Ya estamos otra vez. Enésima discusión sobre Dios, y enésima ocasión en la que me intentan refutar que Dios no existe, y Zeus sí.
¡Pues claro que Zeus no existe! Tan cierto es como que tampoco existe Dios, ni Alá, ni ningún dios de ninguna forma o figura. La creencia en dioses deviene de una necesidad innata del ser humano en poder proyectar un halo de trascendencia sobre su cuerpo mortal, convirtiendo la existencia en una continuidad inmortal mediante algo llamado alma. Un engaño que hace felices a millones de seres humanos. Y que es tan falso como cierto es el negocio que se ha generado alrededor de esta necesidad.
Vamos a reflexionar un poco sobre ello. Y ya les advierto algo: no traigo buenas noticias para la humanidad.

Debe estar conectado para enviar un comentario.