En el año 2016 fui invitado a un evento sobre aeronáutica y simulación, el «Madrid Air Sim Meeting», que se desarrolló durante varios años hasta que, como suele ocurrir con estos eventos, fue perdiendo fuerza.
Al inicio del audio el presentador del programa se refiere a mí como «Darkness». Que nadie se asuste, no es que yo fuera un supervillano oscuro, o un Sith preparado para destruir a Luke Skywalker. Se trataba del callsign, o el nick si lo prefieren, que usaba durante mis tiempos dedicado al mundo de la aeronáutica y la simulación aérea, y que de hecho ya usaba mucho antes, en mis tiempos del servicio militar.
¿Qué es un trekkie? Es un fan de Star Trek. ¿Y cómo nos definimos los trekkies? Como seres que se alimentan de las distintas series y películas hasta la extenuación.
Un día, hace ya bastantes años, un médico me dijo que tendrían que hacerme un tratamiento de inyecciones, pero que usarían un nuevo método. Yo asentí, y le dije: «claro, con un hipospray». El doctor me miró extrañado, haciendo evidente que no sabía a qué me refería.
Entonces reaccioné. Le estaba hablando de un instrumento médico que todavía no existía. Una pistola que introduce el contenido del medicamento o tratamiento directamente a través de los poros de la piel. Ese aparato, que ahora es habitual, es una pistola de inyectables. Pero esa pistola ya la imaginaron en Star Trek en los años sesenta y posteriores series de Star Trek.
Star Trek es un paraíso. Sí, hay guerras, hay acción, por supuesto. Pero la idea de Gene Roddenberry cuando creó Star Trek era imaginar una sociedad humana donde se han dejado de lado la xenofobia, el racismo, la desigualdad, y se ha abrazado el conocimiento, la cultura, la ciencia, el progreso. Y, sobre todo, el bienestar de la humanidad en su conjunto.
Ese modelo social utópico lo vimos en diferentes series, pero fue en «Star Trek: Espacio Profundo IX» cuando empezamos a ver las primeras fisuras. El capitán de la estación espacial no es un hombre perfecto. No siempre está en manos de la ética ni la moral para solucionar los problemas. Es más, algunas veces se vende al diablo para conseguir sus propósitos.
Hoy quiero traer a este pequeño blog una pequeña reflexión sobre el sentido y la necesidad de la ciencia ficción. En un mundo moderno y lleno de noticias sobre tecnología, ¿sigue siendo necesaria la ciencia ficción? La respuesta es un rotundo sí. ¿Por qué? Porque no debemos confundirnos: la naturaleza final de la ciencia ficción no es hablar de tecnologías, ni de progreso científico. La naturaleza final de la ciencia ficción es hablar del ser humano, de su naturaleza, de su condición, y de su proyección al futuro.
Ese es el motivo que me ha llevado a escribir este texto. Y aquí explicaré por qué la ciencia ficción sigue siendo una materia de primer orden para el ser humano.
«2001» no habla de un viaje a Júpiter (Saturno en el libro), sino de un viaje de la humanidad hacia un nuevo estadio de realidad cósmica.
Nota: este es un artículo que pertenece a una serie que fue publicado en una revista electrónica científica años atrás (2003-2008), donde escribía como colaborador en ciencias físicas y astrofísica principalmente. Como me ocurre siempre, cuando publico algo en una fuente externa, esta A) desaparece, B) la cierran inexplicablemente, C) los editores son secuestrados por fuerzas extraterrestres y desaparecen en un agujero negro. En este caso fue A.
Ahora he querido traer de vuelta este texto, extendido y ampliado al estilo del blog (en la revista tenía que parecer que era persona seria). Vamos pues a ello, y muchas gracias.
Hoy nos adentramos en la ecuación de Drake. ¿En qué consiste? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué hay que replantearla a ojos del siglo XXI? Vamos a analizar estas preguntas, intentando dar respuestas que puedan aclarar el origen y la necesidad de esta interesante fórmula.
Curiosamente, cuando escribo esto (septiembre 2019), se acaba de descubrir un planeta que podría ser un hipotético y posible candidato a tener vida. Se ha detectado vapor de agua en su atmósfera, y podría tener agua líquida. Por supuesto todos estos datos hay que tomarlos con mucha precaución siempre. Podría tener vida, pero eso es solo una hipótesis que se deberá intentar dilucidar analizando la atmósfera (la atmósfera se analiza con técnicas espectroscópicas, es lo mismo que se hace con el Sol, y de hecho el helio se descubrió primero en el Sol antes que en la Tierra con esta técnica).
Pero la noticia sin duda es muy importante. Un planeta así podría contener vida orgánica. Vamos a ahondar en este tema, y su relación con la ecuación de Drake.
Dibujo artístico del planeta K2-18b que podría albergar vida, junto a su estrella, una enana roja
Para terminar este asunto sobre el 50 aniversario del viaje a la Luna, dejo aquí una lista de algunos de los artículos más relevantes publicados sobre la Luna y el viaje espacial, y algún que otro relacionado con el viaje a las estrellas. Incluyendo los dos sobre el especial del aniversario. Muchas gracias.
Segunda entrada de esta nueva sección, donde desgranamos conceptos, tecnologías y situaciones que se dan en la ciencia ficción, y que son completamente imposibles, o al menos lo serán durante demasiado tiempo como para que podamos verlos, nosotros o nuestros biznietos. Hoy voy a hablar de algo tremendamente popular: el teletransporte.
«¡Scotty, teletransporte!»
Esta frase nunca la dijo el capitán Kirk. De hecho, sucede lo mismo que con la frase «vuélvela a tocar, Sam» de Casablanca. Sí dicen frases parecidas, pero no la misma. Me estoy refiriendo a Montgomery Scott, el ingenioso jefe de ingenieros de la nave USS Enterprise, matrícula NCC-1701. ¿Por qué 1701? Es la hora en que la nave de «Planeta prohibido» llega al planeta donde se encuentran el profesor y su joven hija, junto al famoso robot «Robby».
Pero centrémonos. ¿Por qué nace la idea del teletransporte en Star Trek? Es más: ¿qué es el teletransporte?
Abrimos con esta entrada una nueva categoría en La leyenda de Darwan. Esta categoría contendrá artículos relacionados con el mundo de la ciencia ficción, explicando tecnologías, hechos, personajes, sucesos, y otros elementos del cine y las novelas de ciencia ficción, que sean imposibles de llevar a cabo en el mundo real, o que en todo caso se estiman como materialmente imposibles.
En esta primera entrada hablaremos de sexo interespecies. Ya sabe: el capitán Kirk, al mando de la intrépida nave USS Enterprise, se dirige a donde ningún hombre, ni mujer, han llegado jamás. Esa era la frase introductoria en cada capítulo de la saga en los años sesenta. Luego, en la «Nueva Generación», con el capitán Jean-Luc Picard, volvimos a recorrer la galaxia en la nueva Enterprise.
El famoso señor Spock (izquierda) es un híbrido, medio humano, medio vulcaniano
Vamos con algo de música, que al fin y al cabo es miércoles, y con reivindicaciones sociales, porque, al fin y al cabo, soy uno de esos idealistas que cree que un mundo mejor es posible, pero también, que no tenemos la eternidad para solucionar este mundo.
Mucho se ha hablado de Star Trek como utopía imposible de conseguir: la de un mundo unido, que camina hacia las estrellas. Son esos los mismos que dicen que el mundo es así porque no puede ser de otro modo. Que debemos conformarnos con las desigualdades, las guerras, y el dolor y sufrimiento de millones de seres humanos. Claro que siempre lo dicen esos que, casualmente, no necesitan de un mundo mejor para vivir.
Y yo digo que eso es falso; que podemos, y debemos, crear un mundo mejor. Y el mensaje de Star Trek es precisamente ese: vamos a crear un mundo mejor para todos.
En un mundo dividido, con fronteras que marcan territorios e ideas, donde las lenguas son instrumentos políticos, y en el que los muros detienen la desesperación de millones de seres humanos, Star Trek es una utopía que muestra una humanidad unida, luchando unos con otros por crear un mundo mejor.
La primera Enterprise, del siglo XXII, antes de la Unión Federal de planetas
Me encantan los dilemas morales. Los adoro. Los dilemas morales nos enseñan cuán falsa pueden ser las concepciones primarias del ser humano. Concepciones sobre el bien y el mal, lo justo e injusto, lo correcto y lo incorrecto, o lo decente o indecentemente moral o ético.
Un ejemplo de gran nivel sobre este asunto es el capítulo 143 de la serie de televisión Espacio Profundo Nueve (Deep Space Nine), perteneciente a las series de la famosa saga de ciencia ficción de Star Trek. En este capítulo, el capitán Benjamin Sisko, de la estación espacial que comanda, nos habla directamente a cámara, explicando los sucesos que ha vivido durante las dos últimas semanas.
Sin querer alargarlo, el capitán se ve enfrentado a un dilema: están en una guerra, y la están perdiendo, contra una fuerza muy poderosa: los Dominions. Otra especie, los romulanos, tradicionales enemigos, asisten encantados a ver cómo ambos contendientes se destrozan mutuamente. El capitán Sisko tiene que conseguir que los romulanos se pongan de su parte. Sí, pero ¿cómo? Tras tratar de conseguirlo de forma ética, el capitán comienza una huida hacia adelante: engañará a los romulanos, haciéndoles creer que ellos serán los próximos en ser atacados.
La estación espacial donde se desarrolla la acción
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