A punto de llegar a los 900 artículos, con 65.000 visitas al blog, y superados los 350 seguidores, es hora de hacer balance de estos cinco años que se cumplen de La leyenda de Darwan en Internet. Cinco años que han sido intensos, donde he escrito más de lo que podré escribir en cien vidas, y en donde me ha pasado de todo, y donde ha pasado de todo.
Hay que decir que una parte de esos números tienen que ver con los artículos de ciencia, que son con diferencia los más leídos. Con la excepción de tres artículos sobre filosofía, que tienen también muchas lecturas. Los artículos sobre humanidades tienen menos lectores, y los artículos sobre los libros de la saga Aesir-Vanir son los que tienen menos lecturas, pero son también los que tienen los seguidores más fieles.
Es decir, y como ocurre de una forma lógica, los artículos de divulgación tienen muchas lecturas pero de lectores ocasionales, y los artículos sobre los libros tienen lecturas muy concretas, pero de un grupo de lectores determinado. Esto es algo perfectamente normal, en este blog y en otros. Aquí vienen básicamente dos tipos de lectores: los que pasan una vez por un artículo divulgativo, y los que se interesan por la saga, que van siguiendo las novedades.
Evidentemente, como responsable del blog, quiero agradecer a unos y otros su interés en los contenidos que aquí se ofrecen. Hoy, tras cinco años, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones y conclusiones sobre todo este mundo de blogs y letras con ocasión de este quinto aniversario.
La saga Aesir-Vanir está a punto de acabar, y me quedan dos libros, pero uno de ellos, «La leyenda de Darwan IV: Idafeld» será la clave para que la historia quede completa. El otro, «Mensajero del Nastrond II: Chronos» cerrará esa trama concreta. Y por cierto, también me siento feliz por el interés que crea una saga que es ciencia ficción, pero que tiene un contenido social y político extremadamente importante.
El universo es ficticio, pero los problemas que intento tratar en la saga son muy reales. Ahora estoy escribiendo un pequeño relato sobre el origen de Sandra y su primera misión, y ahí se verá que sí, es ciencia ficción, pero el tema de la trata de blancas, como se conoce popularmente al tráfico de mujeres, y que es el argumento del relato, no tiene nada de ficticio; es una realidad terrible y monstruosa con la que debemos acabar cuanto antes.

¿Cuál es el balance de estos cinco años del blog? Muy positivo, sin duda, teniendo en cuenta cuáles eran mis expectativas versus resultados. De entrada, estoy aquí, porque hace casi dos años sufrí un accidente grave que casi se me lleva al otro lado, un tema del que no he querido entrar en detalles porque tampoco importa; lo que importa es que conseguí sobrevivir, y continuar la saga y el blog. Por cierto, en las entradas anteriores de aquella época yo ya lo advertía: tenía que terminar, por lo menos, la segunda parte de «Las entrañas de Nidavellir» que entonces estaba poniendo a punto, para al menos dejar esa historia cerrada. Sobreviví, y en esos meses puede verse un bajón importante de entradas. ¿Hay artículos de esa época? Sí. Los escribía en el hospital con el portátil. Y fue un elemento psicológico importante para animarme y recuperarme.
Así que aquí estoy, cinco años después. ¿Cinco años con un blog es una cifra destacable? Bueno, al menos se puede decir que es una cifra interesante. Desgraciadamente he visto a muchos colegas, algunos conocidos, algunos amigos y amigas, que han tenido blogs de literatura muy interesantes que hoy están cerrados. Y promesas de escritores que se han perdido porque han dejado las letras, cansados de no recibir respuestas, o no aquellas respuestas que esperaban.
Un blog es algo más sacrificado de lo que parece, y duro. Abrirlo es fácil, son unos pocos pasos. Convertir ese blog en algo con forma y alma, eso cuesta mucho más. Que además haya alguien ahí escuchando, e incluso interactuando, es todavía más difícil. Pero no imposible. Y si el blog es de literatura, entonces la misión se torna compleja, muy compleja.

¿Por qué los blogs de literatura tienen poca salida? ¿Por qué no se habla de los blogs de letras como se habla de youtubers, influencers, o de los artistas de moda?
Porque, en la red, nuestro material literario, escrito con amor, esmero y cariño, provoca, en el mejor de los casos, en una gran inmensidad de individuos, un gigantesco bostezo. Por si fuese poco, son diez mil los escritores que cada día añaden nuevas entradas en sus blogs, con sus contenidos esperando una legión de lectores que, en la inmensa mayoría de casos, nunca llegará. Como máximo unas lecturas aquí, otras allá. Muchos se rinden. Es normal, somos humanos.
Algunos buscan soluciones de todo tipo para atraer lectores. Pero hay que tener cuidado. No invierta dinero tampoco en publicidad, a no ser que la cifra a invertir tenga un nivel importante. No se fíe de las editoriales que le ofrecen invertir al 50/50, le están sacando el dinero. Y no trate de explicarse por qué su gran obra es ignorada. No porque sea mejor o peor; No porque no tenga más o menos calidad. No porque un familiar o amigo le haya pronosticado un gran éxito.
Simplemente, porque, mientras usted subía la portada de su libro a la red, otros diez mil escritores estaban haciendo lo mismo. Todos con los mismos sueños de éxito.
El ruido es enorme, y la atención mediática del público en general está hoy en día en lo visual, en lo rápido, en lo inmediato. Un comentario típico es este: »
«¿Una novela de 500 páginas? ¡Pero si veo que tiene más de tres párrafos ya ni lo leo!»
Y atención, el que lee tres párrafos es un lector consagrado. La mayoría se quedan con los titulares. Por eso hoy día vemos tantos titulares manipulados. Porque la inmensa mayoría no pasará más allá en la lectura. Y el titular ha conseguido su propósito: desinformar.
En Twitter, en Instagram, y en otras redes, lo que se lleva es la imagen. Y el escándalo. Eso es lo que vende. Y eso lo saben empresas e individuos que explotan el escándalo comercialmente, y obtienen sustanciosos beneficios. No me veo yo a mí mismo anunciando algún escándalo para conseguir atraer a las masas. Yo no soy de escándalos; lo mío es escribir. Y eso no atrae a las masas.
Otros, simplemente, pretenden destacar como sea, a cualquier precio, incluso poniéndose en ridículo, como ocurre en los casos que se explican en este enlace.

¿Cómo podemos, como escritores, luchar contra las redes y que no se nos ignore? Se lo diré, y le daré como siempre mi opinión personal, que es mía y nada más: no podemos.
Y añadiré algo más: no es nuestra guerra. No es nuestro campo de batalla. No podemos ganar una guerra nuclear con libros. Tenemos que buscar otras luchas, otros frentes, otras fronteras. Precisamente ese es nuestro error: creer que lo que es bueno para otras materias lo será para la literatura. No funciona así.
El proceso de traducción de los libros al inglés sigue adelante, despacio, pero seguro. Y sí, uso un seudónimo
Hay muchas batallas que podemos ganar, y hay una inmensidad de personas interesadas en la literatura. Pero tenemos que buscarlas, y en las redes nuestros posibles lectores están muy dispersos. ¿Cómo concentrarlos? ¿Cómo atraerlos a nuestro redil? ¿Cómo concentrar a esos lectores para que podamos tener una oportunidad de ser leídos?
Con un blog, por supuesto. El blog es la clave. Y me explicaré:
Nuestro campo de batalla no está en esas masas de gente que no han visto otro libro en su vida que el que usan para equilibrar su cama o su mesa. Sí, no niego que podamos subir algo de material a las redes sociales, y como pequeñas hormiguitas, ir recogiendo a algún que otro interesado en nuestra obra. Pero esto es como querer desmontar el Everest grano a grano.
No. No podemos desmontar el Everest y dejar el terreno aplanado grano a grano. Hay que usar dinamita. Qué digo: hay que usar armamento nuclear. Y del bueno además. Hay que usar toda nuestra energía en darnos a conocer de la mejor forma posible. Y eso se consigue con un blog. Paradójicamente, apartarnos de las redes, y concentrarnos en un blog solitario, nos va a permitir concentrar a los lectores que se interesan por nuestro trabajo como ninguna red social puede hacer. La máxima a seguir es:
Las redes canalizan a los lectores; pero es el blog el que mantiene a esos lectores interesados en nuestro trabajo. Y luego, por supuesto, mantener el blog actualizado. Sin agobiar, pero ofreciendo contenidos diversos y que puedan atraer a los lectores. Decirlo es fácil; hacerlo, eso ya es otra cosa.
¿Sabe usted cuántos escritores prometedores he visto que tiraban la toalla al cabo de dos, tres años de escribir en un blog? ¿A cuánta gente que escribía como los ángeles he visto caer? A muchos. A demasiados. Ustedes probablemente lo hayan visto también si llevan unos años en esto de las letras.

Lo comenté hace un tiempo en otra entrada. ¿Por qué tiramos la toalla? ¿Dos años? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿Y ya abandonamos? Seguramente usted conoce casos similares, si tiene un blog de literatura. Y, si tiene un blog, sabe usted que esto de los blogs no es para nada sencillo o fácil. Mantenerlo cuesta mucho. Y algunos lo dejan con cierta celeridad. Lo comprendo perfectamente. Nos agotamos. Pero la idea es resistir. Aguantar. Sobre todo en esos días de depresión, donde piensas mandarlo todo al infierno. Nos pasa a todos. A mí también.
Mi caso personal es un ejemplo. Yo empecé a escribir en este blog en abril de 2014. Estamos a finales de marzo de 2019 cuando escribo esto. Si las matemáticas no me fallan, son cinco años. Cinco años en los que he escrito casi novecientos artículos y trece libros. ¿Y qué ha ocurrido en ese tiempo?
Se lo diré: durante los tres años y medio primeros, no ocurrió prácticamente nada. Repito: nada. No tenía casi seguidores. No tenía casi ni lecturas de mis entradas. Muchas entradas tenían cero lecturas. Es igual cuál fuese el tema: ciencia, política, humanidades, literatura, fragmentos de libros, presentación de libros… Cero. Pero cero absoluto. Y seguidores: diez, doce… Sin cambiar durante mucho tiempo.

A los tres años y medio comenzó el tema a moverse. Por ejemplo, el artículo que escribí sobre la importancia de la filosofía en la educación tenía un puñado de lecturas. Luego empezó a moverse. Ahora tiene lecturas prácticamente todos los días.
El número de seguidores también empezó a cambiar. Ahora, durante el último año, la cifra ha subido de una forma evidente. ¿Por qué? ¿Es que ahora el blog es mejor que antes? ¿Es que he pagado publicidad?
No. Sí es cierto que publico en un blog de blogs muy popular llamado bloguers.net, y eso sin duda ha ayudado, qué duda cabe. Pero lo que ha ayudado, de una forma definitiva, son tres cosas:
1.- La persistencia y la tenacidad. Yo escribo, aunque parezca que estoy en un desierto. Escribo, escribo, y escribo. ¿Tiene veinte lecturas el texto durante la primera hora? Genial. ¿Tiene cero durante la primera semana? Igualmente, genial. El artículo que está enterrado hoy, puede ser de lectura constante y durante días, y semanas, más adelante. El ejemplo es el artículo sobre filosofía que comentaba antes, aunque hay otros casos, como el del motor warp de Star Trek, o el reciente sobre la IA de HAL en la película «2001», que de pronto ha empezado a tener lecturas importantes todos los días. Alguien lo habrá enlazado desde algún lado. Persistencia: tenacidad. Seguir adelante, sin preocuparse ni deprimirse.
2.- No obsesionarse, ni deprimirse, ni dejarse vencer. No cerrar el blog porque «no le interesa a nadie». No, no es que no le interese a nadie; es que hay cien mil blogs nuevos cada día, muchos de ellos de gran calidad. Y destacar no solo requiere calidad; requiere constancia y trabajo duro. Por lo tanto, el tercer punto es:
3- Calidad. Escriba bien. Escriba sin faltas. Escriba contenidos diversos. Si se especializa en algo, hágalo trabajando el tema a fondo. Si toca un poco de todo, como es mi caso, hágalo siempre con el respeto a esos temas que toca, que a lo mejor no domina tanto, pero que trata con elegancia, con conocimiento, y sin cometer errores que delaten que se ha precipitado. Verifique las fuentes. Repase el texto las veces que haga falta. No termine de escribir para darle al botón de «publicar». Deje reposar el texto, váyase a dormir, tómese una buena cerveza, o lo que le apetezca, y luego revise el texto de nuevo. Verá cosas que no ha visto, y cambiará cosas que no eran todo lo buenas que usted puede ofrecer a los lectores.

El blog es el alfa y el omega de los escritores. Podemos publicar en redes, en blogs de blogs, podemos publicar mil cosas en mil sitios. Pero, al final, si nuestro trabajo interesa, si de verdad el lector tiene interés en su obra, en sus contenidos, sean estos los que sean, el lector volverá. Y, si el lector no ve interés, no volverá. Pero, en un caso u otro, usted le habrá ofrecido contenidos de calidad. Trabajados, depurados, y honestos.
Algunos dirán «es que no sirvo para esto, no termino de sentirme a gusto con mis textos». Ese es el primer paso para mejorar. Eso nos pasa a todos. Seamos modestos, pero seamos también coherentes. El mejor crítico que vamos a encontrar somos nosotros mismos. Si nuestra autocrítica es seria y rigurosa, si la hacemos honestamente y con seriedad, podremos escribir grandes cosas, que tarde o temprano atraerán lectores. Costará. A veces, meses. A veces años. Pero si trabajamos bien, los resultados terminarán llegando.
Y, si después de todo no hay resultados, si realmente usted ve que no, que no hay forma, tampoco pasa nada. Entonces sí, puede usted borrar su blog. Pero hágame caso: sea realista, y pregúntese si realmente ha usado todas las armas, todos esos explosivos de los que hablaba antes, para conseguir superar sus miedos, y tener un blog en condiciones.
Ese es el reto. Si no funciona, borre el blog y haga otra cosa. No pasa nada, no es el fin del mundo. Usted no vale menos ni más por borrar el blog. Simplemente lo intentó y no ha funcionado. O se ha cansado simplemente. O quiere dedicarse a coleccionar sellos, y quiere dejar de atender el blog de sus textos, y abrir otro de sellos. Pues a lo mejor era eso; quizás su blog de éxito sea el de sellos. ¿Por qué no? Y tendrá los lectores que quiere, gente amante de la filatelia.

Yo tuve un blog de aviación, que me encantaba. Y tenía lectores, muchos lectores realmente, aficionados y amantes de la aviación. Lo cerré. Porque sí, me gustaba. Pero me gustaba más atender bien este blog. Y, como suele ocurrir en la vida, es mejor hacer una cosa bien que dos mal. Hubo gente que lamentó que cerrara aquel blog donde hablaba de aviones y de técnicas de vuelo. Pero esa etapa de mi vida acabó. No pasa nada. La vida es así. Siempre.
Estas son mis personales conclusiones sobre el mundo de los blogs, y la experiencia que he obtenido en estos años. Cada persona es un mundo, y cada experiencia distinta. Ahora toca seguir durante otros cinco años, si no exploto antes claro. Veremos cómo va, y hasta dónde llego. Pero recuerde lo que decía Robert Bossard, un personaje de «Las entrañas de Nidavellir»:
«El presente es de los cuerdos; pero el futuro es el reino exclusivo de los locos».
Así que no se preocupe si tiene una dosis de locura en su interior, y se lo recuerdan de vez en cuando sus familiares y amigos. Son los cuerdos los que dominan el mundo y el presente; pero somos los locos los que construimos el futuro. Y ese es un gran sueño. Quizás el mejor de todos.
P.D.: la primera entrada del blog contenía el «Himno de la Leyenda de Darwan», una composición musical que escribí y grabé sobre un momento de la tercera parte del libro. He pensado en recuperarlo aquí por si les apetece escucharlo. Muchas gracias.
Muy interesante tu valoración. Yo tengo un blog que dejé de escribir desde hace casi un año y medio, y sí, la verdad es que es duro y hace falta dedicarle tiempo. De todas formas no tengo el propósito de cerrarlo. Estoy encantada de estar aquí siempre que tenga tiempo.
Me gustó mucho tu entrada
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Hola, muchas gracias por tus palabras. Los blogs son una fuente inagotable de sorpresas, creo que el hecho de que la gente pueda expresarse libremente y compartirlo con los demás es maravilloso. Y sin los problemas inherentes a las redes sociales. Por eso me encantan. Un cordial saludo.
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gracias por esta reflexión. lo felicito por este enorme trabajo. escribir 900 artículos!!! suena realmente gigantesco. en especial porque están escritos con dedicación y el amor a la escritura. nada es eterno, invariable, constante — solo estamos vivos si seguimos navegando. veo su nave con todos sus velas bien estiradas. un abrazo.
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Muchas gracias, siempre es un placer leer sus artículos de ciencias, informativos y muy completos, escritos con maestría y tocando temas muy profundos. Saludos.
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Buen aniversario. Un blog requiere de esfuerzo y trabajo, es cierto, pero también brinda la satisfacción enorme que genera el placer de escribir. Un saludo cariñoso desde Argentina.
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Muchas gracias por tus palabras, y muy ciertas. Tengo familia allá en BsAs, y muy buenos recuerdos de Mar de Plata y la zona. Pasé grandes momentos allá. Saludos.
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