Certeza primera: Toda teoría científica tiene un respaldo en pruebas y verificaciones llevadas a cabo por el método científico, que las valida. Y son ciertas en tanto y cuanto no aparezca una muestra que las contradiga.
Certeza segunda: una hipótesis, por el contrario, es una propuesta que no ha sido contrastada.
Certeza tercera: el término «teoría» aplicado a la vida diaria tiene otro significado. Significa «presunción», «inspiración», «vía de razonamiento», «sugerencia sobre la solución de un problema». Por lo tanto, el término coloquial «teoría» refiere en realidad a «hipótesis».
Muchas veces, cuando hago comentarios en temas de gran nivel sobre el mundo de la física, me siento cohibido.
¿Qué hace el idiota de La leyenda de Darwan hablando otra vez de lo que no sabe? ¿Cuándo vamos a tener la oportunidad de ver cómo un tren de mercancías le pasa por encima del cráneo?
Sin embargo, creo que es bueno que los ignorantes como yo en materias de alto nivel digamos algo también. Incluso si se trata de un comentario sobre el prestigioso Instituto de Física Teórica (IFT), una entidad que, vaya por delante, admiro y valoro por su importante trabajo de divulgación. Una entidad donde hay personal de altísimo nivel, físicos reputados que tienen carreras brillantes y reconocidas.
Vamos a empezar con dos frases definitorias de lo que pretende ser esta entrada:
«La ciencia es mucho más que la simple acumulación de datos y hechos».
«El concepto de absoluto como elemento definitorio de una teoría debe ser descartado, por cuanto el propio concepto de teoría define un límite a cada teoría».
Cuando un experto físico teórico da una explicación en Youtube, o en otro medio, para explicar algún hecho relacionado con su trabajo, me gusta escuchar atentamente sus explicaciones y tomar buena nota. Aprender de su discurso, y disfrutar del nuevo conocimiento, o reafirmar algún conocimiento ya adquirido. De ningún modo se me ocurriría contradecir sus explicaciones, porque yo no soy físico teórico, y no tengo herramientas para ello.
Vamos ahora en este pequeño blog perdido de la galaxia bloguera a explicar un hecho muy relevante del año 2020: la aplicación de las primeras vacunas, la de las empresas Modernas y Pfizer, a la población, empezando por el Reino Unido. Pero estas vacunas son revolucionarias por su metodología y forma de actuar sobre el organismo.
Y no, no se preocupe; no modificará su ADN, ni le convertirá en un reptiliano ansioso por seguir ciegamente a Bill Gates para invadir la Tierra. El tema es mucho más interesante que esas ridículas paranoias, propias de una novela barata de ciencia ficción. Ni siquiera yo sería capaz de escribir un guión tan pésimo.
El SARS-CoV-2 se ha convertido sin duda en el verdadero y casi único protagonista de 2020, y en el primer semestre de 2021 lo seguirá siendo, por mucha vacuna que llegue pronto a la población. Pero, sin duda, cuanto antes se apliquen las vacunas, antes comenzaremos a ver una salida a la situación en la que nos encontramos en este diciembre de 2020. Y las vacunas de tipo ARNm, donde «m» es «mensajero», son un paso revolucionario. ¿Cómo actúan? Vamos a verlo.
Quién lo iba a decir. Yo, convencido de que por fin se cumpliría el viejo sueño de volver a la Luna para 2024 con el proyecto Artemis, tal como la NASA había prometido, con la presión enorme de Donald Trump, y resulta que no va a ser así. La fecha oscilará entre 2026 y 2028, pero, dadas las múltiples preguntas que van apareciendo, proponer una fecha ahora es una quimera. Y, por cierto, en la web oficial aún insisten en 2024. Por favor, que alguien cambie ya el cartelito.
Durante estos dos últimos años la NASA ha ido insistiendo en que la fecha de 2024 era completamente segura para volver a la Luna. En estos dos últimos años la propaganda se adueñó de la agencia espacial estadounidense, inundada de mentiras y medias verdades, como toda la política de Estados Unidos, inmersa en una vorágine de falsedades generadas por Donald Trump.
Recientemente la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció que, mediante el telescopio Hubble, habían descubierto una galaxia en la que la mayor parte de la materia oscura había desaparecido de la misma. Yo entonces les pregunté cómo podía desaparecer algo que no se conoce, y cuya existencia y naturaleza no ha sido verificada.
Naturalmente no me contestaron. Debieron pensar, con razón, que se trataba de «otro de esos pesados, que se dedican a preguntar tonterías y cuestiones sin sentido». Y es verdad: no tiene sentido. Tan poco sentido como todo lo que tenga que ver con la materia oscura.
Pero, dejando aparte mi pregunta absurda y merecedora de una paliza por parte de tres gorilas en un callejón oscuro, ¿podemos seguir insistiendo en la materia oscura? ¿O ha llegado la hora de buscar alternativas? Puede que haya una explicación real.
Si solo se tiene en cuenta la gravedad, las estrellas del borde exterior de las galaxias saldrían despedidas. Algo las retiene; una fuerza gravitatoria creada por un concepto llamado materia oscura. O una modificación de la teoría general de la relatividad.Continuar leyendo «Alternativa a la materia oscura basada en la relatividad general»
Vamos con una nueva entrada de física teórica especulativa, en relación a un artículo que me he encontrado sobre una investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España) en base a los límites de la métrica de Alcubierre impuestos por los efectos cuánticos a velocidades relativistas e hiperlumínicas.
Miguel Alcubierre es un físico teórico mexicano, que a mediados de los noventa desarrolló una variante extendida de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein. En la misma el doctor Alcubierre propone la idea de poder viajar por el espacio a velocidades hiperlumínicas, requiriendo, eso sí, ingentes cantidades de energía, que además deben generarse mediante materia exótica. Por materia exótica se entiende, en este caso, materia con masa imaginaria, o, dicho de otro modo, materia con masa negativa.
Gráfico de la impulsión de Alcubierre, mostrando las regiones opuestas, contraída y extendida, del espacio-tiempo respecto al sector central en el cual se ubica la burbuja plana de deformación (Wikipedia).Continuar leyendo «Límites cuánticos de la métrica de Alcubierre»
Mi anterior entrada del blog versaba sobre física, altamente especulativa. Pero yo ya advertí en esa entrada de que su contenido era pura especulación. Porque intento respetar al lector, y no intento engañar a nadie. Eso no me hace mejor que los demás. Me hace ser correcto con la ética de lo que se supone ha de ser un blog: información personal y opinión, pero con seriedad y rigor.
Desgraciadamente, vemos en Internet a mucha gente y empresas que se saltan completamente este respeto. Y suelo denunciar estos hechos, porque yo también soy lector, y pido, es más, exijo que se me respete, de la misma forma que yo he de respetar a los lectores.
Por eso, cuando en una web tan importante como Xataka, que es la web principal de toda una red de webs de temas muy diversos, vi cómo se presentaba una noticia de ciencia y tecnología de forma pomposa y revolucionaria, al instante sospeché que habría trampa. Que el titular era el típico para atraer lectores. Y no me equivoqué. Una vez más, nos encontramos con periodismo que distorsiona la realidad. En este caso relacionado con el complejo tema de la superconductividad. Vamos a verlo.
Nota 1. Ante todo, he de dejar claro que todo lo aquí expuesto es un conjunto de elucubraciones que no aspiran más que a imaginar posibles utilidades de la física teórica y sus recientes desarrollos matemáticos sobre los aspectos más profundos de la materia. En ningún momento debe entenderse este texto como ciencia real, sino meramente especulativa.
Nota 2. El principio descrito en este texto es el que se puede ver en las naves humanas de la trilogía de «La leyenda de Darwan», y en la nave de Scott en «Las entrañas de Nidavellir».
Vamos con un nuevo texto sobre física especulativa. Esa parte de la física que ningún físico serio tendría en cuenta, porque es básicamente ciencia ficción. Pero que, sin embargo, nos permite ahondar en posibilidades lejanas para un futuro sistema de transporte interestelar.
He de decir que estas ideas fueron contrastadas por un conocido, que está doctorado en física teórica, y que las conoció a través de la lectura de la trilogía de «La leyenda de Darwan». Su opinión es que no debo olvidar nunca el tomarme la medicación. Y tiene razón: pero también es cierto que, sin un poco de especulación, la vida sería tremendamente aburrida.
Este texto está basado principalmente en los desarrollos sobre estructura del universo desarrollados a partir de la conocida como Teoría de Cuerdas, concretamente en los aspectos finales de la llamada Teoría M y Teoría M(atrix). Toma como base el concepto de multiverso o megaverso que define un modelo matemático por el cual nuestro universo es sólo uno de entre 10 elevado a 500, cada cual con sus propiedades físicas, y cada uno de los cuales creado a partir de estados anteriores más energéticos mediante un proceso conocido en física como efecto túnel cuántico (con importantes aplicaciones actuales, como el microscopio de efecto túnel).
En los últimos días me he ido encontrando con gente que me asegura que el virus tiene que ser artificial. Que es demasiado perfecto para ser natural. Yo les contesto siempre lo mismo: si fuese tan perfecto no tendría diez veces la letalidad de la gripe, sino cien veces, o mil veces. Y, si fuese artificial, no atacaría a los jóvenes o a la gente de mediana edad, en esa idea de que fue diseñado para acabar con la tercera edad.
No. El virus es natural. ¿Podría haberse escapado de un laboratorio mediante algún accidente? Sí, pero es mucho más plausible que una mutación casual le permitiera pasar del animal al ser humano, en un proceso conocido como zoonosis.
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