Hoy en el coche volvía a casa por la autopista escuchando unas piezas musicales, a unos volúmenes muy poco propios de una persona de mi edad. Pensaba en los grandes artistas musicales que nos dejaron mucho antes de lo que hubiese sido deseable.
Son muchos, demasiados.
Y son muchos los que se fueron por causas evitables. Evitables, pero derivadas de una vida dura, a veces terrible, llena de dolor y contradicciones, a pesar del aparente éxito y fama. Un éxito y una fama que para nada corresponden con una cantidad de felicidad y desarrollo personal consecuentes con esa fama alcanzada.
Llegados a diciembre de 2018, la situación con la saga Aesir-Vanir ha sido bastante cambiante en los últimos meses, y el marco actual tiene poco que ver con lo que tenía planeado en enero. Se suponía que en este momento del año la saga iba a estar terminada, pero no es así. ¿Por qué? Porque la literatura es algo vivo, y la creatividad dispone de su propio modelo de desarrollo. Quien busca enjaular la creatividad de los creadores solo está cortando las alas de la humanidad y frustrando los sueños de futuro de la especie.
Hay gente que cree, y que considera, que planificar un proyecto creativo, del tipo que sea, es similar a diseñar un edificio o un barco, o un avión. Que el arte es un proyecto que se introduce en una computadora, para cualificarlo, cuantificarlo, medirlo, y programarlo. Que el arte, que las letras, son el resultado de una ecuación que debe funcionar perfectamente.
Hoy vengo con una clase didáctica. Es importante que sepamos no solo que nos engañan los políticos, sino saber por qué nos engañan, y qué verdad se esconde detrás de sus mentiras. Debemos conocer la verdad y sus consecuencias, sean estas las que sean. Debemos aprender a conocer la verdad, para que los políticos como el señor Borrell no puedan engañarnos con mentiras piadosas.
El ministro Josep Borrell ha comentado que las «bombas inteligentes» que España vende a Arabia Saudí para que sean lanzadas sobre la población civil de Yemen no generan daños colaterales. Efectivamente, las bombas guiadas por láser son muy precisas, y solo destruyen a la población civil a las que va destinada. El resto pueden sentirse tranquilos y serenos, que no les ocurrirá nada.
Pero incluso así, asombrado ante la afirmación de un responsable político ante una falacia de este nivel, y ante la increíble realidad de ver que hay bombas buenas y bombas malas, tengo que explicar brevemente cómo funcionan estas bombas. Y explicar por qué nos están mintiendo de forma tan clara con la mal llamada precisión absoluta de estas armas.
Un Boeing F-15E Strike Eagle lanzando cuatro bombas LGB guiadas por láser; nótese la cabeza de control y la cola con el sistema de guía
Nuevo artículo de Elon Musk en La leyenda de Darwan, y de nuevo siento tener que ser duro con su actuación. Menos mal que no me conoce ni mi madre en Internet, porque si no sus fanáticos seguidores me harían trizas. Pero las cosas son como son, y están como están. Y siempre he hablado y dicho lo que pienso. Y he pagado el precio por ello.
Todo esto viene por esta noticia sobre una idea de Elon Musk de permitir que las masas sean quien digan qué medios de comunicación mienten y qué medios no, algo paradójico y curioso, cuando son las masas las primeras en dejarse engañar y ser manipuladas por esos medios.
También quiero hablar en el nombre de mujeres periodistas que están recibiendo terribles ataques de los fanáticos de Elon Musk, como puede verse en este enlace. Una situación vergonzosa que Elon Musk debería detener de inmediato, pero que, por alguna razón, no lo hace.
La cápsula para llevar a dos turistas a la Luna en 2018. ¿Dónde está, señor Musk? ¿Y las pruebas? ¿Los tests? ¿Los ensayos? Todo humo. No hay nave. No hay turistas, solo palabras
El otro día, mi hermana me amenazó con que debía volver, en el Libro XIII, «Yggdrasil», al estilo narrativo de «La leyenda de Darwan», dejando de lado el modelo del Libro XII. Si no lo hacía, dejaría de invitarme a tomar café con croissants. Yo le dije lo de siempre: cada estilo, y cada libro, es una nueva aventura literaria que hay que explorar. Pero ella gusta de la acción, explosiones, y no del tono costumbrista del Libro XII.
Pero, al parecer, su impresión inicial sobre el Libro XII la tuvo cuando llevaba solo algo menos de la mitad del mismo. Ahora que lo está acabando parece estar más satisfecha. Y es normal; el libro es un «crescendo» constante, modelado así desde el principio. Aunque ella nunca sabrá que, de todos modos, «Yggdrasil» volvería a la esencia de La leyenda de Darwan.
Pero que nadie se lo diga. Peligra mi café, y eso es sagrado…
Estados Unidos lleva décadas inmersa en una eterna discusión sobre el control de las armas de fuego. Su segunda enmienda, escrita hace siglos, cuando los civiles debían defenderse ellos mismos porque no existían fuerzas del orden adecuadas para protegerlos, sirven hoy para pagar a un grupo de empresas, y a una organización, la NRA (Asociación Nacional del Rifle), que vive gracias a la sangre de miles de personas inocentes de su propio país, muchos de ellos niños.
Son esos inocentes, son esos niños, los que sostienen una industria sádica y cruel, sin que ni esas empresas, ni esa esa organización, sientan el más mínimo repudio por ello. Al fin y al cabo, ¿qué importan unas miles de muertes, cuando se puede obtener un estupendo beneficio con la vida de tus propios ciudadanos, de tus compatriotas, de esos que dices proteger?
Fusil de asalto AR-15 calibre 5,56, versión civil del M16
Hoy hablaré de un tema que siempre me ha gustado: la historia de la aviación militar y la guerra fría, en relación a una película que volví a ver el otro día, que estaban dando por casualidad en la tele: «Firefox», de Clint Eastwood. La vi en su momento, y ya me pareció floja. La nueva visualización confirmó claramente aquel sentimiento. Pero no vengo tanto a hablar de la película, sino de lo que hay detrás de la misma.
«Firefox» es una película de 1982, ambientada en los sucesos que durante casi cincuenta años mantuvo en vilo al mundo con lo que se denominó «la guerra fría», un conflicto entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, en el que ambas superpotencias jugaron a un peligroso juego de ajedrez, cuyo tablero era el mundo primero, y el espacio después. Una época que se está olvidando con demasiada rapidez, ahogada en un mundo fácil donde no hay amigos claros, y, todavía mucho peor, no hay enemigos definidos. Y nada es peor para una civilización que un enemigo que no se ve, ni se siente, y que es como una sombra que está en todas partes, y en ninguna.
Advertencia para el lector: esta es una nota de reflexión personal, sin contenido más allá de mis pensamientos e ideas sobre el blog y sobre la vida.
Falta poco para que este blog llegue a los seiscientos artículos, y a las 30.000 visitas. También puedo constatar que el número de visitantes ha ido creciendo paulatinamente, y de hecho a finales de julio había tenido tantas visitas como todo el año 2016.
Muchos de los que vienen son turistas ocasionales, navegantes de Internet que visitan la página para una sola lectura, y ya no vuelven. Pero otros muchos, cada vez más, veo que se animan a leer otros artículos relacionados con el tema que les interesa. Otros son lectores habituales, que gustan de pasarse por aquí de vez en cuando. Todos ellos contribuyen a que la existencia de este blog merezca la pena, y me animan a seguir escribiendo. Por todo ello, y a todos ellos, solo puedo decir dos palabras: muchas gracias.
«Nunca interrumpas a alguien que está haciendo lo que dijiste no era posible» Amelia Earhart.
Soy consciente también de que la variedad de temas puedan confundir a unos, porque tan pronto hablo de cómo escribir una novela como de física cuántica. Esta dualidad sobre temas no la he adquirido yo, por supuesto. Se la debo a alguien. Concretamente, a mi padre espiritual y mi guía como ser humano. Ese alguien es Isaac Asimov, un hombre que gustaba de tocar todo tipo de temas, y que tiene varios miles de artículos de todo tipo. Por no hablar de sus impresionantes logros como escritor de ciencia ficción.
Yo no le llego ni a la suela del zapato, pero eso no significa que no me esmere en seguir su camino, su senda, sus enseñanzas, su estilo. Creando mi modelo, por supuesto, pero inspirándome siempre en mi gran maestro, en el hombre que hizo que dejara un mundo perdido en la nada, y me llevara por el camino del aprendizaje, y del conocimiento.
Porque yo era, como se dice popularmente, un «bala perdida» de joven. Sin destino, sin metas, fui al ejército como voluntario, firmé unos papeles para una unidad especial en la que me dijeron que me convertiría en un héroe y que viviría grandes aventuras, y yo me lo creí, porque no tenía criterio para reflexionar ni para pensar. Aquello me llevó a sucesos que marcaron mi vida, y salí de allí, también como se dice popularmente, «escaldado» y salvándome de tener problemas muy graves «por los pelos».
Este blog, y estos libros que he escrito, y esta saga que espero terminar, son mi vida. Sí, tengo un trabajo, incluso un proyecto personal dentro de mi terreno, la informática, que es de lo que vivo. Pero este blog, estos escritos, estos libros, y estos lectores, son mi vida. A ellos me debo, y ellos son el motivo último de mi existencia. Por eso, porque están ahí esos lectores, yo me siento realizado, como escritor, y como persona.
He estado a punto de perder la vida tres veces, por circunstancias completamente distintas en cada caso. Sin embargo, parece que en ninguno de esos casos era mi hora. Algunos me dicen que es por decisión divina, que yo me iré cuando me toque. Yo no tengo esa fe, pero tampoco me voy a quejar de seguir en este mundo. Espero poder terminar los cuatro libros que me quedan, y dejar la saga completada y terminada. Ese es mi sueño, que espero poder completar.
Otro elemento fundamental de mi vida es la aviación. No soy piloto, pero sí vuelo en simuladores de vuelo avanzados, y he tenido el honor de poder enseñar a algunos pilotos a aprender a amar la aviación. Pero ese tiempo pasó, y ahora la aviación sigue siendo mi pasión, pero de un modo más tranquilo y personal. Eso sí, una vez pude probar las mieles de lo que es volar en un reactor, pero eso es algo que explicaré otro día si a alguien le puede interesar. No es algo de lo que me guste hablar, no por el hecho en sí, sino por las circunstancias que rodeaban aquellos tiempos difíciles, en los que dejé una parte importante de mi vida, y perdí lo que daba sentido a esa vida. En aquellos tiempos me pusieron un mote curioso, que luego usé durante unos años, pero que prefiero no recordar ahora.
Por lo demás, se acercan las navidades, y tengo una pequeña broma pensada para el 28 de diciembre, precisamente relacionada con la aviación. Algo inocente y divertido, y que esconderá una crítica a ciertas ideas de ciertas personas que quieren ver conspiraciones en todas partes. Algo relacionado con los «chemtrails». Espero que sirva para sacar una sonrisa al lector.
Y por cierto, aunque les felicitaré la navidad como se merecen, ya de entrada espero que este 2018 sea un gran año para todos. Para mí lo ha sido este 2017. Sobre todo porque sigo vivo. Y cuando la vida es lo que te queda por perder, uno aprende a valorarla como se merece.
Viva. Vivamos. Seamos conscientes de que estamos vivos. Y vivamos esa vida plenamente. Ese es el motivo que debe movernos hoy, mañana, en 2018, y durante toda nuestra vida. Luego podemos buscar otros argumentos. Pero no olvidemos ese primero. Merece la pena. Se lo aseguro.
Cuando se da una situación de crisis en una nación o grupo de naciones, o en un pueblo o grupo de pueblos (porque, no lo olvidemos, no son lo mismo), sobre las ideas políticas y sociales que impulsan esos pueblos y naciones, siempre se busca llevar las cuestiones a los extremos de aquellos que se sienten defraudados por otros, y de aquellos que han defraudado a la otra parte.
¿Quién es responsable de las crisis que se producen periódicamente en una nación, o entre naciones? ¿Qué responsabilidad tienen los pueblos implicados? ¿Qué razones les llevan a obstinarse en sus posiciones hasta terminar en cruentas guerras en las que todos pierden?
Yo no soy historiador, pero sí soy un gran entusiasta de la historia. Llevo décadas leyendo los libros que se consideran clave sobre la historia de Europa entre 1914 y 1945. Biografías, documentos históricos, y en general todo lo que haya podido caer en mis manos. Y, como tanta gente, me he hecho la pregunta de por qué Europa sufrió no una, sino dos guerras terribles y destructivas. ¿No se supone que la vieja Europa está formada por países con criterio, con personas educadas y formadas, con una idea clara de lo que son las sociedades democráticas y avanzadas?
Europa sufrió dos guerras en el siglo XX. Ningún seguro asegura evitar otra en el XXI
Yvette debe dar un discurso a toda la galaxia. Para ello, debe conectarse, en una sala especial de comunicaciones, a miles de millones de seres de toda la galaxia. La guerra continúa, y sus consecuencias destrozan millones de vidas. Ella ha sido elegida para demostrar que la humanidad no es ese monstruo que parece ser. Que la humanidad tiene también un lado positivo, una peculiaridad de bondad, de paz, de progreso.
Yvette está desesperada. Se suponía que ella iba a trabajar un año en Titán, en un proyecto de ingeniería muy bien pagado. Pero las cosas se habían complicado. Ahora debe mostrar su mente y su alma a toda la galaxia, y la galaxia hará lo mismo con ella…
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