits, donde el 1 pasa a ser el 0, y el 0 pasa a ser el 1. Debido a la distancia a la que se encuentra, se sugiere, ni más ni menos, que son los extraterrestres los causantes del mal funcionamiento de la sonda, cambiando los bits en una especie de «respuesta». ¿Eso es una respuesta? Son un poco tontos estos marcianos parece ser.

Dejando aparte lo ridículo de esta explicación, se  hace evidente la obsesión de mucha gente por explicarlo todo por acción de los marcianitos de turno, que no tienen otra cosa que hacer que molestar. O, si se descubre algún fenómeno o efecto extraño, se achaca a marcianos enseguida. Tal es el caso de algunas estrellas que, debido a fenómenos difíciles de explicar, tienen su origen en las esferas de Dyson, de civilizaciones muy avanzadas.

Antes, las cosas que no se entendían se explicaban mediante milagros y ángeles. Ahora al parecer todo se puede explicar por acción de los extraterrestres. Pero ¿por qué ocurre esto? Es muy sencillo.

La enorme competencia de los medios de comunicación por atraer a los lectores y obtener los famosos “click” que pagan las facturas mediante la publicidad, abocan a entidades de información antes serias a convertirse en circos ambulantes, intentando desesperadamente, y de forma semanal, o incluso diaria, con traernos la noticia que cambiará la historia de la humanidad para siempre. Es el famoso “clickbait” del que ya hemos hablado en alguna ocasión.

Pero es preocupante que webs serias y rigurosas se dediquen a desinformar al público con teorías de bichos verdes o grises que se dedican a jugar con sondas en el espacio profundo. ¿Es el hijo joven de algún marciano el causante de que la sonda Voyager 2 mande información errónea? ¿Habrá que dejarle sin llevarle de vacaciones a Alfa Centauri por su mal comportamiento? Realmente patético.

Lo cierto es que no hay extraterrestres. No hay ninguna evidencia de extraterrestres. Y es posible que nunca se detecten, si es que se puede conseguir alguna vez. No digo que no existan, probablemente hay vida en otros mundos, por una simple cuestión de probabilidad. Ahora bien, contactar con ellos, incluso poder pasar información, eso ya es otro tema. ¿Debe seguirse la exploración del espacio profundo en busca de pruebas? Sí, naturalmente. Pero hasta que no se encuentre una señal clara y perfectamente identificable, hablar de marcianitos para explicarlo todo es simplemente constatar una profunda ignorancia.

Por cierto, el famoso doctor Stephen Hawking declaró recientemente que, quizás, no sea oportuno dar a conocer nuestra posición a seres de otros mundos. Podrían tener intenciones hostiles, venir aquí y conquistar la Tierra. Con todos los respetos al gran científico, no me imagino a una especie avanzada preocupándose por nosotros. ¿Nos preocupamos nosotros por las bacterias del suelo? Claro que no. ¿Por qué deberían ellos preocuparse por una especie primitiva, perdida en un extremo de la galaxia? ¿Por los recursos? La galaxia está llena de ellos. ¿Por curiosidad? Probablemente haya mucha vida en la galaxia como para preocuparse. ¿Para convertirnos en hamburguesas? Dudo que una especie avanzada no haya superado la etapa de tener que comer el bocadillo de media tarde para sobrevivir.

En definitiva, y como siempre, la idea es llamar la atención. En eso sí que nos diferenciamos del resto de seres de la Tierra; somos los únicos en hacer el ridículo con ideas absurdas a una escala galáctica, cuando no montar guerras fraticidas de niveles inconcebibles. Mira, quizás por eso sí podrían interesarse los marcianos por nosotros. Quién sabe.

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