Operación Telemark y la bomba atómica nazi

Hoy vengo con una recomendación, y un reflexión. La recomendación es, sin ninguna duda, “Operación Telemark” (en noruego: Kampen om tungtvannet), miniserie de televisión noruega de seis episodios, que narra la historia de los intentos de los nazis por desarrollar un reactor nuclear funcional, y, como consecuencia del reactor, la creación de una bomba atómica. Estos intentos fueron saboteados por los aliados, en el interés de evitar una bomba nuclear nazi alemana.

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Lo siento Albert, Dios sí juega a los dados

Si se hiciese una encuesta del científico más popular, sin duda habría dos nombres: Newton, pero, por encima de todo, Albert Einstein, el padre de la relatividad, y uno de los padres de la mecánica cuántica. Y es curioso que sea así, porque Einstein siempre renegó de esta segunda disciplina. No de su esencia, pero sí de su dos principios fundamentales: que el conocimiento tiene límites, y que está basado en probabilidades.

¿Por qué Einstein luchó denodadamente contra estas dos ideas, perfectamente establecidas en la mecánica cuántica, demostradas y verificadas? Porque no podía soportar que el universo no fuese perfectamente medible y cuantificable. Pero, ¿por qué no lo es? ¿Qué ocurre con el universo cuando intentamos medirlo? Ocurre que llegamos a un límite. A una frontera del conocimiento. Y eso era lo que Einstein nunca pudo soportar. Y mucho más: trabajó con ahínco para cambiar esa idea. Fracasó.

Se acusa a Einstein de cosas muy absurdas, la gran mayoría sin ningún fundamento. Einstein fue un ser humano. Cometió errores, pero son un detalle entre grandes éxitos.

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Heisenberg: naturaleza real y expuesta

La frase del día nos la trae el doctor en física teórica y premio Nobel alemán Werner Heisenberg, uno de los genios del siglo XX, y padre del famoso principio de incertidumbre.

«Lo que observamos no es naturaleza en sí misma, sino naturaleza expuesta a nuestro método de cuestionamiento».

Lo que nos viene a decir con esta frase es algo que parece evidente, pero que tiene importantísimas consecuencias a nivel científico, y también filosófico.

El universo tiene una naturaleza determinada. Tiempo, espacio, materia, energía, son conceptos que están ahí, independientemente de nuestra existencia. Pero, ¿es su naturaleza real la que observamos? Por supuesto que no: lo que observamos es el resultado de los procesos físicos, fisiológicos y cognitivos de nuestros sentidos y de la actividad cerebral. Juntos conforman un conjunto de impresiones que resultan en unos valores determinados que podemos medir y controlar.

Pero estos valores medidos y observados son solo aquellos que nuestras capacidades nos pueden dar. Vemos, observamos, y medimos un subconjunto de la realidad. La realidad, cualquiera que esta sea, permanece oculta de nosotros, por la sencilla razón de que, como seres físicos, no podemos observar el cien por cien del hecho, del evento, de la concepción real del universo. Se supone que Dios sí puede, pero, como no creo en Dios, y de todas formas Dios no está interesado en explicarnos estas cosas, debemos concluir que nunca podremos conocer el universo en su máxima expresión.

Si quiere información más amplia sobre estos elementos, puede leer este enlace. Muchas gracias.

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La ciencia de lo que no se puede explicar

«El verdadero amor solo se presenta una vez en la vida. Y luego ya no hay quien se lo quite de encima» (Groucho Marx).

Efectivamente, hay muchas cosas en la vida que nos parecieron geniales en su momento, y luego se convirtieron en un tormento. El amor suele ser una de ellas. No siempre claro, pero, si no hubiese pasión, traición, y dolor en el amor, ¿de qué iban a vivir los poetas?

Los poetas intentan explicar qué es el amor. Y qué son los sentimientos. ¿Puede hacer lo mismo la ciencia? ¿O incluso mejor? ¿Existe la fórmula del amor? No me refiero a la bioquímica del cerebro. Me refiero a lo siguiente:

Imaginemos que mañana voy a una boda. Por la noche habrá una fiesta a la que me han invitado los novios. Y la pregunta que quiero que me conteste la ciencia es:

¿Me enamoraré de alguna chica que vaya a conocer esa noche? ¿Podrá algún día la ciencia futura responderme con un simple «sí» o un simple «no» de una forma rotunda y cien por cien segura? ¿Es verdad que el amor está más allá de la ciencia, o se trata de una simple cuestión de tiempo para que todos sepamos con quién nos vamos a casar, y cómo nos va a ir en esa relación? ¿Es el amor una ecuación que debemos conocer y resolver? Vamos a verlo a continuación.

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La nueva computadora ACME-TX-6000 calcula las bodas y divorcios de la población. El día que se casarán, los hijos que tendrán, y el día en que se divorciarán. Fiabilidad 99,99%. ¿Fantasía? ¿O el futuro?

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